Different Girl [#Changes 1]

4. Nuevas amigas.

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Termino de aplicarme un suave brillo en los labios, echo el último vistazo a mi apariencia en el espejo de mi tocador y me voy al instituto.

No me canso de las ventajas de vivir solo a 3 manzanas de distancia del instituto, puedo levantarme media hora antes y llegar puntual, no necesito un auto para movilizarme.

Camino a velocidad moderada mientras escucho Save me de BTS. Amo con mi alma a ese grupo.

Llego a la entrada del edificio y suspiro. Una nueva semana de clases comienza y espero que todo siga marchando normal. Camino por el pasillo principal.

—¡Hey, Samantha Collins!—Grita un chico que jamás había visto. Tiene el cabello negro, es muy alto y una linda sonrisa, ¿Cómo no pude verlo antes aquí si él luce tan bien?

—¿Sí?—Pregunto con frialdad bañando mi voz.

—Quería saber si tú...—Comienza a decir

—No otra vez—Lo detengo al instante.

Sabía que sería complicado para los chicos con los que solía salir o los que tenían la ilusión de hacerlo, verme en mi nueva faceta, pero ya me está hartando que sigan preguntando si quiero salir o follar con ellos.

—Pero...

—Dije que no y no cambiaré de opinión—Sentencio y me voy a mi casillero. Estoy cansada de todo esto.

—Al menos escúchame, mi propuesta es buena.

—No me interesa— Digo. Comienzo a alejarme pero el chico me jala del brazo.

—Espera, Samantha. Es por tu bien.

—¡Suéltame!—Le digo zafándome de su agarre.

—Eres tan insoportable como pareces, Collins.—Dice con arrogancia.

¿Qué?

—No me importa qué percepción tienes de mí, estúpido, solo no me molestes más, no voy a tener sexo contigo.

—¿Quién querría tener sexo con alguien como  tú a fin de cuentas?—Me responde por lo bajo y no lo soporto.

Me volteo y le doy una cachetada épica. Ahí tienes imbécil. Por no saber afrontar un rechazo con sensatez. Acomodo mi bolso sobre mi hombro y sigo mi camino. Estoy furiosa.

Los estúpidos chicos del instituto aún siguen pensando que lograrán tener un rapidíto en el cuarto del conserje conmigo. Sus propuestas no dejan de ser dichas y ya estoy cansada.

Creo que tatuarme la palabra no en la frente es muy tentador.

—Amiga—Dice Derek cuando me ve, alarga la última a con emoción.

-Hola—Respondo amargada. Él se cruza de brazos observándome.

—Uy, ¿Qué pasa? ¿Por qué estás de tan mal humor?—Cuestiona.

—Estoy cansada de todo esto, D, esos imbéciles chicos no se convencen de una vez por todas de que ya no soy la misma. Quisiera solo que lo olvidaran—Él me mira con ternura después de escucharme.

—Ven acá—Me invita a acurrucarme en sus brazos. Me abraza con fuerzas y besa lo alto de mi cabeza—todo irá bien, pequeña Sam, solo aguanta un poco más—No te doblegues, sigue con tu ideal intacto.

Sonrío contra su pecho. Tiene razón no debo rendirme así de fácil.

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