La Sannin de las babosas

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Narrador yo

Itachi miraba con cierto asombro al chico frente a él, el cual le devolvía una mirada calmada con sus ojos azules como zafiros. Estaban el uno frente al otro, con un tercero desmayado y enterrado en la tierra, de donde solo sobresalía su cabeza de aspecto de tiburón.

Itachi:hmp me has pillado desprevenido; pero eso no va a volver a suceder, Naruto.

El Jinchuriki del Kyubi sonríe ligeramente mientras nueve cadenas aparecen detrás de él, como si de las colas del Kyubi se tratarán.

Naruto:tal vez no te venza, pero recuerda que tú compañero esta así por subestimar a un chico de a penas trece años.

El Uchiha frunció el ceño. ¿A caso tenía algo más poderoso que esas cadenas rojas? Itachi no lo creía.

Itachi: bien, ¿de que quieres que hablemos?

El Uzumaki guarda su katana en su vaina y mira al Uchiha con indiferencia, como si no le importara para nada lo que fueran a hablar.

Naruto:trabajar para Konoha desde las sombras debe de ser agotador.

El Uchiha abril los ojos, mostrando sorpresa, pero rápidamente volvió a su semblante indiferente. ¿Cómo era posible que ese niño descubriera eso? Nadie a parte del Sandaime, Shimura Danzou y los otros dos consejeros sabía de lo ocurrido, de lo que realmente paso ese fatídico día. Si Naruto lo había descubierto, sería sumamente peligroso. Pero, ¿qué podía hacer? Si lo enfrentaba ahora, con el poder que tenía, le retrasaría lo suficiente como para que el legendario Sannin de los sapos llegará y eso, teniendo a su compañero inconsciente, sería un verdadero problema.

Itachi:hmp como te has enterado.

Naruto:robe algunos informes de las oficinas del Hokage antes de que Shimura y los suyos los hicieran desaparecer, ahora que el Sandaime está muerto.

Uchiha Itachi asiente ligeramente, preparándose por si tenía que lanzarse a luchar contra ese chico frente a él. No le gustaba para nada como pintaba la situación, pero tampoco tenía intención de ir a por el Uzumaki ahora. Solo estaba de infiltrado en esa organización, y tenía que mantener las apariencias.

Itachi:¿qué vas a hacer con esos archivos, Naruto?

El Chuunin sonríe ligeramente.

Naruto:ahora que el Sandaime está muerto, creo que es justo que tú y yo hagamos algo con ellos. Además, de que puedo curarte.

En un lugar desconocido

Tayuya miraba el techo de su habitación, aunque más parecía una celda que otra cosa. Llevaba desde no sabe cuánto, sirviendo a ese hombre de aspecto de serpiente.

Se toco la parte de atrás del cuello, donde esta la marca de maldición y suelta un suspiro. ¿Cómo es que ella tenía que estar ahí? Sabía que nadie la quería, no tenía familia, o al menos eso pensaba hasta que el chico favorito de Orochimaru, Uzumaki Ryū, le dijo que eran familia y que solo el príncipe le hablaría de eso, además de que ella le pertenecía a él por derecho. ¿A que cojones se refería? ¿Qué era eso de que le pertenecía a un príncipe? ¿Se refería a Orochimaru? Se estaba comiendo la cabeza con las palabras de ese chico raro. Era más raro que Kabuto, que parecía la amante de la serpiente.

Pero Tayuya sabía que el Uzumaki era muy poderoso. Entonces, ¿que hacia en semejante lugar? Su presencia no tenía cabida en ese sitio, pero aún así parecía que el Sannin y el chico de pelo rojo se conocían desde hace tiempo.

La joven cierra los ojos, frustrada. No le gustaba sentirse así. Además, por alguna extraña razón, sentía la necesidad de salir al aire libre y escapar de ese maldito lugar; pero, ¿a dónde iría? No tenía a nadie por más que le digiera ese chico que eran familia. Y, ¿qué era eso de que pertenecía a un clan casi extinto?

Uzumaki Naruto: El Jinchuriki PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora