020.

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Me desperté por los rayos de luz entrando por la ventana, debo poner cortinas más gruesas. Refregué mis ojos y suspiré cansada. Digamos que casi que no había pegado un ojo en toda la noche porque me la pase llorando toda la madrugada.

Había estado toda la tarde escribiéndole a Liam y lo único que hacía era dejarme en visto y si tenía suerte me respondía cortantemente. Lo llamé en varias ocasiones pero no me atendió. Esta realmente enojado. Intente explicarle que si no lo hacía tendría que ir al instituto con el cabello verde y en ropa interior pero me dijo que pude simplemente no haberlo hecho y listo, en lo cual tiene razón pero en ese momento no lo había pensado.

Le conté todo a Megan y ella intentó hacerlo entender que no quise lastimarlo pero Liam es orgulloso, ¡ni que fuera para tanto!

Me levante de mi cama sin ganas, el cansancio me dominaba y a decir verdad no tenía muchas ganas de ir al instituto. Aunque allí podré ver a Liam cara a cara y no tendrá más opción que dejar de evadirme y hablar conmigo como dos personas civilizadas.

Me dirigí al baño donde me duché lo más rápido que pude, no pise música ni cante ni baile ni nada. Repito, no me encuentro con ganas de hacer nada. Una vez limpia me envolví en una toalla y me mire en el espejo.

¡Santos cielos! Tenía unas ojeras que no se van ni con kilos de corrector y los ojos rojos e hinchados de tanto llorar al igual que mi nariz. Parecía un monstruo o algo así.

Agarré mi maquillaje y con mi poca habilidad pude hacer que reduzca un poco menos mi rostro de muerta aunque usar unos lentes de sol no me vendría para nada mal hoy, o tal una máscara.

Salí del baño y comencé a cambiarme. Me puse un short blanco, una camiseta negra que dejaba mi ombligo a la vista y también unas vans. No soy de usar ropa muy corta pero hoy hacía demasiado calor así que mi outfit me ayudará a no derretirme en medio de clase.

Me fui de mi habitación y me dirigí al comedor donde ya estaban todos desayunando pacíficamente.

—Como lloraban anoche— dijo Hunter por lo que me sonrojé de la vergüenza, Hunter me había oído sollozar toda la madrugada— Liam es un idiota si no te perdona.

—¿Como sabes eso?— pregunté curiosa.

—Cuando le cuentes las cosas a Megan por llamada procura hablar despacio.

—¿Qué pasó con Liam?— James me miró pidiendo explicaciones.

—Nada— mentí— discutimos.

—¿Quieres que lo deje sin Día del padre? Dime y lo hago— dijo mi hermano.

Rodé los ojos y abrí la heladera en busca de mi desayuno. Aunque a decir verdad mi estómago estaba cerrado, lo que es raro porque comer es mi cosa favorita en el mundo. Agarré una manzana porque no quería nada que sea muy pesado.

Desbloqueé mi celular con la esperanza de que Liam se haya dignado a responderme un solo mensaje aunque sea. Pero no, los últimos 34 mensajes los había enviado yo y estaban todo en visto. Joder Liam por qué me la haces tan difícil.

Tú: Liam responde por favor.

Esperé varios segundos hasta que se puso en línea y mi mensaje apareció con la doble palomita azul.

Vamos Liam, por favor...

Se desconectó.

Bufé y bloqueé mi celular para aventarlo contra el sofá frustrada.

—¿A qué se debe tu ira?— pregunto Matt— ¿te vino?

Lo fulminé con la mirada.

—No, no me vino— dije de mala manera— y me iré caminado, adiós.

Tomé mi mochila bruscamente y salí de casa. Era temprano así que me daría tiempo para hablar con Liam antes de entrar a clases, digamos que el suele llegar demasiado temprano.

Camine hacia la escuela de brazos cruzados mientras miraba al suelo y pateaba rocas. Después de un par de cuadras finalmente llegué a la cárcel infantil en donde podría reconciliarme con Liam, si es que tengo suerte.

Entré y caminé por varios pasillos en busca de Liam. Obviamente fui como primer lugar a su casillero, pero no estaba allí. Mierda, ¿donde se metió ahora? Solo espero que no haya faltado. Fui a la cafetería pero tampoco estaba allí. Solo me queda un posible lugar... pero no iré allí... ¿o si?

Caminé con nervios hacia el vestidor de chicos, ¿toco la puerta? Si lo hago no me dejarán pasar pero si entro como si nada puedo encontrarme el amiguito de alguno fuera de su pantalón.

Suspire y abrí la puerta, entre y para mi suerte no había ningún pene a la vista.

—Tu eres niña, vete— dijo un chico tapando su paquete con sus manos, lo cual era tonto porque tenía una toalla.

—Busco a Liam— lo ignoré— ¿está aquí?

—¿Qué rayos quieres?— dijo Liam saliendo de un baño.

—Te estuve buscando por todo el instituto, necesito que hablemos— me acerqué a él pero éste retrocedió.

—No quiero hacerlo, vete o llamaré al rector— dijo serio.

—Es un minuto— supliqué.

—Bien, 60 segundos— aceptó y me tomó del brazo.

Me llevo hasta un pasillo en el que no había tanta gente, solo dos o tres chicos.

—Habla— dijo de mala manera.

—Te juro que no quise lastimarme, Liam estoy enamorada de ti y lo que menos querría es hacerte mal.

—Lo hubieses pensado antes.

—No fue para tanto. Solo besé a Hunter, no cambia mi amor por ti.

—Pero lo hiciste para lastimarme, porque así fue el reto "besar a Hunter frente a Liam para herirlo", ¿o no?

Suspiré, tenía razón. No debí haberlo hecho.

—No me duele el beso porque se no lo amas a él, me duele cual fue la intención— dijo y se dio media vuelta para ir a su salón.

Me apoyé contra el muro de casilleros y las lagrimas salieron de mis mejillas. Soy algo sensible pero ahora que "perdí" a Liam me di cuenta que en verdad me gusta.

—¡Cat!— gritó Megan corriendo hacia mi— ¿qué te ocurre?— me abrazó.

—Liam, no me perdona— dije con un hilo de voz— y lo peor es que tiene razón.

—El es así, es terco pero te ama y créeme que ya se le pasará.

—Eso espero.

Viviendo con playboysWhere stories live. Discover now