Viviendo con playboys

055.

Me desperté por el sonido de mi alarma, Megan estaba a mi lado roncando. Había helado en las sabanas y en el suelo. Que desastre.

Desperté a Megan ya que es imposible que se levante con el sonido de la alarma, su sueño es muy pero muy profundo.

—Hmm— gimió— 5 minutos más.

Rodé los ojos y salí de la cama. Mientras Meg dormía fui al baño y encendí la ducha. Mientras esperaba a que el agua se regulara me desvestí. Una vez que estaba tibia, entré a ésta y comencé a darme un baño.

Sentí unos golpes en la puerta, probablemente sea Megan.

—¡Estoy dándome una ducha, Meg!

—No soy Meg— dijo una voz masculina, Hunter—¿Puedo pasar?

—No, estoy duchándome.

—Vamos, por favor. Matt entró a mi baño y ahora hay olor a... algo muy asqueroso.

—¿Y que quieres que haga yo?

—Dejarme tener un baño aquí.

—De acuerdo— dije— cuando yo termine.

Bufó.

—Llegaremos tarde si espero a que termines.

—Ve al de alguno de los chicos.

—Se están bañando.

—Bueno, ve a tener una ducha con ellos, ¿por qué conmigo?

—Porque no quiero estar en el mismo diminuto lugar con un hombre, ambos desnudos. Y contigo, bueno, no me quejaría si nos bañásemos juntos.

—Solo espera 10 minutos, ya salgo.

Sentí como Hunter abrió la puerta, y entró al baño.

Oh mierda. Tome rápidamente la toalla y me cubrí con esta, bajo el agua. A continuación cerré el grifo para no mojar aún más la toalla. El castaño abrió la cortina de la ducha sonriente, pero al ver la tela que me cubría, rodó los ojos.

—¿Te bañaras con eso?— dijo sensualmente.

El llevaba puesto sólo una toalla en su cadera, que dejaba ver su lindo y marcado torso.

—Quítatelo, de seguro te ves más bonita sin toalla— entró a la ducha conmigo.

—Me lo quitaré en cuanto te largues— me separé de él.

—Se que mueres por tomar una ducha conmigo, no te culpo. Igual yo también muero por una contigo— me tomo se la cintura un plantó un beso en mis labios.

¿Acaso así serán todas las mañanas a partir de ahora?

Unos golpes en la puerta nos interrumpieron.

—¿Quien...?— comenzó a decir Hunter pero le tale la boca con mi mano. Idiota, nadie debe saber que esta conmigo.

—¿Quien es?— dije.

—Soy yo, James...— respondio— Estás con alg...? ¡Hunter!

Oh no.