40. Y vuelve el perro arrepentimiento

19.9K 1.4K 1.1K
                                    

Tardamos alrededor de 45 minutos en dar con el lugar, el viaje fue un muy incómodo pues tenía que sujetarlo de la cintura para no caer, durante todo el recorrido no volvimos a cruzar palabra y agradecí que se fuera balbuceado la canción de Kanye W...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Tardamos alrededor de 45 minutos en dar con el lugar, el viaje fue un muy incómodo pues tenía que sujetarlo de la cintura para no caer, durante todo el recorrido no volvimos a cruzar palabra y agradecí que se fuera balbuceado la canción de Kanye West, «stronger», para liberar tensión. 

Al principio pensé que llegaríamos a un lote baldío o a un lugar apartado de la gran ciudad pero no, logramos llegar a las orillas donde el ambiente era un poco más tranquilo, y ni tanto, porque a una cuadra antes de llegar al lugar en cuestión una música extremadamente escandalosa retumbara en los vidrios de las ventanas de las casas; hacia que mi corazón latiera más rápido.

Se detuvo frente a una casa con aspecto descuidado en comparación a las otras casas que habían alrededor, habían varias personas fuera del casa así como en la calle marcando territorio, miradas hostiles se posaron en nosotros pero nada que una mirada dura por parte de Nicholas no pudiera controlar.

Con un gesto Nick me pide que lo siga y yo, tontamente, lo hago. Entramos a la casa y sin poder evitarlo exploro el lugar: chicas bailan entre ellas pegando sus cuerpos contra la de su colega de una manera tan sexual que me hace sentir incómoda, he de decir me siento como en un bar de mala muerte, al seguir caminando detrás de Nick puedo ver que en muchos rincones del lugar chicas repiten las mismas acciones, otras beben lo que parece ser tequila de una botella como si fuese agua, chicos besan a las chicas como si se las quisiera comer... o quizás, eso están haciendo. Por otro lado, me quedo embobada cuando veo que un chico le introduce lo que parece ser un encendedor en la boca a una tipa y, en cuestión de segundos, fuego le sale de ahí. Ella parece divertida por lo ocurrido, y sin dar mucho tiempo, salta a la boca de él devorándolo por completo. Me quedo tonta.

Siento como la mano de Nick tira de mi brazo con fuerza, me coloca delante de él y me empuja desde atrás para que siga caminando derecho.

—En estos lugares no te puedes perder así como así... o mirar embobada a otras personas; pueden matarte o algo peor —informa quitándole la cereza a un chaval que pasaba por nuestro lado, como estoy de espaldas a él y sé que no puede verme; ruedo los ojos por su chiste de mal gusto. ¿Por qué lo dijo en broma, cierto?

—Haz lo que vas a hacer y vayamos de aquí —puntualizo. No me gusta estar en lugares como estos, no es como si me asustara, para nada, pero no me siento cómoda sin conocer a nadie; me siento fuera de lugar e indefensa, sin embargo jamás lo haré saber; pueden usarlo en mi contra—, tengo cosas más importantes que hacer que ver idiotas drogarse y a niñas tontas bailar como prostitutas mal pagadas.

Me empuja un poco más hasta llegar al patio, frente a mí hay uno círculo de chicos haciendo escándalo, estiro un poco mi cuello para ver el porqué y resulta que es porque dos de ellos se está agarrando a golpes.

No le doy mucha importancia; peleas callejeras había visto unas cuantas, confieso que la primera vez que ví una si me sacó un aire.

—¿Ahora qué? —digo, girando a verlo. Él busca con la mirada a alguien, ignorandome olímpicamente. Tomo eso a mi favor, y de manera cuatelosa, observo su cicatriz; es larga pero no muy profunda estoy segura que con un buen maquillaje estaría cubierta. Me da ansiedad en mi parte de la mejilla, dónde él tiene su cicatriz; ¿Cuando le pido haber dolido? ¿Mucho, un poco?, y sobre todo, ¿Como se la hizo?

Medio kilómetro de distanciaOn viuen les histories. Descobreix ara