Dark Side

30. Momento

Lux quería ser egoísta y preocuparse por las eliminaciones de esa noche y sus problemas con Harry, pero le importaban más Sara y Niall que esas cosas. Su relación se había convertido rápidamente en pura, dulce y real. Niall la trataba con tanto respeto, era tan dulce con ella, Lux nunca había visto a Sara más feliz. Y ahora, ella lloraba sobre el hombro de Lux, hecha un desastre lloroso.

-¿Por qué hacen esto? Lo he estado haciendo bien en la competición, incluso mejor que lo que podría haberlo hecho sin el apoyo de Niall. Ahora lo alejan de mí, ¿Cómo si eso me fuera a hacer trabajar más duro? – Se paró un segundo para sollozar y limpiarse las mejillas.

-¡Todo lo que quiero es cantar canciones tristes y comer chocolate y morir! ¡El mayor resultado que obtendrán de esta prohibición será mi culo cuando se engorde de todos los pasteles que me voy a comer mientras veo pelis de Sandra Bullock! – Gimió Sara, y Lux se mordió el interior de la mejilla para no reír.

-¿Crees que todavía lo verás? – Susurró Lux, alzando las cejas.

-¡No puedo! Va en contra de… oh. – Sara la miró. - ¿Qué pasa si nos pillan?

Lux le dedicó una sonrisa de suficiencia.

-No os pillarán. Me aseguraré de ello.

-¿Harías eso en serio? Podrías meterte en problemas… - Sara empezó a negar con la cabeza.

-Lo sé, y esta competición lo significa todo para mí… pero nunca he visto un chico que mire a nadie de la manera en que Niall te mira a ti, Sara. Lo que ambos tenéis – es muy bueno. ¿Así que cómo puede alguien intentar negar eso? No me voy a apartar y ver como vosotros os destruís también. Si alguien en esta casa merece estar el uno con el otro, sois vosotros dos. – Lux la abrazó más fuerte, frotándole el hombro mientras Sara le rodeaba la cintura con los brazos.

-Te quiero. – Dijo ella bajito, gimoteando.

-Yo también te quiero. – Lux rio mientras Sara se movía para abrazarla en serio, estrujándola ligeramente.

-No creo que Niall quiera. Le importa demasiado mi puesto aquí como para intentarlo y arriesgar mi puesto. Quizá debería dejar lo de colarnos por ahí a ti y a Harry, ¿eh? – Sonrió Sara, empujándola ligeramente.

Lux intentó sonreír y asentir, pero su cara se descompuso lo suficiente como para que Sara se diera cuenta.

-Oh no, ¡No me digas que vais a dedicaros a encerraros en los armarios y devoraros el uno al otro! Eso es tan tú y Harry. – Jadeó ella, sentándose bien y girándose para mirar a Lux.

-Nah… No creo que eso vaya a pasar. En realidad, Harry… me dijo que le importaba más yo que él mismo, así que iba a intentar no ser egoísta y dejarme para que me concentrara en la competición.

-Eso suena como Niall. No Harry. Quizá ellos como que… han cambiado personalidades. ¡Ohdiosmío, como en Ponte En Mi Lugar! – Sara dio una palmada, sus ojos abriéndose como platos. - ¿Has hablado con alguna mujer china rara últimamente? ¿Llevaba galletas de la fortuna?

Lux no pudo evitar reír a carcajadas esta vez, echando la cabeza hacia atrás y poniéndose la mano sobre la boca para intentar parar. Sara era una de esas chicas que no podían evitar reír cuando alguien más reía, así que sus risas se mezclaron con las de Lux, tan fuertes que no escucharon como picaban a la puerta.

-Las dos parecéis horriblemente felices. – Acento irlandés, con un pequeño gemido al final. Ambas pararon de reír inmediatamente y miraron a Niall, quien tenía las mejillas rojas y la boca en un puchero.

-Cielo. – Lloriqueó Sara, levantándose y corriendo hacia él. Rodeó su cintura con los brazos y Lux sonrió al ver como los brazos de él la engullían en un abrazo. Lux olvidaba lo bajita que era Sara porque siempre llevaba tacones altísimos, pero en ese momento ella estaba descalza y llegaba por debajo de los hombros de Niall. Parecía una niña comparada con él, pero de la manera más adorable posible.