24. El primer día sin Katherine

27.6K 2.1K 1.8K
                                    

Nathan Daniels

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nathan Daniels

Paso mi mano por mi cabello por quinta veces en menos de 5 minutos; esto desesperado, muy desesperado.

Bebo el líquido de mi copa de whisky y este ya no quema tanto como el primero.

Ladeo y me encuentro con un incomodo a la vez que aburrido rostro de mi amigo Luca, pasando de ello ladeo hacia el otro lado y me encuentro con un muy divertido Sam tirándole dinero a las mujeres que bailan en la pista justo al frente de nosotros. Las mujeres hacen todo para llamar la atención mía o de mi mejor amigo, pero nosotros estamos tan metidos en nuestros pensamientos que por primera vez no nos importa ver mujeres semidesnudas bailando frente a nosotros con solo un objetivo en su cabeza: follar.

Miro mi copa de whisky y patéticamente solo observo la gota de agua resbalar por este. Hago una mueca dándome cuenta lo patético que estoy siendo por una mujer que lo único que se con seguridad de ella es que no tiene memoria antes de sus 16 años y que le gusta usar perfumes baratos con olores tan empalagosos que quieres alejarte corriendo pero irónicamente a mi me atrapan mas.

Supongo que ella es la miel y yo soy la abeja.

Una de las tipas se me acerca y se sienta en mi regazo con las piernas a los extremos de la silla. Intenta besarme pero rápidamente esquivo su beso como siempre lo he hecho con las mujeres, odio que me beses cualquier otra mujer que no sea Maritza... y Katherine.

Hace su trabajo en querer excitarme moviéndose bruscamente sobre mí mientras besa mi cuello. Sus manos juegan por mi cuerpo a la vez sus labios recorren mi clavícula hago otra mueca porque aunque quiera estar haciendo esto no puedo; pues los gemidos de Katherine, sus labios ligeramente abiertos, su pechos voluminosos, sus ligeras curvas, su olor tan penetrante, lo bien que sabe aunque a decir verdad toda ella sabe muy bien, entran a mi mente haciéndome cuestionar si lo que estoy haciendo está bien o está mal. Pero lo más impactante es que sus ojos, sonrisa, voz y olor es lo que me hace saber que la chica que está ahora justamente encima de mi no merece estar ahí, no debe.

Tiro de la chica con brusquedad hacia atrás y niego con la cabeza.

—¿Hice algo mal? —pregunta la chica desconcertada—. Pu-puedo hacerlo de nuevo.

Niego con la cabeza y le doy una sonrisa negativa.

Ella rodea sus ojos con enojo y toma bruscamente mi copa para después tirarla al suelo.

—Tú te lo pierdes.

Asiento en modo sarcástico. La chica se va y se sienta sobre Sam y al parecer el si quiere su atención.

—¿Qué fue eso?—me pregunta Luca. Ladeo y miro que me mira con el ceño fruncido. Me bebo de una todo el líquido de mi whisky.

—Katherine.

Luca sube los pies a la mesita que tenemos frente a nosotros y se recuesta en la silla mirando a la pista de baile donde unas chicas bailan en el tubo. Enciende un cigarrillo y lo fuma muy tranquilamente.

Medio kilómetro de distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora