Un mundo destruido por la ambición de unos pocos.
Una distribución que discrimina a la gente por su sangre.
Una única cuidad en pie después de la guerra entre humanos y los seres de la noche.
Una sociedad que se encuentra divida en 4 grupos.
El enc...
-Ana hay que llevar los encargos de doña Lucrecia. Es mejor que te apures o si no te regañara otra vez- me dice León.
-está bien. Voy saliendo- digo. Este mundo es tan distinto, tan discriminador y tan cruel. El simple hecho de ser humano te hace esclavo. Suspiro. Soy la esclava o mejor dicho una sirvienta de la señora Lucrecia. Ella es híbrida pura y concejera de la cuidad. Tiene muchas reuniones y no entiendo el para qué. Si al final de cuentas esta ciudad es básicamente de vampiros y los humanos no importamos.
Tomo los bolsos que llevan los distintos alimentos exclusivos que mi dueña puede comer. Al híbrida pura son muy pocos y debe ser compensada con sangre. Como ella no bebe de mujeres estoy a salvo pero no sé por cuánto tiempo más.
Llego a la casa y al entrar veo que doña Lucrecia ya me está esperando. Por sus ojos fríos y enojados sé que se me viene el regaño. Acuérdate Ana, escucha, agacha la cabeza y calla. Un simple golpe de ellos te podrían matar.
-Anastasia llegas tarde- me gruñe.
-lo siento mi señora- digo mirando el suelo.
-no sé cuántas veces te he dicho que llegues a la hora. Estas agotando mi paciencia y te puedo asegurar que una vez más que llegues tarde te devolveré y haré que el peor de los vampiros sea tu dueño. Así te darás cuenta que has estado protegida conmigo- me ladra.
-por favor, no me devuelva- digo.
-vete a la cocina. Hiciste que me enojara y no es bueno para mis dolores de cabeza. Dile a Rifo que lo quiero en mi cuarto, limpio y perfumado. Después dale una buena cena y mándalo a descansar- dice mientras lame su labio con su lengua. Se puede ver sus colmillos.
-sí, señora. Enseguida- voy a la cocina donde se encuentra Marina, la cocinera y sentado en la mesa esta Rifo. Esta pálido. La señora se ha estado alimentando muy seguido y no es por mi culpa. Se por otros humanos como yo, que cuando un vampiro empieza a beber más seguido de su humano es porque su sangre no es suficiente y lo peor es que después de unos cuantos meses, muere por una grave anemia.
-Rifo, la señora quiere que vayas a su habitación- el asiente sin ganas y estira la mano. Le entrego las toallas y se va a su cuarto para asearse.
-mi niña te ves cansada- me dice Marina.
-si. El señor Edgar estaba muy ocupado y no me atendió enseguida, así que otra vez tuve que escuchar el regaño de doña Lucrecia- digo.
-pero no es todo, ¿cierto?- mi mira. Esa mujer me conoce mejor que nadie.
-no. Me dijo que si lleva una vez más tarde, me devolvería a la guarida y no quiero. Hay hace frio, no hay comida y pueden encontrar a un vampiro cruel que lo único que busca es tu sangre por una noche y luego te asesina- digo.
-tranquila. Aun tienes una oportunidad-
-sí, eso es verdad- le digo.
-me entere que el dueño del pueblo, el señor Grey, está visitando a los híbridos puros para que lo aconsejen. Algo de que quieren utilizar menos mujeres para que se reproduzcan y puedan tener más alimento en un futuro- suspira. Mierda de mundo.
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-esto es injusto. Para todo el mundo somos comida. Tanto para los híbridos puros, híbridos normales y los puros- digo sin gana.
-deja de pensar en eso. Es mejor comenzar a preparar la comida. Ya es tarde-
Y así se va la hora de almuerzo, la tarde y la cena. Lo único que hacemos es satisfacer a nuestra dueña. No es tan mala como aparenta pero tiene un carácter de mierda. Y eso me desespera.
Cerca de las diez de la noche me voy a mi cuarto. La casa queda a oscura y lo peor es que los seres de la noche salen a caminar y a cazar. Los vampiro puros no toleran muy bien la luz del sol, por eso tienen esta vida nocturna, aunque el alcalde la tolera muy bien.
Mi mundo es un desastre. En resumidas cuentas esto es una división por sangre. La cuidad Los Lamentos está dividida en 4 grupos.
El primero lo conforman los vampiros puros. Ellos genéticamente son vampiros, no hay una gota de sangre humana en sus venas. Son atractivos y tienen habilidades especiales. Se dice que pueden controlar algunos elementos naturales como los son el agua y el aire. Además de habilidades mentales y fuerza sobre humana. Ellos son crueles y egocéntricos ya que con un solo movimiento pueden destruir regiones.
El segundo lo conforman los híbridos puros. Ellos genéticamente tiene entre el 75% al 99% de sangre vampiro. Ellos pueden comer algunos alimentos pero su dieta más que nada es la sangre. Ellos son los consejeros de la cuidad. Por lo general el alcalde los escucha pero es quien toma las decisiones al final.
El tercer grupo está por los híbridos normales. Ellos genéticamente tienen entre un 5% a 74% de sangre vampiro. Su dieta es un 70% de alimentos y un 30% de sangre. Ellos son los encargados de llevar las cuentas, la administración y más cosas que existen en el pueblo. En resumidas cuentas administran la cuidad.
Y el último grupo son los humanos. Básicamente somos los que movemos la cuidad. Nos ocupamos de cultivar la tierra, cocinar, lavar, todos los quehaceres para poder vivir. Incluso le servimos a los vampiros. Genéticamente la sangre vampiro no debe superar el 4% y lo único comen son alimentos y nada se sangre.
Lo peor, es que, con esta división social también se dividió la cuidad. Si dividiéramos la cuidad en un cuadrado, lo único que tendrían en común seria la plaza con la catedral de Cielo negro.
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Me acuesto sobre la dura cama y me tapo con la pequeña y delgada tela que nos dieron para guardar un poco de calor, un calor que ningún vampiro puede tener, ya que son frío como el hielo.
Cierro los ojos y sin darme cuenta me quedo dormida. Estaba muy cansada y necesitaba descansar.
-no evadas tu destino- dice alguien. No sé de donde porque esta todo negro.
-¿Quién esta ahi?- no hay viento, sol, nubes o algo que me diga donde estoy. No hay casa, nada.
-aunque por ahora no recuerdas pronto sabrás de dónde eres- dice esa voz que me esta produciendo escalofríos.
-no sé quién eres. Por favor, dime donde estas- le digo.
-cerca y a la vez lejos- en ese momentos unos ojos rojos escalofriantes aparecen asiéndome despertar de golpe.
Santa madre, ¿Qué demonios fue eso? Me doy cuenta que aún es de noche. Me levanto y observo la luna llena desde mi habitación. Mi corazón aun late rápido por ese tonto sueño. Bajo mi mirada y veo que hay alguien que me está mirando. Por sus facciones se nota a distancia que es un vampiro puro. Levanto la ceja y dejo de mirarlo. Cierro la cortina y vuelvo a la cama. Ojala puedo volver a dormir.
