Regular Show - El Descanso de la Monotonía.

Los juguetes de Benson

XVI

Benson caminaba por el parque revisando que todo estuviera en orden junto a un equipo que, al igual que él, tenían la misma responsabilidad como jefes de grupo. No había mucha diferencia a como ser gerente del parque; la única diferencia era que se trataba de un número mayor de trabajadores. Solos no conseguirían armar todo un concierto y dependían de Benson para que todo estuviese marchando como debía ya que conocía el lugar como la palma de su mano. Él además de Skips y Papaleta, podían recorrer el parque con los ojos vendados sin tropezar con alguna banca.

Miró la casa e instintivamente caminó hacia ella luego de terminar de registrar todos los paquetes llegados el día de ayer y anteayer. Aún eran las ocho de la mañana, pensó obscenamente que tal vez podría llegar a su oficina y divertirse un rato con uno de sus juguetes. Se detuvo en seco, de repente se había sentido muy avergonzado por esos pensamientos. A pesar de que le gustaba hacerlo, todos lo describían a él con las palabras: responsabilidad, organización, jefe... Se sintió apenado. – ¿Benson? – escuchó que alguien lo llamaba y reconocía la voz. Su cuerpo se estremeció al oírlo.

Skips: Detrás de ti, Benson.

Benson: Ahm... ho... hola Skips. *aclarándose la garganta* No te había visto.

Skips: Veo que ya tienes un registro de todo lo que descargué.

La sonrisa de Skips era impecable y su mirada penetrante para cualquiera que lo viera directamente. Sus ojos eran amables pero a la vez dominantes. En ese momento Benson no dejaba de observar todo de él. Su cabello, la barba, sus ojos... su cuerpo; vestía unos pantalones jean oscuros con unas botas militares y un dividí blando con una camisa a cuadros grises y blancos – Bonita camisa... – dijo para sus adentros y apretó su portapapeles a su cuerpo.

Skips se acercó a Benson a la vez que se sacudía con ambas manos por si tenía algo sobre el abdomen que haya alertado a su compañero de trabajo. Caminó hasta llegar detrás de él para ver, sobre su hombro, el registro del cargamento. Benson hacía lo posible por actuar con naturalidad. Lo cierto era que llevaba un tiempo enamorado perdidamente de Skips. En realidad, todo había comenzado con una "inocente" broma de mal gusto.

(Siete meces atrás)

Eran cerca de la una de la madrugada, la fiesta del cumpleaños de Benson había sido tremenda y necesitaba descansar. 

Benson: Doce horas consecutivas. Fue buena idea comenzar desde temprano hasta el anochecer.

Dijo muy animado mientras introducía, muy torpe, su llave en la cerradura. Estaba ligeramente ebrio y no se había percatado de aquella caja junto a sus pies frente a su puerta. Se inclinó para verla, tenía una nota. Intentó leerla pese al ligero mareo. 

Benson: De Audrey para Benson... feliz cumpleaños, amor. 

Benson miró hacia sus costados, no había nadie y todo estaba oscuro. Levantó la caja y la colocó bajo el brazo mientras que, con la derecha, giraba la llave. Perdió la estabilidad y la caja cayó, abriendose al contando con el suelo. 

Benson: Oh por favor... no estoy tan ebrio. *fastidiado consigo mismo*

Se arrodilló frente a ella y la abrió lentamente, metiendo, cauteloso, una de sus manos. A ciegas podía sentir objetos de extrañas formas, no comprendía de qué se trataban. Observó el contenido de la caja muy extrañado y la cerró de golpe esperando que nadie más lo hubiese visto. Miró a sus alrededores y entró apresurado a su departamento.

Audrey, su ex vecina y ex novia, se había mudado de ciudad para cumplir con un contrato de trabajo que ella tanto había esperado. Estaban convencidos de no creer en las relaciones a larga distancia. Ambos seguían en contacto por video chat sabiendo que Benson aún se recuperaba de su ruptura. Que el paquete llegara por parte de ella, con aquel mensaje, le había extrañado muchísimo, tanto como para sospechar que se trataba de alguna broma. Pero nunca tan pesada como ésta, sólo el nombre de una persona se le cruzó por la cabeza, Chong.