Capitulo Dos - EDITADO.

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El mensaje de esa chica no dejaba de retumbar en mi mente, por lo extraño y perturbador que era. ni siquiera tuve la capacidad mental de cerrar un ojo en toda la noche, de hecho, no me había dado cuenta que ya era el otro día, hasta que los rayos del sol que entraba por la ventana, pegaron en toda mi cara e hicieron que, con toda la pereza del mundo me levantase y la cerrara para al menos intentar descansar unos cinco minutos.

Total, hoy iba hacer un día muy agitado.

Mas debería dejar de pensar en bobadas y centrarme en la realidad; mi regreso al liceo. Tal vez ese número eran de mis hermanos, y querían solo joderme la paciencia, ellos cuando podían me hacían estas clases de bromas para ya culminar con la poca felicidad que me quedaba. Sí, eso debería ser obra de ellos.

— ¿Emily? — Mi madre entra con una gran sonrisa y el cabello hecho un desastre. El día de hoy tal parece que sus años se veían más marcados que de costumbre. Las canas caían por su rostro y las ojeras eran tan negras que podía fácilmente confundirlo con su maquillaje habitual —. Levántate, ya es bien tarde.

— No puedo, me siento mal. Creo que esas caraotas me hicieron una indigestión horrible — Me envuelvo más en mi cobijas de tigres y hago sonidos de dolor para ver si mi mamá me hace caso y me pueda dejar en paz, pero mira que es casi imposible manipular a esa mujer.

— A ver, a ver, a ver. Yo no crié a ninguna tonta — Yo te puedo dar clases en un curso especializado para ser una imbecil —, Levántese antes que me arreche y te saque a palo.

— ¡Mamá, no! Soy una chica de dieseis años que tenía... Mm bueno... Antes tenía una especie de reputación, ¿y sabes que?

— ¿Qué?

— ¡La acabo de perder!

— ¿Yo a usted la mando al liceo a estudiar o andar luciendo? Párese pues.

Que las estrellas me guarden, la cara de mi mamá no era para nada normal, es que si esto fuera una pelicula de terror, mi mamá se gana el protagónico para la villana.

Me levanto como alma que lleva el diablo y me adentro al baño para dedicar a vestirme -que pereza bañarme- y llorar en el intento de seguir en este mundo, podrán llamarme exagerada pero yo sí lloro por todo y hago un drama cuando sea necesario.

Y bueno, puedo concluir que mi día no va hacer el mejor del mundo, porque cuando me estaba cepillando los dientes,por obra y gracia del destino me metí el cepillo en mi ojo y me caí de culo por culpa de la poseta, mojando por completo mi falda del liceo.

Salí del baño para al fin bajar a desayunar. Miraba mi teléfono unas fotos del papi rico de Dross, cuando sentí una mano apoyarse en mi hombro y apretarla suavemente. Mi único pensamiento fue en salir corriendo como una desquiciada, pero esa misma mano me hizo voltearme y hacerla mirar directamente a los ojos.

Por los cielos, era mi madre.

— ¡Si me vas asustar al menos que no sea cerca de la escalera!

— Cállate y escucha.

—...

— Estuve toda la noche hablando con una queridísima amiga del trabajo que por suerte, la hija es directora de un liceo cerca del centro.

— ¿Y bien? ¿Le hago una musiquita?

— ¿Y bien qué? ¡Te logré cambiar del liceo!

Te aseguro mil y un veces que mi corazón empezó a dar brincos y saltos de felicidad, aunque yo estuviese inmóvil y sin ninguna expresión, mis órganos querían hacer un baile para celebrarlo como es debido. No sabía qué decir, estaba muda por las ganas de gritar que tenía, ¿curioso, no? Querer que todos te escuchen pero no saber cómo alzar la voz.

— Si esto es una broma, por favor no sigas mintiendo.

— De cuando acá la madre tuya hacer bromitas, muchacha atrevida.

Cuando al fin reaccioné, mi primer movimiento fue abrazarla con muchísima fuerza y darle miles de besos en la frente. No parabade apretarla cada vez más y ya sentía como se estaba intentando salir de mi agarrare, pero la euforia que sentía era más grande que cualquier cosa.

Al fin cuando ya no me quedaban fuerzas, salí corriendo a mi habitación para buscar mi bolso y escribirle a London que su cara olía a culo y que gracias a la vida, voy a estar en paz. Pero en el momento que estaba eligiendo el sticker correcto, me llega un mensaje de la misma chica de ayer.

Esmeralda: ¿Cómo se siente ser tan feliz? :00

Emily: ¿Tú de nuevo? Deja de molestarme!!! >:(

Esmerlada: Nop.

Emily: A mí no me engañas, sé que eres unos de mis hermanos.

Esmeralda: No sabía que tus hermanos ya se enteraron que andas muy contenta porque te cambiaron de liceo. Tomando en cuenta que, ellos ya se fueron con nuestro padre, ¿o me equivoco?

Mis hermanos siempre salían de casa a eso de las 6:30am por culpa del tráfico. Desde hace rato ellos ya se habían ido. Tengo miedo.

Emily: No me cabe duda que tú solamente quieres joderme.

Esmeralda: ¿Por qué no le das una miradita a mi número de teléfono?

Se que tal vez, la mejor manera de acabar con esta locura es simplemente bloqueándola y cerrar mi teléfono, pero ¿por qué debería mirar su número ? Digo, no es como si algo raro se apareciese ahí y me haga sentir más cagada de lo que soy. Además ¿qué puedo perder con mirar? Lo siento mucho, pero ser una persona curiosa es una maldición y debo de mantenerla.

Le doy en el botón de contacto y me llevo el susto más grande mi vida...











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Mi GemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora