Capitulo treinta y cuatro "2"

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Cuando corría, me sentía libre, cuando el aire pegaba en mi cara, el sonido de los animales... todo era paz interior, por unos segundos creía que todo esto había terminado, pero cando sentí el roce de la bala en mi pierna, todas mis ilusiones de ser feliz cayeron por un barranco, literal, estaba cayendo por una peña, donde pareciera que jamás hubiese algún final, y al tocar fondo sentía como todo mi cuerpo me odiaba, y fue ahí donde me dije a mi misma "Ya vali verga" pero oí la voz de Esmeralda "Corre, Emily" Joder, ya no puedo ni levantar la cabeza, estaba tan jodida que ni me perdía en mi propio mundo ¡Emily Fernández se rindió! ¡Ya no puedo! Hay veces donde ya ni sabes que hacer, como si nada en tu mundo tuviera sentido, pues, en este momento estoy así.

- ¿Ya te rendiste? – La voz de Edgar retumbaba en mis oídos, me intente levantar pero mis piernas eran un total fracaso, pero cuando oí de nuevo la voz de Esmeralda, parece como mis ganas de no valer verga, llegaron, me levante ¡Si, nojoda, me levante! Y comencé a correr, mejor dicho, un intento de correr.

Cuando ya me sentía medio a salvo, unos ladridos se escucharon, cuando mire a mis lados, tenía a dos perros persiguiéndome, lo terrorífico en esto era que su pelaje era totalmente negro, lo único de color eran sus ojos rojos, de su boca, salía un líquido verde que olía horrible. Uno de esos perros me agarro la pierna e hizo que me cayera de jeta, los dos perro-demonio me tenían apresada, hasta que Edgar se acercó... joder.

- ¡¿Qué quieres, Edgar, estoy muriendo!? – creo que exagere pero aja.

- Y es lo que voy a disfrutar – Un perro de esos se me monto encima, así que agarre una piedra que tenía a mi lado, y comencé a golpearlo por la cabeza, gotas de color verde caían en mi rostro, cuando la cabeza del perro estaba totalmente destrozada, me levanto y agarro una rama, me pongo en posición de ataque y digo con firmeza.

- Si te acercas, te voy a pegar – Edgar cruza sus brazos y con una ceja levantada dice:

- ¿Crees que le voy a tener miedo a una rama?

Edgar con su dedo comienza hacer un circulo en el suelo, me mira y con una gran sonrisa comienza a decir "Que los muertos, se levanten, que vengan del mas allá y asesinen a vuestra familia"

El circulo hizo un gran destello de luz, y de ahí, salió mi madre, mi padre, mi hermano, la señora Atilana y mis amigas, pero ellos tenían un aspecto terrorífico, sus pieles estaban llenas de grietas, sus ojos eran totalmente de color blanco, alguno de ellos le faltaban un brazo, una pierna, hasta una parte de su estómago, de este círculo también salió Esmeralda, cuando me vio, lo primero que hizo fue correr hacia mí y abrazarme ¿Quién es esta mujer?

- ¿Te encuentras bien, Emily? – No estaba tan perdida como pensaba, aún tenía a Esmeralda, y pase lo que pase, sentiré la presencia de ella.

- Estoy bien, pero tu estas...

- Si, lo sé, estoy vencida pero no importa.

- Mi familia...

- Ellos no son tu familia, son unos seres sin alma, están muertos.

La dos fijamos la mirada en Edgar cuando nos gritó, aun con esa sonrisa tan sínica.

- Está bien, hijas mías, no seré tan cruel contigo, Emily, dejare que Esmeralda te ayude en esa pelea – Entonces Edgar nos apunta con su dedo y gritando dijo - ¡A ellos!

Todos los muertos, junto con los perros (Uno de ellos tenía la cara destrozada) vinieron hacia nosotras, la primera en ser agarrada fue a Esmeralda, la persona con quien luchaba era mi madre, así que agarre la rama y le di con todas mis fuerzas, pero una sombra se le metió e hizo que el cuerpo de mi madre se hiciera más fuerte, todos nos tenían rodeados y ahora ¡¿Qué vamos hacer?!

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Mi GemelaWhere stories live. Discover now