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—Juro que yo no fui— mentí aguantándome la risa.

—Srita. Collins estamos hartos de sus bromas— dijo el director furioso.

—¡Que yo no fui!— exclamé.

—Tus padres están en camino, y dudo mucho que les gusten las medidas que tomaré— dijo el director con su cabello fucsia— Y sé que fuiste tú.

—¿Como esta tan seguro?— dije de brazos cruzados sentada tranquilamente en mi silla.

—Es la única estudiante que se atreve a hacer ese tipo de bromas.

Touché

No tienes pruebas de que fui yo.

Lleva años en este instituto ¿Aún no se ha dado cuenta qué hay camaras en los pasillos y salones?

¿Cámaras? Mire en una esquina de la oficina y si, definitivamente había cámaras.

De todos modos estaba tranquila, llevo 2 años jugándole bromas al director y nunca me han hecho nada, lo más grave que llegaron a hacer es suspenderme.

Se escucharon unos suaves golpes en la puerta.

—Adelante— dijo el director.

Entro una mujer joven, que si no me equivoco es la secretaria, y tras ella mis padres.
Ambos estaban serios, mi madre me miró y me fulminó con la mirada.

—Siéntense por favor— dijo el director— Srita. Collins salga de la oficina.

Me retiré cuidadosamente de la oficina y apenas di un paso en la sala de espera solté una carcajada que espero que no la hayan escuchado.

¿Por que se demoran tanto? Fue solo una pequeña broma. Estoy segura que solo me podrán un castigo como siempre lo hacen.

Después de una eternidad salieron unos furiosos padres con el director y la secretaria.

—¿Que sucede? ¿Por que esas caras?— dije algo preocupada.

Mis padres nunca se enojan, la última vez que lo hicieron fue cuando... no lo recuerdo, pero no es lo importante ahora.

—Todos los directivos de este instituto estamos hartos de tus bromas y hemos llegado a la conclusión que la única manera de acabar con estás será expulsarte— dijo el director sin expresión alguna en el rostro.

¿Que? No no no, no puede estar pasando ¿Expulsarme? Nunca creí que sería para tanto.

—No, por favor, debe haber otra manera— supliqué.

—Es una decisión ya tomada, lo siento pero lo hubieses pensado antes de hacer este tipo de bromas.

Después de estar minutos en vano poniéndome de rodillas y rogándole que por favor no me expulsen nos fuimos del instituto.

Mierda ¿Ahora qué hago? Mis padres me matarán, aunque pensándolo por otro lado no tendré más instituto, por lo menos hasta que me consigan otro.

Mis padres no dijeron una palabra en todo el viaje, el silencio era incómodo, yo tampoco hablé para no agraviar la situación.

Viviendo con playboysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora