16. ¿Por qué lanzas tus misiles?

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Canción: Antes de la seis/Shakira.

Abro la puerta que está frente a mí y al hacerlo lo primero que visualizo es una pequeña habitación de motel decorada con paredes en tapiz amarillo mostaza y flores, la decoración es totalmente horrible y se ve muy vieja, como si fuese de otra época.

Dejando de lado la mala decoración de lugar, lo que más me sorprende de la misma es el desastre que hay en ella; vidrios tirados, floreros hechos añicos en el piso, sabanas tirada, el televisor en el piso totalmente destrozado, llaves y puedo decir que hasta ropa. Eso mismo es lo que hace que busque a los dueños de ella, encontrándolos sobre la cama acostados en rotundo silencio.

Cierro la puerta tras de mi avanzando hacia la cama donde los sujetos están acostados. Al llegar me quedo en un shock durante un momento pero entonces comprendo todo, estoy soñando.

Quién está en esta en la cama somos Nathan y yo. Por mi parte avanzó hacia la cabecera de la cama y los miro con detenimiento. Él está sin camisa y con su cabello algo revuelto, mientras yo me encuentro en pura ropa interior pero pareciera importarme poco.

Frunzo mi ceño porque aunque sé que todo esto es una especie de sueño no comprendo nada.

Nathan está acostado de lado sobre la cama apoyando parte de su peso con su codo mientras la otra parte está encima de mi cuerpo, yo me encuentro acostada boca arriba y abajo de la mitad de su cuerpo.

Él me mira con sutileza, como si estuviera analizando algo en mí y yo... Bueno yo me encuentro como ida.

Me pongo en cuclillas de lado de la cama para ver mejor los rostros de Nathan y Katherine—mi yo en el sueño—, y mi desconcierto crece más.

Observó el rostro de Nathan dejándome ver un ligero corte en su labio inferior y lo que parece ser sangre seca saliendo de su nariz junto con un tono amoratado en su mejilla debido a un golpe. Y yo bueno, aparte de que me encuentro con la mirada perdida, tengo las sombras negras de mis ojos corridas junto con mi labial carmesí.

Sin darme cuenta al fin hay movimiento entre ellos y siendo yo quien lo hace, observo como llevo mi mano hasta la mejilla de Nathan acariciándola con delicadeza como si fuese un bebito. Eso mismo hace que me llene de más dudas pues la mano con la que acaricio su mejilla está cubierta con un vendaje mal hecho que cubre gran parte de mi muñeca y palma asimismo el vendaje tiene una mancha roja que supongo es sangre.

La verdad no tengo idea de que está pasando aquí pero definitivamente este no es un sueño húmedo como al principio pensé, ni mucho menos un sueño común más bien parece ser una clase de pesadilla.

Nathan toma mi mano y besa mis nudillos, para después apartar mechones de cabello de mi rostro tímidamente como si estuviera arrepentido de algo.

— Me disparas o me curas, no puedes hacer ambas—le susurré mientras una lágrima caía de mi ojo.

¿Pero qué mierda es esto?

Me paro de repente, no sé porque Katherine le dije eso a Nathan pero esta mierda ya no me está gustando.

Los ojos de Nathan se ven cristalinos y rojizos como si quisiera llorar también pero no lo hace, solo hace por besar mi frente.

Miro hacia todos lados porque ya quiero despertar y dejar de ver esto. Da miedo verte a ti misma y más cuando dices cosas sin sentido. Observo hacia todos lados pero todo sigue igual, entonces, una gota cae sobre mi frente lo que hace que levante mi vista al techo y sin saber de dónde salió un chorro de agua me golpea de lleno en rostro y automáticamente siento que me hago.

— Mierda, te dije que te pasaste de agua Hiessen—escucho decir, pero aun siento esa sensación de ahogamiento que no me deja pensar con claridad nada.

Medio kilómetro de distanciaWhere stories live. Discover now