11. Rumores.

4.5K 387 50
                                    


°°°°°°

—Eres un idiota—Le digo a Damián luego de unos segundos.

—Lo lamento.

—Mentir, aunque sea en lo más mínimo, es siempre perjudicial, Damián. Deberías aprenderlo.

>>Lo que hiciste ese día fue lindo—Admito—, pero quiero que entiendas que yo no estoy dispuesta a comenzar una relación. Eso no sucederá, aunque agradezco y valoro tus sentimientos hacia mí, no puedo ofrecerte más que mi amistad.

Damián luce decepcionado, pero no es mi culpa. Estoy siendo sincera y genuina.

—Lo comprendo. No te preocupes—Responde. Decidimos pagar la cuenta e irnos. Él me llevará a casa.

-Entonces... Esto es todo—Dice estacionando su auto fuera de mi casa. Suspiro. Siempre he odiado el drama innecesario.

—Mi amistad siempre estará disponible para ti, recuerda. Tuvimos un pasado divertido y placentero, sí. Prefiero no lo arruinemos con sentimientos.

—Está bien, Sam. Lo entiendo—Le sonrío y  bajo de su auto.

—Nos vemos mañana, Damián—Le digo para luego cerrar la puerta.

Entro a casa. Voy por un vaso de jugo a la cocina. Papá está sentado en la mesa viendo unos papeles.

—Hola.—Saludo. Él no responde. Me ignora. Bien, si quiere que sean así las cosas, me parece perfecto. Yo no mendigaré nada de él.

•••••

Todos me observan cuando llego al instituto. Hace algún tiempo no me miraban de esa manera. Como si yo hubiese cometido un error vergonzoso.

¿Qué está ocurriendo?

Derek hoy no vendrá a clases porque Paul aún sigue enfermo. Así que estoy sola soportando esos cientos de ojos sobre mí.

—¡Sam!—Grita Lisa desde un pasillo. Me apresuro a su encuentro. Ella luce alterada.

—¿Qué ocurre?—Pregunto. Ella baja la mirada hacia un papel arrugado en sus manos.

—Debes ver algo.—Dice y me indica hacia los casilleros. Camino junto a ella hacia el lugar.

Mátenme.

Ahí, en todo el área, hay cientos de papeles con una fotografía mía. El título dice "La zorra siempre será zorra". Más abajo hay un montón de nombres de chicos. Chicos con los que he tenido algo.

Me siento humillada, herida, molesta, ofendida y un poco perturbada. Aunque no tendría porqué, no es como que ellos estuviesen mintiendo. Ni tampoco cometí ningún crímen. Tener una vida sexual activa que no perjudique a nadie es algo normal. Observo a mi alrededor, ¿Quién pudo hacerme algo tan vil? Mis manos tiemblan, estoy al borde de un ataque de pánico.

Ryan sale de la multitud con una sonrisa triunfal. Él fue. Él quería esto. No, más bien. Lo necesitaba. Su objetivo era verme destruida. Bien por él, casi lo logra.

Me intento recomponer tomando bocanadas de aire. Levanto mi cabeza y camino hasta él.

—¿Crees que con esto me harás llorar?—Pregunto desafiante desde mi lugar.

—Claro que no. Tú no tienes sentimientos, Samantha. Pero lo que sí haré es dejar en claro tu lugar en este instituto. Eres la fácil y eso jamás cambiará.

—¿Te detuviste a pensar un poco en lo patético que te ves haciendo esto? ¿No? Por supuesto. Estoy de acuerdo en la igualdad de género, pero tu realmente desprestigias el tuyo, Ryan. Te ves como un niñito enojado porque ya no tiene lo que tanto desea—Indico con mis dedos hacia mi cuerpo— algo que jamás volverá a tener—Puntualizo.

—No me importas, Collins—Responde. Puedo notar una vena sobresaliente en su frente. Todo lo que le dije lo enfureció.

—¿No? Entonces, ¿Por qué pierdes el tiempo en todo esto? Ah, ya sé, porque estabas perdidamente enamorado de mí cuando te cambié por Josh, tu mejor amigo, te enfadaste y demasiado. Como olvidar cuando me llamabas llorando para que tuviera una relación seria contigo—Le recuerdo.

—¡Eso es mentira!—Intenta defenderse.

—Aún conservo los audios. Esos que oía con Josh para burlarnos un rato luego de tener sexo. ¿Quieres oírlos?

—Eres una...

—¿Zorra? No, Ryan, no lo soy. Solo disfruto de mi sexualidad como se me da la puta gana y créeme cuando te digo que soy muy inteligente, porque por lo menos no he salido embarazada como tu hermana—Le doy ese golpe bajo porque se lo merece.

—No te metas con ella—Dice al borde de la explosión. Sus ojos lanzan llamas y cada vez está más cerca de mí con sus puños cerrados.

—No te metas conmigo, Ryan. He sido bastante comprensiva con tu odio hacia mi persona, pero estoy perdiendo la paciencia. Comportate como un hombre, asume que solo lo pasamos bien y supéralo. Déjate de niñerías y si tanto te molesta que yo folle con otras personas, ve a un psicólogo, porque eso se llama obsesión.

Doy media vuelta y me voy al salón de clases. Todos los estudiantes están en silencio. Les he dado un gran espectáculo, eso es lo que los alimenta. Los chismes.

Me siento triunfadora, aunque muy lejos de sentirme feliz. Me odio. Quizás sí no me hubiese involucrado con él, no tendría que soportar que sea un imbécil despechado.

Al parecer el avance positivo de aceptación que hubo hacia mí, se fue por la borda. Estoy en el punto inicial nuevamente. Las chicas me ven con rencor mientras mis amigas y yo quitamos los estúpidos afiches.

No quiero aceptarlo pero duele. Duele bastante ver miradas de desprecio. Antes me daba igual porque estaba acostumbrada y me gustaba tener ese tipo de reacción en las personas, ahora ya no quiero esto. No quiero ser la mala de la historia.

—Sam...-Damián susurra mi nombre. Está parado frente a mí. Un folleto de esos en sus manos. Lo observo y doy media vuelta, no quiero hablar con él, ni con nadie—¡Espera!

No lo hago, de hecho, comienzo a correr hacia el patio. No me había percatado de que mis ojos estaban acumulando lágrimas.

¿Realmente me está afectando la estupidez que hizo Ryan? No puede ser.

Mi problema es que duele haber perdido el avance positivo de mi nuevo estilo de vida. Joder. Ya nadie hablaba de mí a mis espaldas. Estaban olvidando a la Sam fiestera y que cambiaba chico todas las semanas. Ahora veo en sus ojos el mismo reproche. ¡No debería importarles!

Llego a la cancha de fútbol y me siento en la gradas. Me río sarcásticamente sin dejar de llorar. Por supuesto que debía pasar algo así, no todo podía seguir siendo tan perfecto. Me cubro el rostro con las manos y comienzo a llorar. Me vuelvo vulnerable y débil en la soledad.

—¿Samantha?-pregunta una voz masculina cerca de donde me encuentro.

Different Girl [#Changes 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora