29. Calle de ensueño

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Katherine Geisler.

Te quiero.

Dos palabras, ocho letras, dos significados.

El "te quiero" significado Jax Wilson o el "te quiero" significado Edward Cullen.

Las incógnitas son: ¿me quiere pero no me ama? o ¿me quiere para toda la eternidad?

—¿Me quieres?—le pregunto para confirmarlo. Siento la revolución Rusa en mi estomago y la sensación de ir al baño a hacer del numero uno. Entrelazo mis dedos y trueno algunos de ellos debido a lo nerviosa que estoy.

—Te quiero—repite manteniendo su mirada clavada en la mía, sus ojos color miel no reflejan más que sinceridad en sus palabras.

La cara de la inocente Maritza golpea de lleno mis pensamientos y sin quererlo; comparo la situación del libro que leí hace tiempo... "cambiando tus reglas" y peor aún, recuerdo el final.

— ¿Me quieres como Jax a Murphy?

Se inclina hacia atrás y arquea una ceja mostrando su desconcierto.

— Personajes de un libro—le explico—. Él la quiere pero no la ama; ama a otra chica...

De solo imaginarme que nuevamente soy odiada por Cupido mis ojos se humedecen.

— ¿Amas a Maritza y me dices que me quieres solo porque la elegirás a ella?—me atrevo a preguntarle con la mirada baja, toma mi mentón suavemente y hace que lo vea a los ojos.

— Yo no soy Jax Wilson, soy Nathan Daniels—susurra pasando el dorso de su mano por mi mejilla—. Te quiero pero no te amo, sin embargo, estoy seguro de que voy hacerlo.

Sonrío.

— ¿De verdad?—le pregunto. Aunque parezca ridículo eso es lo más romántico que alguien me ha dicho y más cuando relaciona algo de un libro que leí con algo nuestro—. ¿Crees que vas a llegar a amarme?

Suspira.

Lleva uno de sus dedos al poco betún que queda de mi pastelillo y después lo lleva a mi frente como si esta fuese un papel y el betún su tinta.

No me muevo ni digo nada, espero pacientemente lo que está haciendo y después veo si me vengo o lo dejo pasar. Al finalizar su acto, saca su celular de su bolsillo izquierdo e inmediatamente lo lleva a posición de tomarme una foto; saco mi lengua, cierro un ojo y con mi mano izquierda hago la seña de 'amor y paz', el flash es instantáneo.

— Perfecta—dice al verla, segundos después me la muestra. Un gran 'Si' está escrito en medio de mi frente—. Sí, estoy seguro.

Quiero preguntarle si piensa que me amara más de lo que ama a Maritza pero eso es mucho masoquismo y justo ahora no quiero dolor. Por el momento, prefiero vivir en la mentira más hermosa que alguien me haya dicho.

— Aquí les tengo su café doble, una malteada, sus hot-cakes y un pay de limón—escucho decir a la mesera. Levanto mi mirada y le sonrío amable a la vez que un poco apenada pues estoy sentada sobre la mesa.

Me bajo rápidamente de la mesa.

— ¿Se enojo la encargada porque estaba sentada ahí?—le indico a la mesera la mesa, ella niega con su cabeza mientras acomodo los platos.

— No, no hay mucha clientela a estas horas de la madrugada por lo mismo no le dijo nada; solo están los viejos que pasan por aquí para irse al trabajo—explico al terminar de dejarlos platos—. Que tengan un buen provecho, con su permiso.

Sonríe amable antes de irse. Observo a Nathan y él me ve de manera extraña.

— ¿Qué sucede?—le pregunto. Tomo un tenedor y un cuchillo, comienzo a cortar mi hot-cake pero realmente no soy muy amante de los cubiertos, me desesperan.

Medio kilómetro de distanciaWhere stories live. Discover now