063.

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Era la 1 am. La fiesta había comenzado a las 11. Estuve todo el día encerrada en mi cuarto, claro que salía cada tanto en busca de comida o lo que fuera. Pero no me había cruzado a Hunter en ningún momento, ni había escuchado ruidos de su habitación, nada, como si se lo hubiese tragado la tierra.

Me decidí por bajar a la fiesta. La música no me dejaba dormir y estaba aburrida de estar en el cuarto. Probablemente vaya tan solo unos minutos.

Me vestí con el primer atuendo decente que encontré en mi armario. Consistía en un top negro que terminaba un poco más arriba que el ombligo junto a una falda ajustada al cuerpo. Me puse algo de maquillaje ya que el haber estado llorando todo el día no me favorecía en nada.

En 10 minutos ya me encontraba lista. Salí de mi cuarto y la música se escuchaba notablemente más clara. Estaba tan fuerte que tarde un par de minutos en acostumbrarme. Bajé y toda la casa se encontraba repleta de gente.

Recorrí el salón con la mirada, hasta que mi vista se posó en Hunter. Había bajado a la fiesta. Aunque no estaba bailando ni coqueteando, ni siquiera tenía una sonrisa. Estaba sentado en el sofá con un vaso en la mano y varios tirados a su alrededor. Tomó de un sorbo el líquido que le quedaba y lo arrojó al suelo. Agarró otro vaso.

Aunque para mis adentros me estaba repitiendo una y otra vez que no me acercara, lo hice. Fui con Hunter.

—No sabría que bajarías— dijo torpemente y tomó un poco.

—Creo que debes parar con el alcohol— le quité el vaso y lo deje sobre la mesa— ¿Cuánto has tomado?

—No lo suficiente como para olvidar que perdí al amor de mi vida.

Se me hizo un nudo en la garganta y nuevamente sentí ganas incontrolables de llorar y abrazarlo.

Me senté a su lado y él tomó de nuevo el vaso que le había quitado, se lo bebió todo.

—Deja de tomar, estas muy borracho— dije— Ven, déjame que te lleve a tu cuarto, debes dormir un poco.

—Dormir no hará nada.

—Tomar tampoco.

Suspiró y se levantó del sofá. Me levante junto a él y lo guié hasta arriba. Lo tomé suavemente del brazo para que no se caiga ya que su estado no ayudaba mucho.

Llegamos a su cuarto y se sentó en la cama. Estuvo unos segundos mirando al suelo, pensando, pero luego levantó y quitó toda la ropa, menos los bóxers.

—¿Qué haces?— me cubrí la vista.

—Me preparo para dormir— explicó— no hagas como si nunca me hubieras visto así— soltó una risita.

—Bueno sí, pero cuando salíamos, ya no estamos juntos.

Su sonrisa se esfumó de un segundo para otro y se acostó en la cama.

—Lo mejor será que te vayas, quiero dormir— esquivó mi mirada.

Le hice caso y me retiré de su cuarto.

Ya no tenía ganas de volver a bajar a la fiesta. Me quedaría en mi cuarto e intentaría conciliar el sueño, cosa que no creo lograr.

Una vez en mi habitación, me saqué el maquillaje del rostro y la ropa. Me vestí con una camiseta grande que me cubría todo el trasero y la mitad de los muslos, y me acosté.

Me puse a pensar en todo lo que había pasado con Hunter. Si debía perdonarlo o no. Si debía hablar con él o no. Le creí lo que dijo sobre que el no la besó, y ese no era el mayor problema. Lo que en serio me molestó es que haya salido con ella, que aún sigan en contacto y que me lo haya ocultado. Eso me hacía creer qué tal vez no la haya olvidado o que está confundido sobre a quien quiere en verdad.

El sonido de mi celular me sacó de mis pensamientos. Era Joe. Atendí.

—Hola— dije.

—Hola, Cat. ¿Te desperté?

—No, no. Estaba despierta— contesté- digamos que los ruidos de la fiesta no me dejarán dormir en toda la noche— reí— ¿necesitas algo?

—No...— respondió algo inseguro— bueno, en realidad sí.

—Dime.

—No puedo dormir porque no puedo dejar de pensar en ti— soltó.

Me quedé perpleja. No sabía que contestar. Estuvimos en silencio por varios segundos, en los que solo podía oír la respiración de Joe.

—No se que decir— reí nerviosa.

—No diga nada, solo acepta una cita conmigo.

—Joe, eres lindo y muy agradable, cualquier chica querría estar contigo, pero acabo de terminar con Hunter, y no creo que pueda sentir algo por alguien por un tiempo. Tal vez más adelante— dije, con total sinceridad.

No respondió. Se quedó callado unos segundos. Justo cuando iba a contestar, el se me adelantó.

—Te entiendo, Cat. Pero como amigos, aunque sea, no te pido nada más que eso. Me gustaría conocerte mejor.

—Como amigos, de acuerdo— acepté.

—Genial. ¿El viernes a la noche puedes?

—Sí, claro.

—Bien. Adiós, que duermas bien.

—Igual tú— corté la llamada.

Luego de esa pequeña interrupción de mis pensamientos, volví a retomarlos. Llegué a la conclusión de que extraño mucho a Hunter, no puedo estar sin el, no puedo no sentir cosas por el y necesito abrazarlo.

Tomé una decisión y espero que haya sido la correcta, espero no haberme equivocado.

Me levante de mi cama, dispuesta a ir a la habitación de Hunter. Pero al momento de abrir la puerta, él estaba allí parado, con la mano en alto a puto de tocar. Al verme, sonrió de lado, con los ojos cristalizados. Me tomó del rostro con sus manos y estampó sus labios contra los míos. Le seguí el beso, que poco a poco se fue intensificando.

Entramos a mi cuarto y él cerró la puerta detrás suyo. Se quitó la camiseta de un solo movimiento y siguió besándome. Bajó por mi cuello, lo que provocó gemidos en mi. Me quitó la camiseta y yo a él. Lo senté en la cama y me coloqué sobre su regazo, hice suaves movimientos y pude sentir algo despertándose en Hunter. Gimió. A continuación, le desabotoné el pantalón y se lo quité. Estábamos ambos solo en ropa interior; esta vez nadie nos interrumpiría.

Viviendo con playboysWhere stories live. Discover now