44. Lucha de Titanes.

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Odio las competencias deportivas, pero ya no hay vuelta atrás. Debo ganar este partido de ping pong. La chica con la que compito me observa como si yo fuese un insecto. ¿Será porque me está partiendo el trasero?

Miro el marcador, ella ha ganado dos partidos y yo uno, son cinco en total. En el cuarto me está masacrando, lleva 6 puntos más. Debería rendirme y guardar un poco de dignidad. Por Dios sí.

Veo a Lisa y Jennie gritando mi nombre desde las gradas del gimnasio, a pesar de que todos los demás están en silencio y me observan con lástima. Pero mis amigas me siguen alentando. Par de ridículas, las amo.

Tomo la pequeña bola con mi mano izquierda y me preparo para sacar. Soy muy mala, no lanzo ni con potencia, ni con precisión. Un asco. Por lo menos me preocupo de que caiga dentro de la mesa. Ella responde mi saque con un perfecto y agresivo remache, el cual termina golpeando mi frente. Adiós orgullo. Adiós dignidad.

•••••

—Lo hiciste muy bien, cariño—Me anima Vincent poniendo una bolsa con hielo en mi adolorida frente. Intento fruncir el ceño pero no puedo.

—Fui patética, por Dios, le dije al profesor Donoso que no serviría para esto—Me quejo. También suelto un chillido cuando mi novio hace un poco de presión en mi frente.

—¡Sammy!—Grita Derek desde el otro lado del gimnasio.

Ay no.

—El viene con una sonrisa tipo Guasón, Sam—Me advierte Vincent.

—Tengo muy claro que se va a burlar de mí—Digo encongiéndome de hombros.

—¡Amiga! Pero qué ridículo más grande hiciste allá—Dice alzando aún más la voz—. Hubiese sido mejor que fingieras un ataque cardíaco antes de perder todo ápice de orgullo que hayas poseído durante tu miserable vida. Eres un desastre, la peor, me atrevería a afirmar. Sería conveniente que no salgas de tu cueva nunca más—Concluye. Trago saliva con dificultad debido a que estuve con la boca abierta durante su discurso motivacional. Sí, estoy siendo sarcástica.

—¿Podrías darme al menos una razón por la que todavía eres mi mejor amigo?—Pregunto. Derek se ríe.

—Porque me amas—Habla con seguridad. Echa un vistazo a Vincent, quién alza una ceja—. Sí, querido, ella me ama. Exactamente lo que tú deseas—Le dice. Mi novio comienza a toser.

—Basta, D. Es suficiente—Lo regaño controlando una carcajada que quiere escapar de mi boca. Mi mejor amigo rueda los ojos y comienza a buscar algo en su bolso.

Jennie, quién fue a la enfermería por alguna crema que desinflame mi bultosa frente, entra en mi campo de visión cuando oigo sus gritos. Está discutiendo y es con Lisa. ¿Qué demonios? Mi cuñada parece una fiera, está totalmente descontrolada. Me siento tan impactada, jamás la ví así. Cuando noto que Vincent y Derek corren para alejarlas, me doy cuenta de la gravedad del asunto. Estaban a un pelo de comenzar a empujarse, hasta quizás golpearse.

Me pongo de pie rápidamente y camino hacia ellas. Mi novio hunde la cabeza de su hermana en su cuello. Es un gesto tan íntimo y familiar. Ella poco a poco se tranquiliza. Por el otro lado, Derek se lleva a Lisa, está casi arrastrándola con todas sus fuerzas.

—¿Qué mierda está pasando?—Pregunta Vincent a Jennifer. Ella tiembla un poco ante el grave tono acusatorio de su hermano.

—No puedo creer que haya hecho eso—Habla Jen, con rencor tiñiendo sus palabras. Luego se suelta del agarre de Vin y camina hacia mí. Por un segundo pienso que también comenzará a gritarme, pero en su lugar, me abraza. Le correspondo de inmediato.

>>Ella le escribió a Stefan por facebook y dijo que yo estaba completamente desesperada por verle otra vez—Susurra en mi oído—. No puedo concebir que haya hecho algo tan bajo.

Aunque mi primera intención sea reírme a carcajadas por el motivo tan banal de una discusión así. Pongo mi mejor expresión de seriedad.

—Eso está muy mal—Opino.

—Es lo peor que una amiga puede hacerte, Sam-Dice soltandome—. Lisa es una estúpida, ese chico realmente me gusta, pero decirle que estoy desesperada, es horrible. Él debe tener una apreciación de mí tan insulsa en este momento—Dice cubriendo su rostro.

Observo a Vincent pidiéndole ayuda con la mirada. No sé lidiar con situaciones así, no comprendo el drama. Las mujeres somos demasiado complicadas.

—Tranquila, Jennie—Dice él acercándose—, si el tipo cree que estás desesperada, le romperé la cara. Lo cuál me hace feliz desde ya.

—¡Vincent!—Lo regaña mi amiga. Yo solo niego con la cabeza. No era el tipo de ayuda que necesitaba.

—Puedes irte—Le digo. Hago un gesto despectivo con mi mano. Él besa mi mejilla, revuelve el cabello de su hermana y se va.

—Bien. Veamos las variables de este problema—Comento sonando profesional en líos amorosos—. Stefan puede creer en el mensaje de Lisa o simplemente puede no creerlo en base a lo que conoció de ti. Si lo cree, no es tan malo porque, es factible que te llame para salir y eso sería exactamente lo que quieres.

—¡Pero no de este modo!—Me interrumpe enfadada.

—Jennifer, los cuentos de hadas no existen—Espeto cruzándome de brazos—, si creías que todo sería perfecto desde un comienzo, pues mejor ni siquiera intentes salir con alguien. Lisa solo quiso ayudar—Jen me aniquila con la mirada rápidamente—. Sí, ella solo quería ayudar—Repito—, no lo hizo de la manera más adecuada, pero y ¿Qué? Solo fue un mensaje. Puedes aclararle al chico que tu mejor amiga estaba bromeando y punto.

—¿Y si de verdad cree que estoy desesperada?—Pregunta angustiada.

—Si cree eso, es un imbécil y claramente le diré a Vincent que aceptamos su oferta de partirle la cara—Sentencio. Jennifer duda unos segundos.

—Está bien, tienes razón. Solo estoy exagerando.

—Y mucho—Acoto. Ella me asesina con la mirada—. Ahora ve a disculparte con Lis, debe estar muy exaltada aún.

—Me querrá sacar los ojos, Sam. Le dije que era la peor amiga del mundo. Me río.

—Puede que lo sea, no tiene derecho a culparte.

—Si Derek te dijera eso, ¿Cómo te sentirías?—Pregunta. Ruedo los ojos.

-Derek me ha dicho cosas mucho peores y aquí nos ves, Jen—Aclaro—. No te preocupes, ella te perdonará y también se disculpará por el mensaje. Todo irá bien, como la gran familia que ahora somos—Digo. Jennie asiente.

Caminamos juntas por los pasillos del instituto. Cuando pasamos por fuera del salón de profesores, uno de ellos nos detiene.

—Señorita Samantha—Dice con una sonrisa forzada. Es el profesor encargado de las aplicaciones universitarias. Tengo muy claro a lo que viene.

—¿Sí?—Pregunto. No me esfuerzo en ocultar mi nerviosismo.

—Estuve revisando las formas que completó la semana pasada—Se detiene y observa a Jennifer. Quién está muy interesada en el tema—. ¿No prefiere que hablemos en privado?—Niego con la cabeza.

— Ella es de confianza, no se preocupe—Respondo.

—Perfecto. Señorita Collins, usted no postuló a ninguna universidad, ¿Es lo que desea? ¿Sus padres están en conocimiento de su decisión? ¿Requiere orientación respecto a carreras universitarias? Aún hay tiempo para que haga sus elecciones—Finaliza. Mi estómago se comprime.

No tengo ni la menor idea de qué hacer con mi futuro.

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Different Girl [#Changes 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora