Regular Show - El Descanso de la Monotonía.

Una petición

XI

Rigby tocó a la puerta de la oficina de Benson, acababan de terminar la reunión. Se topó con dos mujeres sofisticadas que llevaban en brazos dos portátiles. Se saludaron con una reverencia ya que tenían los celulares a los oídos. Benson lo vio desde el otro lado de la habitación y se disculpó con Skips y sus amigos, los elementos mágicos, y se dirigió a la puerta donde Rigby lo esperaba.

Benson: Sígueme.

Benson esquivó a Rigby y salió de la oficina sin decir ninguna otra palabra. Ambos caminaron por el corredor hasta llegar a su límite donde sólo había una pared. Benson apoyó los brazos en su cintura y miró a Rigby con una sonrisa que decía "Es todo tuyo, amigo."

Rigby: ¿Es una broma verdad?

Benson: ¿A qué te refieres con broma? *extrañado*

Rigby: Es sólo una pared, Benson.

Benson tomó a Rigby por la quijada para levantar su mirada. Era el ático. Benson dio una pequeña carcajada ante la negativa indirecta de Rigby, así que tiró de la cuerda y subió por las escaleras para mostrárselo mejor. Rigby lo siguió un tanto desanimado. Pronto se dio cuenta de que las escaleras eran nuevas, sin embargo, lo que encontró al llegar al ático fue sorprendente.

Mientras tanto, Mordecai estaba en su habitación leyendo una revista sobre la cultura del arte. Quería sacarle algún provecho a lo que había estudiado en años anteriores. Entonces notó a Rigby y a Benson caminar por la habitación, para luego separarse. Rigby tenía un semblante diferente y estaba muy animado. Corrió hacia su trampolín a dar varios saltos como un vencedor.

Mordecai: ¿Qué fue lo que pasó? *incrédulo*

Rigby: Ya lo sabrás. *presume* Oye ¿ya es tarde para ir a saludar a las chicas?

El peliazul lo miraba con ojos entrecerrados preguntándose qué había marcado la diferencia en la actitud de Rigby. Entonces sintió la vibración de su teléfono en el bolsillo, era una llamada de Margarita. Mordecai contestó como si su vida dependiera de ello.

Mordecai: ¡Hola Margarita...¡

Rigby: ... *ignora*

Margarita: (Hola Mordecai, tengo que pedirte un favor...)

Mordecai: Sí, espera un segundo. *saliendo de la habitación*

Rigby suspiro y lo siguió con la mirada hasta quedarse quieto mirando a la pared. Hacía pocas horas había besado a su mejor amigo, estaba feliz por ello... pero no estaba satisfecho. Puso un brazo sobre su estómago y el otro sobre su frente; ahora miraba hacia el techo. Recordó cómo Mordecai hacía lo posible por adentrarse aún más a su boca. Aún sentía el dolor en la parte trasera de su cabeza por apoyarla contra las barras. Se frotó el rostro intentando aliviar su rubor, recreando a las cúbicas - súcubos - corrigió a sus pensamientos, convencido en que la jaula hubiese caído a la menor distracción de ellas.

Rigby: Mordecai es un idiota...

Mordecai: ¿Por qué o qué hice...?

Rigby: Perdón, viejo... hablaba sólo y... ¿avisaste a Margarita que iríamos a verlas?

Mordecai: No... Hoy cerraron el café temprano. *fastidiado*

Rigby: *sale de sus pensamientos*... Por que cerraron temprano, ¿no podemos ir a saludarlas?

Mordecai: mmm... no, creo que saldré un rato sólo ¿Te parece mañana?

Rigby: Espera ¿a dónde irás?

Mordecai: Sólo... caminaré un rato. No hay nada que hacer aquí.

Mordecai salio de la habitación, dejando a Rigby con la incógnita en la mente. Estaba preocupado por su amigo, parecía que algo le inquietaba y esperaba que no fuera por él o por lo que acababa de decir entre sus pensamientos. Salió corriendo de la habitación a encontrarse con Mordecai en el camino. fuera del parque, el peli azul se alertó al verlo y sólo se detuvo a esperar.