20. Sucesos inesperados.

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Canción: Underneath your clothes/Shakira.

Tengo mi espalda pegada al pecho de Nathan, no encontramos sentados en una bañera que he de decir jamás había estado en una, ya que mi familia no cuenta con mucho dinero como para darnos el lujo de tener un bañera y se siente genial. Quiero decir aunque sea a de escuchar sádico que cuando era más joven quería morir ahogada en una bañera con pétalos de rosa y en las penas cortadas, lo sé, soy rara. En fin, me encuentro con Nathan de la manera más tranquila que hay, en rotundo silencio, escuchando la melodía que puso de fondo mientras el pasa la esponja por mis hombros, brazos y posteriormente estómago.

Siento un cosquilleo horrible, como la revolución rusa dentro de mí y frecuentemente sonrío como idiota no soy una persona interesada eso puedo jurarlo, pero todo aquí es hermoso, tener todo lo que quieres sin tener que carecer de cosas, viviendo tu pequeña escena de princesa. Por primera vez siento que la vida me está recompensando todos los tragos amargos que me ha hecho pasar, y no me refiero al lugar, me refiero al momento y a la persona con quien comparto el momento.

No sé que horas sean pero deduzco que es tarde, Nathan antes meternos a la bañera que dijo que habló con Heissen y arreglaron para decirle a mi madre que me quedaría con Bambi.

Obviamente no descarto que el maldito Heissen traicionero me vendió, pero... valió la pena y la sigue valiendo.

— ¿Duele?—me pregunta una vez que la esponja rosa mi parte intima.

— Algo, bueno más bien es incómodo y un poco molesto pero ya no siento mucho dolor—le dijo tranquila, manteniendo mis ojos cerrados relajándome.

Sé que posiblemente salga mal parada en todo esto, que estando Maritza en la vida de Nathan jamás tendré la oportunidad de ser su novia, de que ponga sus ojos por completo en mí pero, ¿Por qué no puedo simplemente vivir el momento? No es como si lo amara o nos fuéramos a casar, creo que mientras él me respete y sea sincero conmigo todo estará bien.

Hace mucho que el color rosa dejó de ser mi favorito, que entendí que las novelas que leo son eso simples novelas que nos llevan a lugares hermosos pero que cuando bajas el libro... solo hay un muro gris y lo que hay es lo que tomas.

No existe un dominante que se enamora de su sumisa, no existe ángeles caídos que se enamoran de mortales o al menos no literalmente, como tampoco existen vampiros enamorados de humanos.

En esta realidad, lo máximo que puedes esperar es casarte con un chico de buena moral, con estudios base y que aunque no te ame mínimo finja hacerlo y no te sea infiel porque en los peores casos te terminas embarazando a los 17 sin siquiera haber terminados tus estudios, con un chico de nombre común como el Brayan que te termina siendo infiel con tu "mejor amiga" y muy apenas tiene sustento para él.

Pero si eres afortunada, tal vez puedas casarte con un hombre que te ame... y terminar con una hija que no recuerda sus primeros años, ni su vida pasada, pero que de igual manera te ame, con un trabajo promedio luchando día a día por tener un lugar mejor donde vivir pero ni siquiera eso es lo duro, lo duro es cuando vienen los días difíciles cuando no hay que comer, sin embargo eres afortunada porque tienes una familia que no te abandona pase lo que pase y el amor de un hombre maravilloso que aunque de eso no comes y no pinta tu mundo de rosa no miras el mundo gris sino; rosa grisáceo.

Mi suerte es tan mierda que muy posiblemente me esté tardando para encontrar a mi Brayan. Pero si Nathan es quien me detiene, solo para vivir un momento mágico y fingir por un momento que es amor, entonces lo voy a tomar, porque prefiero en ochenta años decir que me queme con fuego pero aprendí a vivir y sobre todo a sentir, que jamás viví, que jamás sentí y solo porque tenía miedo de quemarme.

Medio kilómetro de distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora