19. Resaca.

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Tengo unas ganas de vomitar incontrolables, me levanto de la cama con velocidad. Me ataca una arcada así que cubro mi boca y corro a mi baño, cuando abro la puerta veo a Derek durmiendo en el suelo. ¿Qué demonios? Paso por sobre él y me aferro al retrete. Que jodido asco.

—¿Sam?—Escucho a mi madre desde la puerta de mi habitación. Ni siquiera está en mis planes responderle—. Sam, ¿Estás bien?

—Hagan silencio—Reclama Paul desde mi habitación. Cuando vine aquí, no lo vi, ¿En qué lugar de mi cuarto estaba? En fin.

Cuando mi estómago queda completamente vacío, hago correr el agua y bajo la tapa. Si algo que detesto en la vida, es vomitar. Me siento el ser más repugnante del mundo.

Me pongo de pie con dificultad e intentando ser cuidadosa con Derek, quien aún duerme como un bebé.

Cojo mi cepillo de dientes, le echo un poco de crema dental y comienzo a limpiar mi boca.

—Sam, voy a entrar—Avisa mamá y abre la puerta. Ruedo los ojos—. Oh por Dios, Paul, ¿Qué demonios haces desnudo bajo la cama?—Me río haciendo que crema salte en el espejo. Ahí estaba él.

—No tengo la menor idea, Alice. Lo siento—Dice él. Su voz es ronca.

Solo por precaución reviso mi atuendo. Estoy perfectamente vestida de la misma manera con la que fui a la fiesta. Hasta traigo puestos los zapatos aún, me los quito, mis pies duelen un poco. Nunca sería bueno tener sexo alcoholizado con el novio de mi mejor amigo. Miro a Derek y él trae puesto el pijama que deja en mi casa siempre, más allá, en la ducha, está su ropa. Lo misterioso es cómo llegó aquí. Me acerco y checo su pulso, está vivo, por lo menos.

Salgo del baño trenzado mi cabello enmarañado, veo a mamá cubriendo a Paul con una manta mientras murmura sobre la responsabilidad.

—Hola, ma—Saludo. Ella se voltea y me inspecciona.

—¿Estás bien, hija?—Asiento.

—Solo vomité un poco. Creo que beber luego de tanto tiempo de abstención, fue muy mala idea.—Ella niega con la cabeza sonriendo.

—¿Es normal que esté orgullosa de que mi hija haya vomitado solo un poco?

—No, no lo es, ma—Ella hace un puchero.

—¿En dónde está Derek?—Pregunta. Indico con mi pulgar hacia el baño—¿Qué hace ahí?

—No tengo la menor idea, pero no está muerto, ni vomitado, ah, tampoco orinado, al parecer solo quería dormir ahí.

—Todos ustedes están dementes. Busca la ropa de Paul.—Me dice.

-Que lo haga él, no soy su sirvienta—Espeto.

—Está dormido otra vez, Sam—Cuando lo veo hecho un ovillo en el suelo, siento ternura. Iría a buscar su ropa a China si fuese necesario.

El día transcurre con tranquilidad. Dominic solo sale de su habitación para comer y luego desaparece. Solo quedan cuatro días. Mamá prepara el desayuno para nosotros y luego de que cada uno tome una ducha, nos vamos a casa de Derek para estudiar un poco, se acerca una ronda de exámenes.

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—Derek condujo, eso es muy irresponsable de su parte—Se queja Paul mientras caminamos al comedor para reunirnos con nuestros amigos.

—Paul, detente. Tú lo estabas aún más, así que eres tan culpable como él o como yo. Además, se suponía que tú eras el conductor designado—Lo regaño. Él se queda en silencio, sabe que tengo la razón.

—¡Sam!—Grita la estúpida de Lisa en mi oído. La golpeo en la cabeza.

—Te lo ganaste. Ya madura—Le digo.

—Te odio, ¿Sabes?—Me responde con una sonrisa socarrona. Ruedo los ojos. Caminamos los tres juntos hasta el comedor. En la mesa de siempre está Jennie, Derek y ¿Vincent? ¿Qué hace él ahí? Miro a Lisa y ella se encoje de hombros.

—Vamos por comida—Dice Paul. Mi estómago reacciona a esa palabra con leves gruñidos. Muero de hambre.

—Hola a todos—Saludo tomando asiento al lado de Jennie. Ella me revuelve el cabello.

—Soy tu favorita ¿a que sí?—Pregunta. Doy una carcajada y asiento, por lo que me gano de parte de Lisa un punta pies en mi rodilla derecha.

—Estúpida—Le susurro. Ella me guiña.

Vincent luce perdido en sus pensamientos. Codeo a Jennie y con gestos le pregunto porqué él está aquí.

—Tuvo un mal día—Me responde.

—Ya veo, ¿Qué tan malo?—Cuestiono. Él tiene cara de estar en un funeral.

—Una mala calificación, discutió con Jessica y llegó tarde a un entrenamiento de fútbol, el entrenador se molestó demasiado, así que lo sancionó.

—Cuanta mierda—Digo. Vincent sonríe. Idiota, estaba oyendo nuestra conversación. Así que acoto—. Pero definitivamente se lo merece.

Jennie me mira sorprendida, luego ve a su hermano y cuando se da cuenta que él está sonriendo, le lanza un lechuga.

—Sí, lo merece. Aunque si yo fuese la entrenadora del equipo de fútbol ya lo hubiese sacado—Comenta.

—Si tú fueses la entrenadora, sería el fin de mundo, Jennifer—Responde Vincent. Todos en la mesa nos reímos.

—Ya mejorará tu día, campeón—Bromeo. Me observa unos segundos.

—Está mejorando gracias a ti, Sam—Me contesta con una sonrisa sincera. Me gusta llevarme así de bien con Vincent.

Como un gran trozo de mi pizza. Delicioso. Estoy en el paraíso, nada podría arruinar este momento.

—¡Hey! Supe que fueron a una fiesta el sábado, ¿Cómo les fue en ella?—Habla Lisa.

—Oh gay Dios, nos fue muy bien. Excelente en realidad—Dice Derek con su característica voz chillona cuando algo lo emociona.

—Sí, al parecer demasiado bien, ¿O no, Samantha?—Habla Damián justo detrás de mí. Su voz es fría y dura. Me volteo a verlo. Está jodidamente enojado.

La pregunta es, ¿Por qué?

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Different Girl [#Changes 1]Where stories live. Discover now