Capítulo 7

27.2K 2.4K 510
                                    

Me siento algo nerviosa ahora que estoy de tras del volante, y no es por el hecho de conducir eso lo se hacer perfecto, es por que conduciré como Torretto, a 300 kilómetros por hora.

Pondré mi vivía en peligro solo por la excitación del momento, deberé ser estúpida.

Ladeo y me topo con la mirada de Nathan, éste me mira divertido y serio a la vez, raro pero así es. Mis manos empiezan a sudar y las palmas me pican, también soy consciente de que llevo vestido y por eso me lo enrollo entre mis muslos para que este no se levante mientras manejo. Trago duro, desvió mi mirada y observo el panorama. 

La carretera esta completamente sola pero se que no es una carretera desierta, mas bien es una poco frecuentada, cosa que agradezco que Nathan ya tomado en conciencia. 

Doy unos suspiros y por si las dudas saco mi celular y escribo un mensaje de texto algo rápido

Querido Heissen: 

Nathan me va a enseñar a conducir como a ti te gusta, casi a mil por hora. Por si las dudas y llego a morir, haz expandir un rumor diciendo que mis senos son mas grandes de lo que se ven y que Nathan y yo tuvimos sexo en exceso y que no morí virgen. Oh, casi lo olvido... le dice a Bambi que yo fui quien rompió su vestido turquesa pero que no fue en mal plan, fue porque soy una gorda, no me entro por un costado y se rompió. No quise decirle porque me dio pena, y también quiero disculparme contigo porque le había dicho que tu fuiste y por eso rompió tu camisa del Barcelona.

Sin mas que decir, los amo y los veré en le infierno.

En dado caso de que no llegue a morir, ignora este mensaje.

Orgullosa de revelar mi pecado y pedir perdón, guardo el móvil y volteo a ver a Nathan, él también esta guardando su móvil y su mirada choca con la mía, nos hablamos con ellas y nos preguntamos que si estamos listos y sonreímos en asentimiento. 

Enciendo el motor del auto y ¡por Dios! apenas me acaba de caer el veinte de que estoy en un ferrari, me siento tan poderosa y mi padre estaría extasiado si viera esta belleza, no se mucho de carros pero un ferrari no es cualquier carro, claro esta. El moto se escucha sensacional y saber que voy a dejar caer mi pie en el pedal y salir a todo golpe, hace que la respiración se me acelere y la adrenalina corra en mi, eso hace que recién ahora comprenda como es que a estos chicos les gustas dichas carreras.

— Relájate. —advierte Nathan. — Sí, esto se hace con adrenalina y se trata de dejarse llevar, pero cálmate estas alterada y no vas a pensar con claridad, tienes que estar serena, completamente tranquila y centrarte en tu mente, pero sobre todo, en tu seguridad.

El chico pone su mano sobre la mía que esta sujetando el volante, el motor sigue encendido pero no he hecho ningún movimiento, saco el aire que mis pulmones estaban acumulando y lentamente me voy relajando.

Mi respiración se vuelve normal y todo se vuelve normal. Nathan me mira divertido y esta de lo mas relajado como si este fuese su mundo y por un momento recuerdo de quien no se quien es realmente, así que muy posiblemente este sea su mundo.

— ¿Vas a este tipo de carreras muy seguido? 

— ¿Ilegales? —carraspea.

— Sí. — Aveces —contesta seco.

— Estoy lista.

— Muy bien, risitos. —suspira y me mira, solo me mira y yo lo maldigo por dentro, cuando mi respiración ya estaba controlarse viene este y me mira con esos ojasos que ¡Jesús, no son de este mundo! — Tengo que cuidarte, no quiero que te mates. —asegura y yo me quedo patidifusa.

Medio kilómetro de distanciaWhere stories live. Discover now