¿Quieres apostar?

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XIX

Tirado en el suelo y bajo un techo enmaderado, Mordecai reaccionaba lentamente. Los pequeños focos navideños que iluminaban la habitación parecían dar vueltas a causa del terrible dolor de cabeza y su distorsionada visión. ¿Donde estaba? francamente no lo recordaba. Tras hacer un esfuerzo por enderezarse, cuidando de no sumergirse en un vértigo, alcanzó a ver a Rigby frente a él.

El castaño estaba sentado sobre un sofá nuevo y con los codos apoyados sobre las rodillas separadas. Sus dedos estaban entrelazados frente a su rostro y sus ojos lo miraban fijamente y a la vez a la nada. Incómodo por un dolor punzante en su cabeza, Mordecai hizo un movimiento involuntario llamando así la atención de Rigby quien parecía salir de sus pensamientos.

Rigby: Despertaste... *mirada neutral* ¿Cómo te sientes?

El menor no esperó respuesta por parte de Mordecai y se puso de pie alcanzándole una botella con agua y unas aspirinas para el dolor que había tomado del cuarto de baño.

Mordecai: Me duele todo, viejo *aún con malestar*, pero creo que ya estoy despierto.

Recibió la botella con agua y las aspirinas para luego ver a Rigby alejarse al otro lado de la habitación. Mordecai se llevó la muñeca a la frente intentando aliviar el dolor con el contacto frío de su piel y evitando la luz del día que entraba por la ventana luego de que Rigby apagara las diminutas luces y corriera las cortinas.

Mordecai: Eso también duele... *ligeramente cegado* ¿Son para el dolor de cabeza...?

Rigby: Sí, lo son. *dice con tono desinteresado*

Mordecai: Bien echo...

Aventó las pastillas hacia su garganta y las tragó antes de dar rienda suelta a su bebida cristalina. Para cuando el sabor amargo de éstas desapareció con el correr del agua embotellada, Mordecai ya había recorrido con la mirada el desconocido terreno donde se encontraba.

Mordecai: ... esta es tu nueva habitación.

Rigby: No se te puede engañar fácilmente ¿verdad? *sonrisa burlona*

Dio un pequeño recorrido a medida que Mordecai se ponía de pie con algo de dificultad. Sentía el ego en alto al ver a su amigo tan sorprendido como esperaba que reaccionara al ver su nueva habitación. Todo en esa habitación era el sueño húmedo de un soltero codiciado. Mordecai recorría todo el área intentando ser indiferente pero no podía ignorar ciertas comodidades.

Rigby: Lo sé, es algo simple... pero no está mal. Me siento satisfecho en realidad. *presume*

Mordecai: Sí claro *sarcasmo* muy simple.

Rigby: Lo digo en serio, quiero decir... suelo completamente alfombrado, mini congelador color negro para las bebidas y mueble en forma de L con mesa en el centro para la consola. Lo común. Frente a ella en la pared está el televisor LCD plasma, por aquí un insignificante tablero lanza dardos Harley Davidson...

El castaño presumía cada objeto valioso de esa habitación a la vez que se acercaba a ellas para hacerles una pequeña referencia sobre cada una de ellas. Mordecai sólo lo escuchaba entornando los ojos y negando con la cabeza sonriendo despreciativamente; aunque eso no dejaba de lado el echo de que todo lo que saliera de la boca de Rigby se oyera muy interesante. Tanto que por un segundo, Mordecai pensó que esa podría tratarse de la vocación dormida de Rigby.

Rigby: ...pero sabes cuál es lo más rescatable de entre toda esta basura, Mordecai, esta silla colgante. Deberías sentarte en ella, es estupenda y muy suave.

Regular Show - El Descanso de la Monotonía.Where stories live. Discover now