Capitulo 32

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1 mes después

POV CRISTIAN

Esta situación se nos está saliendo de las manos. Los muertos cada vez aumentan y el olor a descomposición es casi insoportable. Ana ha estado todos los días con punzadas en el vientre. Me dice que no son como los movimientos que sentimos cuando estamos los tres, según ella, son algo más.

No quiero pensar mal pero nada está saliendo bien en esta ciudad. Es como si Raymond Steele se hubiera adueñado de todo, incluso de nuestra forma de vivir.

Literalmente estamos escondidos en la casa. Las ventanas y las puertas han sido reforzadas. Doña Lucrecia llego hace 2 noches. Estaba muy mal, la había captura y tenía una herida muy complicada. Ana y Luna la curaron. Está en mejores condiciones pero en óptimas, no.

Muchos de los vampiros y humanos que están con nosotros han sido heridos por secuaces del nuevo alcalde. Me tiene los nervios de punta esta situación. Cada noche despierto asustado cuando escucho los gruñidos de algo cerca. Hace días que estoy escuchando esos gruñidos. ¿Quién es el que lo está generando? No tengo ni idea.

-Cristian, ¿En qué piensas?- dice Ana. Estamos en la cama tomados de la mano. Últimamente lo único que hacemos es estar en la cama. La palabra sexo creo que se ha borrado temporalmente de nuestras vidas. No hay ganas para ello y Ana lo entiende.

-en realidad, en lo mismo de siempre- digo desanimado. Ella se levanta con cuidado y me mira con el ceño fruncido.

-¿No eras tú quien me decía que dejara de pensar en eso? no me estás dando muy buen ejemplo- dice mientras acaricias los dedo de mi mano.

-supongo. Es solo que no se puede dejar de pensar en eso. Más cuando seré en un tiempo más el responsable de otra vida, de otro ser. Es preocupante- digo y ella asiente.

-lo sé. Estoy muy consiente de nuestra realidad, además...- se queda callada y se levanta. Mira en dirección a la calle y palidece.

-¿Qué ocurre?- digo levantándome para seguirla.

-van a entrar a la casa- dice en un susurro.

-¿Cómo lo sabes?- digo mientras la quita de la ventana.

-porque están entrando en las casa colindantes. Es solo cuestión de tiempo. Solo... que hay un problema bastante grande en mi- dice y frunzo el ceño.

-¿Cuál problema?-

-mi otro yo no está. Hace dos meses que no lo escucho ni lo siento, salvo por ahora. ¿Qué está ocurriendo con ella? Nunca me había abandonado por tanto tiempo- dice y niega con la cabeza.

-puede ser que este guardando fuerzas para pelear. Ahora que estas embarazada, tu energía se está dividiendo entre tres seres. Debes de estar tranquila. Voy a bajar para avisarles a los demás que hay que estar alerta. ¿Está bien?- ella siente con la cabeza. La abrazo fuertemente y la beso apasionadamente. No me quiero separar de ella.

-debes irte. Los seres y humanos que están en esta casa también dependen de ti. Vete. Estaré en la habitación- dice. Me empuja en dirección a la salida y me sonríe.

Los junto a todos en la sala principal para poder conversar. Es hora de decir que es lo que vamos a hacer y cómo enfrentar a nuestros atacantes. Quedarnos sentados solo provocara que nos maten de manera más rápida.

Tengo que dejar de ser pesimista.

-no nos podemos defender. Son demasiado. Por cada 1 de nosotros, hay 20 de ellos- dice un humano.

-deberíamos buscar la manera de salir. De huir. Puede que afuera también corramos riesgos pero no tantos como aquí. Lo desconocido está siendo más seguro que lo conocido- dice un vampiro. Suspiro frustrado.

Llamado de la sangre: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora