Tatuaje

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XXXIV


Era demasiado tarde... ¿o muy temprano?; poco importaba en realidad. El cielo estaba oscuro y las calles estaban desoladas tal y como Jared las disfrutaba. El auto era de Kyle y la autopista era toda para él. Pensó en encender un cigarrillo cuando entonces recordó que Rigby descansaba a su lado ¿No dijo Mordecai que Rigby no fumaba? La cajetilla aun vacilaba en su mano derecha. Cierto o no, acababa de conocer un poco más a su nuevo amigo... aunque de manera inesperada.

Recordó el momento cuando se despidieron en el parque, esa tarde en que tuvo que entrometerse y ayudarle a salir de la enorme cabeza mecánica. Los ojos de Rigby parecían frustrados y agotados, muy deprimido. Hasta ese momento se había creído culpable por escupir el humo sobre su rebelde rostro. Y sin embargo, aunque pensaba que Rigby le había enfrentado, no pudo dejarlo como lo encontró: vulnerable. Tal vez Jack tenía algo de razón, pensó; tal vez sí existía en él una debilidad por las personas indefensas. Aunque Rigby era todo un cohete.

La conversación en el hotel era casi un enigma para Jared. Pero si había algo de lo que estaba completamente seguro, era que Rigby desconocía el placer sexual; y que Mordecai, sin saberlo, lo tenía muy impaciente. Liberó un suspiro y reconoció, muy entretenido, que esa pareja era todo un caso. Dentro de él quiso conocerlos un poco más. *sonríe amargo* Recuerdos tristes llegaron a su mente y agitó sus cabellos con una expresión de fastidio. "Ella", recordó malhumorado; sólo pretendía distraer a Rigby un poco... no enamorarlo o arrastrarlo con sus problemas como sucedió con... Ella. Esperando despejar sus ideas, una canción atravesó sus pensamientos.

Rigby: ... *despertando*

El movimiento del auto, en el último rompe muelle, lo despertó, y una repentina voz llegó a sus oídos. Jared cantaba a capela. Rigby mantuvo sus ojos cerrados y el cuerpo inerte en la misma posición. Soportaba las ganas de reír; su compañero cantaba de lo más horrible. Lo comparó como la risa de una hiena o el molesto ruido del rose del metal y la loza. Debía resistir. Tomó una bocanada de aire y giró la cabeza en otra dirección; así no lo vería si sonreía. De pronto todo quedó en silencio y temió que lo haya descubierto, pero se relajó al reconocer que Jared encendía el reproductor. Alcanzó oír que se aclaraba la garganta y se mantuvo atento en la misma posición.

(Sing – Travis)

Nena, has estado perdiendo tanto la razón.

Últimamente, nada parece ir bien.

Has estado esperando bajo el sol por mucho tiempo.

No estaba seguro de si sentirse decepcionado o sorprendido, pero lo que sí sabía era que en realidad Jared cantaba jodidamente bien. Se sintió estafado, antes había cantado muy desafinado. Rigby tosió involuntariamente y se acurrucó sobre el asiento, disimulando que estaba sumergido en un profundo sueño. Estaba algo nervioso, no quería ser descubierto. Eso sería muy vergonzoso.

Jared: *en el oído de Rigby* Porque el amor que brindas...

Rigby: ¡¡¡........!!! *estremece* ¡¡Jared...!!

Jared: *risa* Lo siento, no pude evitarlo.

Rigby: ¡Estaba durmiendo!

Jared: ¡Oh vamos! No es verdad. Vi que te hacías el dormido.

Rigby: ¡¡No me hacía el dormido!! *avergonzado*

El enrojecimiento en sus mejillas y oídos llamó la atención de Jared; y cortos fragmentos de lo conversado en el hotel, se manifestaron en un solo pensamiento: Rigby nunca había sentido el placer en el sexo. Era normal que fuese muy sensible, incluso al aliento tibio rozando sus oídos.

Regular Show - El Descanso de la Monotonía.Where stories live. Discover now