Llamado de la sangre: Cristian y Anastasia

Capitulo 28

POV CRISTIAN

Es casi media noche, cuando decido ir al laboratorio. Tengo solo una cosa en la mente y es descubrir lo que no me están diciendo.

Después de que Ana me contara una parte de lo que sabe, porque sé que sabe mucho más de lo que está diciendo, estuvimos acostados en la cama abrazados. No hicimos nada, salvo mantenernos juntos por varias horas. Acariciaba su pequeño vientre hinchado mientras ella acaricia mi cabello. Es una caricia tan simple pero que significa tanto.

Se quedó dormida por un par de horas y luego la desperté para que comiera algo. Comió una buena porción de estofado y luego me pidió si me podía acostar con ella, hasta que se durmiera. Me sorprendió su petición pero también comprendí que no lo está pasando bien, más aun, cuando todos los secretos de esta ciudad, están acabando con su tranquilidad.

Es por ese motivo que estoy enojado. Esta cuidad debería ser un lugar donde las personas y los vampiros pudieran dormir tranquilos y convivir en paz pero no es así. Siempre hay discusiones y pelas pero sobre todo hay muerte. Muerte de inocente, que ven como sus vidas se apagan por el hambre de otro.

Eso llevo a que tomara esta decisión. Si el laboratorio sigue ocultando cosas, las tendré que descubrir a las malas. Este es mi cuidad, por algo soy el alcalde y es como si no me tomaran en cuenta. Ana tiene razón, soy un simple alcalde títere. Aprieto las manos al darme cuenta de eso.

Camino con cuidado entres las tantas habitaciones del laboratorio pero algo llama mi atención. Detrás del laboratorio hay un nuevo edificio, de color oscuro que pasa desapercibido detrás del bosque de día, pero de noche las luces sobresalen. No recuerdo nada de esto. En ningún momento me ha llegado alguna notificación de esta construcción y tampoco he firmado nada que diga sobre alguna ampliación.

Llego a la sala que siempre me dejan entrar. Esta de la misma forma que la recuerda. Limpia con unos cuantos tubos de ensayos llenos de líquidos de varios colores. Nada sale de lo normal, salvo, que está sola. No hay nadie trabajando en lo que sea que tengan que estar trabajando.

Recorro el lugar, buscando algo que no tenga que ver con este lugar. No hay nada, salvo un aroma dulce que viene de los tubos de ensayo. Frunzo el ceño. ¿Por qué tienen ese olor? Los químicos tienen olores muy fuertes y molestan. Me freno de golpe al pensar en eso. Ana tiene prohibido entrar al laboratorio mientras este embarazada.

Salgo del lugar y camino hasta las otras habitaciones. Están igual de solas que las demás habitaciones y me comienzo a molestar. Tanto afán que le dan al laboratorio para que lo dejen solo y sin trabajar. Esto ya es mucho.

Llego a la conexión que hay entre las dos construcciones y sin hacer mucho ruido, paso a la nueva construcción. El ambiente es cálido y es todo nuevo. Los pisos están compuesto de cerámica blanca y negra. Las paredes están perfectamente pintadas y para mi sorpresa, al centro, hay un pequeño jardín con muchas flores.

-esto es más fácil de lo que pensamos- dice una voz que se acerca. Me escondo en una pequeña puerta que hay a un costado del pasillo.

-engañar al alcalde fue muy fácil. El idiota no sabe lo que realmente hacemos en este lugar. Si supiera lo que estamos haciendo su lucha para una equidad, se iría a la mierda. Este mundo es de los vampiros. Los humanos simplemente son comida. Y eso es lo más importante- dice otro. Aprieta las manos y contengo las ganas de matarlo.

-este lugar es solo para los vivos y en este momento, los humanos no son lo más importante. Somos nosotros. Es por eso que el ejército cada vez está más cerca y la extinción de los repudiados está más cerca- dice sonriendo.

-lo único que no puedo comprender es que vamos a hacer sin los repudiados. De ellos sale el gen que se utiliza para crearnos- dice.

-no deberías preocuparte. El jefe nos ha contados a todos que ha encontrada el ser que nos ayudara a todos. Que con solo una gota de su sangre, puede alimentar a un vampiro. Eso es genial. Imagínate con un solo litro de sangre, podría alimentar a miles- dice el otro emocionado. Si idiota lo sé. Esa persona vive en mi casa.