Mi Gemela

Capitulo veinticuatro.

Las afiladas cuchillas ya se iban acercando al cuerpo de Emanuel, quien ya estaba unos centímetros de ser aplastado por esa máquina.

— ¿No crees que esto es grandioso chico gritón?

— ¡Mi nombre es Emanuel! — Esmeralda ríe más fuerte.

— Ay no, ese nombre no te queda — Lo mira fijamente y dice — Para salvar tu vida tienes que adivinar esta adivinanza.

— ¡No me digas, tengo que adivinar esta adivinanza! — Oh no.

Esmeralda lo fulmina con la mirada, chasquea sus dedos y dice:

— ¡Muerto por pendejo!

La máquina aplasto a Emanuel haciendo que pequeños pedazos pegaran en nuestra cara, Esmeralda no muy convencida por lo que vio dice que se tiene que lavar la cara.

— Eso fue decepcionante — Repetía.

Sentía miedo de lo que venía, jamás había visto como una persona era aplastada, y menos que el resto de su cuerpo está en toda mi cara, no sé por qué pero una lágrima rueda por mi mejilla, Esmeralda cuando la ve, con su dedo la quita, pone su mano en mi hombro y dice:

— Algún día me lo agradecerás, hermana — Se voltea, y por una pequeña puerta se retira, dejándome completamente sola, hundida en mis pensamientos.

Despierto con un dolor horrible en todo mi cuerpo, miro a mi alrededor y al parecer estoy en la habitación de mi difunta abuela, escucho algunas voces que proviene de la sala, salgo de inmediato, puedo ver que mi abuela y mi mamá están teniendo una conversación, mi abuela está en su mecedora mientras que mi madre muy feliz le está contando algo, puedo sentir como alguien me toca el hombro, y ese alguien es Esmeralda, ella dice que escuche bien.

— ¡Si mamá estoy muy feliz porque estoy embarazada!

— Ay hija mía, siempre quise tener dos nietas.

— Si madre, el doctor me dijo que podría ser que salieran gemelas ¿No es grandioso?

— Muy grandioso ¿Ya has pensado en los nombres?

— Emily y Esmeralda.

— Me encanta — Mi madre se toca la barrida.

— Si, ellas son mis Primeras hijas.

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¿No había un hermano mayor?