Mi Gemela

Capitulo veintinueve.

Aún estábamos esperando a que ella dijera algo, solo se queda callada mirando al vacío, hasta que al fin se digna hablar.

— Esta bien, diré solo por ti, Emily, porque tu eres mi ni...

— ¡Ay ya, diga pues! — Dice Esmeralda fulminándola con la mirada

La señora Atilana suspira — Un día como cualquier otro, estaba sentada en el sillón cuando la puerta se abre de par en par, era... Era...

— Y volvemos a lo mismo — Dice Esmeralda, las dos estábamos impacientes de saber, o solamente yo, solo sabía que ella era la clave de todas mis dudas.

— Era tú padre, Edgar. Ese día había llegado feliz, jamás se me va a olvidar su rostro — Ríe — Él era muy amargado. Me contó que iba hacer padre de gemelas, pero estaba preocupado ya que tenía miedo de que su madre no las dejara conocer, asi que hizo un plan, pero jamás me lo contó. Pasó doce años y un día el llegó asustado, dijo que había hecho algo realmente horrible... Después se suicidó, o creo que se fue porque jamás lo vi, obviamente llegue a la conclusión de que él había muerto, ay mi hermanito, tan inocente de pequeño.

— Entonces tú eres mi tía — Digo, ella rompe en llanto, me agarra la mano y dice.

— Si, pero él me dijo que si decía algo él... ¡NO EDGAR, PERDÓN, NO! — Y entonces el cuerpo de la señora Atilana se había partió en dos.

— ¡Yo no fui! — Dice Esmeralda poniendo sus manos en el aire.

— ¿Que sucedió? — Estaba tan sorprendida que ni podía mover mi cuerpo ¡No entendí!

— Oh no, oh no — Esmeralda lleva sus manos a la cabeza con su cara de trauma, trato de calmarla pero es en vano, no deja de dar vueltas como loca.

— ¡Que sucede! — Ella se acerca y dice.

— ¡¿No viste!? ¿No ves lo que significa?

— Pues significa que ella esta partida en dos sin razón alguna.

— Tiene una razón... Él espíritu de nuestro padre esta aquí con nosotras, la señora Atilana juro cuando él ya estaba muerto.

— ¿Significa que...?

— Significa que él viene...

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¿Por que la madre de las gemelas dejó a Edgar?