010.

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La semana había pasado más rápido de lo que pensaba. En los recesos estaba con Liam y Megan Como de costumbre. Matt no paraba de coquetear conmigo, James como siempre se ponía celoso y sobre protector ante la mas mínima mosca que me tocara, Hunter estaba más insoportable que nunca y nuestra relación empeoraba, y para Cole y Luke no tengo quejas, con Cole teníamos muchos gustos en común y podíamos pasar horas hablando de aquello, y con Luke la pasábamos genial juntos, era divertido y hacía muchos chistes aunque de vez en cuando le agarraba un ataque Playboy en intentaba coquetear.

Era viernes y me encontraba en mi habitación junto a Megan y Liam hablando de que nos pondríamos en la fiesta. Así es, obligue a Meg a venir con Liam y conmigo. Por lo que se de ella es que ama las fiestas, así que no fue muy difícil convencerla.

—No tienes ropa sexy en tu armario— dijo Meg revisando mi guardarropa de punta a punta frustrada.

—Lo sé, los jeans u camiseta a grandes sin más cómodas.

—Por suerte...—Meg se dirigió a su bolso, lo cual me asustaba— Traje segundas opciones.

Saco varios vestidos hermosos, pero no de mi estilo, y los acomodo sobre mi cama.

El que más me gustó era uno negro simple pegado al cuerpo, el resto tenía brillos o colores muy llamativos que sinceramente no van con mi estilo. El único problema era que aquel vestido negro tenía un muy grande escote y era demasiado corto, no iba para nada con mi personalidad.

—Mmm, creo que este...— dije señalando el vestido—... ¿No puedo quedarme toda la noche en mi cuarto?— rogué.

—Nop, y muero por verte en ese vestido— dije Meg aplaudiendo como una niña pequeña y entregándomelo para que me lo pruebe.

Se lo saque de las manos cuidadosamente y me dirigí al baño.

—No tan rápido— me detuvo Meg.

Me di media vuelta rezando porque no me esté dando plataformas o algo por estilo.

Y no, no tenía eso. Sino que algo mucho peor. Unos tacones negros de aguja que sentía mis pies doler de solo verlos.

—¿Tu quieres que me caiga y termine en un hospital?— dije.

—No es tan malo, solo debes acostúmbrate.

—Pero Meg...

Me entregó los zapatos y los agarré bufando.

Estoy segura que yo adentro de estos tacones puedo llegar a medir dos metros sin problema alguno, hasta no me sorprendería si llego a la nubes, okno demasiado exagerada.

Me lo probé y me quedaba justo.

Meg y yo éramos algo parecidas en cuanto a medidas corporales. Así que no tuve problema alguno para entrar en ese vestido ni el los tacones.

Salí del baño haciéndome la modelo pero por ser idiota y hacer eso terminé enredándome con mis propios pies y yendo directo al suelo.

Liam y Meg explotaron en risas.

—Estoy bien, gracias por preguntar— dije con sarcasmo levantándome del suelo.

—Te queda genial, debes ir con ese— Megan me examino de arriba a abajo.

—No lo se— me mire en el espejo desde todos los ángulos a los cuales alcanzaban a ver mis ojos— parezco Kim con esto.

—Pero con menos culo— dijo Liam.

Lo fulminé con la mirada.

—Ese está bien— Liam se posicionó a mi lado.

—¿Que haces?— pregunté.

—Haríamos linda pareja— rodeó mi cintura con su brazo.

Sentí mis mejillas arder.

—Tonto.

*

Habíamos pasado toda la tarde viendo que nos pondríamos. Al final opté por ese vestido negro, era el menos llamativo de todos. Meg me obligo a ir con esos tacones que no puedo dar dos pasos seguidos sin estampar mi cara contra el bello suelo. Y no crean que me salve del maquillaje, parecía un payaso. No soy de maquillarme, aunque debo admitir que hizo un buen trabajo.

—En aproximadamente 15 minutos comenzarán a venir los invitados— dijo Liam mirando su reloj— yo que tu me voy preparando mentalmente para mañana tener que limpiar condones, vasos de alcohol, vomito, sabanas sucias, ...

—¡Si ya entendí!— lo interrumpí.

—Nada de ponerse ebrios antes que yo— bromeó Meg.

—Tranquila, yo lo haré— dije segura.

No me gusta emborracharme, no lo disfruto. Lo que no quiere decir que no tome alcohol. Si bebo pero se controlarme y cuando detenerme, que tampoco significa que nunca me haya pasado y haya terminado bailando de manera sexy y ridícula sobre la barra.

Suelo beber de más cuando estoy triste o demasiado feliz, y lo segundo no ocurre muy seguido.

No disfruto el estar ebria porque aunque en el momento la pase genial, al día siguiente no solo no recordare nada, sino que tendré una resaca que no se me pasaría ni si me muero.

—Yo tampoco— dijo Liam.

—Eso dijiste en la anterior fiesta...— le recordó Meg—... y terminaste solo en bóxers bailando la Macarena sobre la barra.

—Escuche que vendrá Charlotte Brown— dijo Liam mordiéndose el labio inferior.

—Lo se, los simios no pararon de hablar de ello.

—Bueno, prepárate para ver cómo todos en la fiesta intentaran coquetear con ella fallidamente, son unos babosos y no están a su alcance, y no solo por su físico, aquella modelo se caracteriza muchísimo por una gran inteligencia y manera de pensar. No creo que unos idiotas, o simios como tu los llamas, que serían capaces de repetir preescolar puedan follar con ella.

—¿Y yo?— dijo Liam.

—Mmmm, no. Lo siento— Megan rió.

Liam puso una de sus manos en su pecho e hizo una mueca de dolor.

—Auch— dijo.

—Solo bromeaba.

Se escuchó el ruido de la puerta siendo golpeada tres veces.

Parece que la fiesta esta a punto de comenzar y algo me dice que no la pasaré para nada bien en lo absoluto.

Viviendo con playboysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora