Capitulo cinco: Diario de Emily Fernandez

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Lunes, 06 de Octubre del 2017

Querido y sensual diario.

Me siento muy feliz por el hecho de que hoy comienzo en mi nuevo liceo, pero por alguna razón, mientras estoy escribiendo esto, siento que me están observando, como si aquellos ojos que me miran estuviesen furiosos y no sabes lo incomoda que me siento.

En la noche, mientras estaba teniendo dudas existenciales, vi que el armario estaba sonando de una manera extraña, como si fuera golpes que le dieran desde adentro, y cuando me acerqué, era un gato muerto que había sido asesinado de la peor manera, con sus órganos por fuera y la sangre salía de amontones.

Después de eso, tuve que ir a botar el gato, pero cuando estaba en el basurero, sentí de nuevo aquella mirada que tanto me incomodaba y de inmediato fui directo hacia mi casa, pero la puerta no abría, golpeaba la puerta pero nadie de mi familia escuchaba.
Y mientras estaba tratando de entrar, vi que el bote de basura comenzó a sonar y de este salió un líquido negro que llegaba hacia mi, y ahí sentí como todo mi interior se estremecía y un escalofrío recorrió mi cuerpo haciendo que el pánico llegara a mi, y el viento chocaba furioso contra mí y  la luz de las estrellas ya no acompañaba, porque en este momento, ni la luna que siempre me seguía, estaba conmigo.

Tragué saliva cuando vi que el gato negro que se supone que estaba muerto salió del bote de basura y poco a poco empezó acercarse a mí, sus ojos se oscurecieron y su andar era algo torpe, pero sin embargo, seguía llenado hacia mi.

Tal vez por el impacto no podía mover ninguna parte de mi cuerpo, sentía como mis pies trataban de salir corriendo pero mis ojos aún estaban fijos en aquella escena.

Y cuando el gato negro se lanzó contra mí como pude lo esquive y con la escoba que gracias al cielo había traído, empecé a golpearlo, pero era como si estuviera golpeando una piedra, porque no le había daño, ese gato aún seguía viendo hacia a mí, y de sus patitas salieron unas filosas uñas, el me atacó y arañó mi cara, empecé a gritar pero todo era en vano.

Pero hubo un momento en que sus uñas se incrustaron en mi garganta y no podía respirar, después de eso, poco a poco fue subiendo hasta mi rostro, la sangre salió y me ahogaba más, el dolor era tan insoportable que poco a poco mis ojos se estaban cerrando.

— ¡Emily! — y en un abrir y cerrar de ojos, todo el dolor se había acabado y ahora el único dolor que sentía se centraba en mi cabeza, mire a mi madre que me estaba con una cara de espanto, me levante y vi que todo mi cuerpo estaba cubierto de sangre y pedazos de gato — Por Dios Emily ¡Ese es el gato de tu hermanito! ¿Estás loca?

Trataba de asimilar todo, quería explicarle todo lo que había visto pero ella solo se concentraba en regañarme, mis palabras no salían y quería, no sabes cuánto,se abrazar a mi madre pero te aseguro que este no es el mejor momento.

Me metí al baño, y mientras me bañaba todo el miedo, la sangre y gato que había en mi, se habían quitado, ya me sentía más tranquila pero aún estaba algo impactado por lo que ocurrió.

Cuando salí del baño y quise buscar mi ropa en el armario, me acordé que estaba lleno de sangre, así que busque ropa de mi madre, al entrar de nuevo a mi cuarto me acosté y al cerrar los ojos, sentí como una mano se posó en mi pecho.

Tuya, Emily.

Mi GemelaWhere stories live. Discover now