Sátiro

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XIV

Caminó sin poder reconocer las calles; con tantos nuevos visitantes, era un poco complicado. Los vándalos comenzaban hacer de las suyas y cambiaban las señales del tránsito y las direcciones de las avenidas; era muy fácil perderse. Sobre todo porque ya era de noche y no se podían distinguir del todo las remodelaciones en los edificios y las calles por la llegada del concierto. 

Mordecai: Mierda... ¿dónde se supone que estoy...?

Taxis por dónde venían, estaban llenos y las calles comenzaban a desolarse a medida que los minutos pasaban. Todos iban o bien a sus hospedajes o a algún bar a beber o celebrar en el parque o sumergirse en el lago. Personas con pinta sospechosa comenzaban a circular; Mordecai atinó a divisar una gasolinera a lo lejos, así que se acercó a ella para hacer una llamada.

Mordecai: ¡Al fin...! *victorioso* Esto me puede servir, demonios estoy cansado...

Entre el tintineo de las monedas en sus dedos, se tardó sólo unos segundos para percatarse que la gasolinera estaba en desuso. Sin embargo, un grupo de personas salían y entraban de la tienda de comestibles. Curioso, entró para averiguar qué era lo que sucedía adentro. Tras pasar por la puerta de vidrio, alcanzó a ver a un grupo de chicas a punto de bajar por unas escaleras al... ¿sótano...? 

Mordecai: ... hola ¿Saben dónde están los teléfonos...? ¡Esperen...! no se vayan... 

Mordecai las siguió y, de pronto, tras bajar al subsuelo, personas que salían de la nada comenzaron a rodearlo, exigiéndole dinero a cambio de algunos "servicios". Perturbado por la escalofriante bienvenida, intentó regresar sobre sus pasos, pero aquellos individuos le impedían la salida. 

Mordecai: ¡¡Ya les dije que no quiero nada!! *empuja*

La luz verdosa del sótano, comenzaba a afectar su visión; estaba muy lejos de acostumbrarse esa baja intensidad la cual le obligaba a cerrar los ojos. Pronto sintió dolorosas caricias en sus genitales y alientos etílicos besándolo, era como si quisieran desgarrarlo; peleaban por el nuevo cliente. 

Mordecai: ¡SUÉLTENME... YA DÉJENME ANORMALES!

Violentamente consiguió liberarse de ellos y corrió sin saber a dónde dirigirse atravesando el maloliente burdel; parecía un laberinto. El olor del queroseno, del humor y las sustancias entraban por sus fosas nasales, golpeando su cabeza; sintió desmayarse, cuando de pronto...  – ¡¡OYE INÚTIL, DEJA DE HACER TANTO MALDITO RUIDO!! – escuchó a alguien gritándole, agotándole la poca paciencia que le quedaba.

Mordecai: ¡¡CIERRA LA BOCA!! ... *impactado* N-no... no puede ser...

Thomas: ¡¿Mordecai?! ¿Pero qué haces aquí?

Mordecai: ¡Tú qué haces aquí!

Thomas: ¡No! !¿Tú que haces aquí?!

Mordecai se sintió aliviado al ver a su amigo, giró para darse cuenta que de pronto habían dejado de perseguirlo. Entró con temor de que regresaran por él y se encerró con Thomas adentro. Sin embargo, Thomas no se encontraba sólo en el cubículo. Lejos de prestarle atención a su parecencia, Mordecai vio en Thomas un semblante distinto al habitual, pero lo que más lo estremeció, fueron los atributos de su "compañera". Tenía pechos, tenía el rostro delicado y femenino... pero tenía pene. 

Thomas: Te vez muy mal... si sabes a lo que me refiero... 

Mordecai: Pues... *recuperando el aliento* yo te he visto mejor...

Thomas: Yo... puedo explicarlo, Mordecai...

Mordecai: ¿Puedes...? *interrumpe algo molesto*

Thomas: No... tampoco me interesa hacerlo. 

Regular Show - El Descanso de la Monotonía.Where stories live. Discover now