11. Hielo

2.1K 94 12
                                    

Había una pequeña fiesta esa noche para celebrar lo bien que había ido el primer live y para que todo el mundo pudiera estar un rato juntos antes de que cuatro participantes fueran eliminados al día siguiente. Lux no podía entenderlo. Cuatro participantes, haciendo que de 16 pasaran a 12, era una locura, pero necesario.

Había una especie de actividad frenética en la sala. Todo el mundo hablaba sobre quién había sido su favorito y Lux sonreía cada vez que escuchaba a alguien decir su nombre. Pensaba que una de las mayores de 30, Jessica, había sido la mejor esa noche, con su interpretación de una canción de Beyoncé que había quedado preciosa.

Lux se quedó con los concursantes un rato pero se sentía de alguna manera separada de ellos, así que decidió coger algo de comida e ir a la cama. Se moría por quitarse esos horribles tacones.

Cuando entró en el comedor, vio a Harry sentado solo, llevando cascos por encima del gorro y sumergido en su música. Lo ignoró mientras pasaba a la cocina, iba directa al congelador y cogía un cartón de helado de Ben&Jerry’s de cookie dough y una cuchara. Estaba a punto de irse cuando retrocedió, cogiendo una segunda cuchara y volviendo al comedor. Se sentó al lado de Harry, viendo como lentamente la miraba. Le tendió la segunda cuchara.

Él intentó retener la sonrisa, viéndola abrir el helado y hundir la cuchara en él, pateando los zapatos para quitárselos. Suspiró satisfecha, hundiéndose en la silla y mirando a Harry mientras paladeaba el helado.

Miró hacia arriba justo a tiempo para verle lamer su cuchara y fue uno de esos momentos en que Lux deseó que el tiempo se ralentizara porque era una vista maravillosa. Su cuerpo bullía de actividad, pero ahora era por razones diferentes, razones relacionadas con Harry. Odiaba admitirlo.

Ok, odiaba al chico o, al menos, no le gustaba un montón, pero eso no le hacía menos sexy. Él era un montón de sexy, y tendría que haber sido un asesino o un violador para que ella no lo encontrara atractivo. Ser un poco gilipollas lo hacía incluso más sexy de lo que era en realidad, sinceramente.

Lux se levantó con la cuchara en la boca, quitándose la americana para quedarse solo en su vestido y luego se puso detrás de Harry, quitándole los cascos.

-¿Qué escuchas? – Le preguntó antes de ponérselos para escuchar a… ¿Harry?

-¿Te escuchas a ti mismo? – Se rio, viéndolo encogerse de hombros y asentir. La continuó mirando, comiendo el helado mientras ella escuchaba la canción que sonaba. Era como el cielo del pop.

-Quizá voy a tener que comprar vuestro álbum. Sonáis como… - Hizo una pausa, inclinando la cabeza. – Como si los Backstreet Boys y los Jonas Brothers tuvieran un hijo y saliera británico.

Harry rio, poniendo los cascos alrededor de su cuello, todavía lamiendo la cuchara. Ella tuvo un pensamiento fugaz en que deseaba en que la lamiera de esa manera, pero tan pronto como lo pensó, frunció el ceño, borrándolo de su mente. No, ella no permitiría eso. No.

Lux se sentó en la mesa enfrente de él, colgando del borde y cogiendo más helado, llevándolo luego a su boca. Mientras lo hacía, una gota cayó a su muslo, cerca de su rodilla. Harry lo vio también y la quitó con su dedo índice, chupándola después. Los párpados de ella se entornaron y miró a su pierna, en el punto donde él la acababa de tocar, sintiendo ese punto arder con una gran cantidad de deseo. Estaba ascendiendo lentamente por su pierna, intentando invadir su cuerpo entero y su mente. Ella no lo permitiría, no dejaría que pasara.

Saltó de la mesa, cogiendo su chaqueta y zapatos y salió corriendo de la habitación sin pronunciar otra palabra, dejando la cuchara enterrada en el helado. Harry la miró confundido, preguntándose qué cojones la habría hecho huir así, preguntándose si era algo que había hecho. Guardó el helado, gastando un segundo en escribir “Harry + Lux” en él, así nadie lo comería y cogería sus gérmenes, y luego subió las escaleras. Se dirigía hacia su habitación, pero hizo una rápida decisión de pasarse un segundo por la habitación de Lux para asegurarse que estaba bien.

Caminó hasta la puerta, sabiendo que ella estaba sola, abrió la puerta lentamente, esperando que ella le gritara que saliera. Pero no lo hizo. Harry podía oír un sonido tenue, como un móvil vibrando, y silenciosamente se deslizó en la habitación, preguntándose si ya estaría dormida.

Justo antes de que llegara donde Lux podría verle, la escuchó hacer un sonido. Podía ser un gruñido de dolor o un gemido de placer, y, a juzgar por la “vibración” que escuchaba, apostó que era lo segundo.

Oh, Dios. Pensó, dándose la vuelta para irse tan silenciosamente como pudiera.

“Harry…” La escuchó susurrar, su voz débil y sin aliento. Se giró, esperando verla ahí, pero no estaba. Todavía estaba en la cama.

OH, DIOS MÍO, gritó la mente de Harry y una gran, engreída sonrisa se apoderó de sus labios. Se cubrió la boca con las manos para tapar la risa que le daba al escuchar eso, pero al mismo tiempo, lo hacía querer saltar de alegría. Se sentía alagado más que nada, no le daba yuyu, más bien quería escuchar más.

-¡Joder, joder, joder! – Harry dio un bote cuando Lux tiró algo contra la pared y, a juzgar por la falta de la vibración, era su consolador. Ella susurraba sola, maldiciendo por lo bajo y repitiendo, - ¿Qué estás haciendo? Para.

Su sonrisa desapareció, esperó para ver si escuchaba más, pero no lo hizo. En su lugar, se encontró a sí mismo yendo más cerca de su cama, y casi chocando con ella cuando giraba la esquina.

Lux gritó. Harry gritó cuando ella gritó, y luego Lux se miró a sí misma, dándose cuenta de que estaba solo en ropa interior. Ella se cruzó los brazos sobre el pecho, apretando la mandíbula mientras empezaba a parecer y sentirse muy incómoda.

-¿Cuánto… Cuánto llevas ahí de pie? – Susurró, incapaz de mirarle a los ojos.

-Lo suficiente para escucharte gemir mi nombre. – Harry se rio de ella, viendo como sus ojos se abrían de golpe cuando lo miró. Vio como se le llenaban los ojos de lágrimas y, cuando se giró, corriendo al baño y cerró la puerta, se dio cuenta de que en realidad ella esperaba que mintiera para evitarle esa vergüenza.

Debían haber estado llevándose demasiado bien para ser cómodo, porque Harry no era así y ella lo debería saber ya. Obviamente, él había bajado la guardia demasiado a menudo alrededor de Lux, haciéndole pensar que había algún tipo de bondad en él cuando no la había. Solía haberla, pero ya no.

-Siempre voy a terminar haciéndote daño, Lux. – Le susurró, sabiendo que ella no podía oírlo, pero sentía la necesidad de decirlo en voz alta. Pensó brevemente en decirle algo, pero incluso si lo hiciera, sólo empeoraría las cosas. Si la consolara, ella pensaría que todo estaba bien y que Harry era diferente. Si él se burlaba de ella un poco más, él la marcaría de por vida y haría las cosas incómodas entre ellos para el resto de esta competición. Era mejor dejarlo así y esperar que mañana, todo esto quedara detrás de ellos.

Lux pudo oír como se cerraba la puerta cuando salió de su habitación, pero no se movió del suelo del baño donde ella estaba acurrucada, dejando que las lágrimas cayeran. Eso había sido completamente su culpa. Sabía como era Harry, sabía todas las partes horribles de él, ¿y pensaba que era mejor sólo por haber visto unos cuantos destellos de su lado bueno? Sí, claro. Harry nunca sería bueno para ella, él se lo demostraba una y otra vez.

Aun así, eso no paraba los sentimientos que se despertaban dentro de ella al verle, y odiaba tener ese sentimiento de “quiero arreglarte” a su alrededor. Ella no quiere ser una de esas chicas, pensando que tenían el poder de arreglar todo el daño y a los chicos rotos del mundo, sobre todo porque probablemente ni siquiera estaba roto, probablemente era sólo un masoquista.

Pero no importaba cuanto se repitiera Lux eso para sí misma, no cambiaba el hecho de que había mirado dentro de esos horriblemente hermosos ojos y había visto el dolor que él intentaba esconder. Ella había visto la capa de escarcha que llevaba para mantener su corazón congelado, para no poder sentir nada por nadie. Tenía tantas ganas de arreglarlo, de hacerlo volver de nuevo a la forma que era antes de que algo o alguien le pusiera hielo alrededor de su corazón.

Era una lástima que Lux no fuera el tipo de chica que iba con un descongelante a cuestas.

Dark SideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora