Viviendo con playboys

009.

Llegamos al supermercado y adivinen quien se quedó coqueteando con la chica de la caja, exacto, Hunter.

Rodé los ojos y fui en busca de comida. Ni crean que perderé mi dignidad quedándome parada frente a un simio ligando.

Comencé a buscar cosas que podríamos cenar, ¿hamburguesas? ¿carne? Ay no lo se.

Agarré una caja con hamburguesas y la puse dentro del carrito. Comencé a buscar Nutella, no me juzguen, amo la Nutella. También coloqué los ingredientes necesarios para hacer una pizza.

Hunter paga así que aprovechemos el bug. Agarré tres frascos grandes de Nutella y los puse dentro de carrito.

—Hola— dijo un chico de piel clara, con ojos café y cabello rubio platinado.

—Mm hola— dije con timidez.

—Te vi cuando entraste y me pareciste muy linda— se sonrojó un poco.

Era tierno, no se veía para nada como un Playboy ya que estos solían ser extrovertidos y arrogantes.

—¿Ese chico es tu novio?— pregunto con cierto nerviosismo señalando con la cabeza a Hunter.

Solté una pequeña carcajada y negué rotundamente con la cabeza.

—Claro que no, es más, hasta podría decir que lo detesto— dije.

—Ah bueno, genial— dijo rascándose la nuca—mmm ¿que ye parece si luego de que compres vayamos a tomar algo?

—No— dijo Hunter apareciendo atrás mío.

—¿Que haces?— le dije al simio.

—No iras, es tarde. Otro día será— Hunter me agarró de la muñeca y prácticamente me arrastro hasta la caja.

*

—¿Por qué hiciste eso?— dije cuando salimos del supermercado mientras abría la Nutella.

—Está anocheciendo, no puedes salir a la hora que te plazca. Mañana hay instituto duh.

—Bueno en todo caso yo me tendría que haber dicho que no, no tú.

—Solo quería llevarte a la cama, me lo agradecerás en un par de años.

—Idiota.

El camino de vuelta fue rápido, una con El Paso apresurado porque estaba anocheciendo u no me gustaba caminar de noche.

Llegamos a casa y allí estaban todos los simios hambrientos mirándonos.

—Ni crean que yo cocinaré— dijo Hunter tirando la bolsa en la mesa— suficiente que tuve que ir con una despierta hormonas en idiotas.

Lo fulminé con la mirada.

—Tampoco yo— dije sentándome al lado de Cole.

—Luke...— dijeron James y Cole a coro.

—De acuerdo, lo haré yo. Pero si incendio la casa sepan que ustedes me dejaron a cargo de esto— se levantó del sofá y fue en dirección a la cocina.

—¿Sabes que? Te ayudaré— dije parándome de mi lugar y dirigiéndome a donde Luke se encontraba— ¿Quieres hacer pizza?

—No es mi especialidad pero que más da.

—Vayan arriba que los chefs necesitan su espacio— dijo Luke tirando harina como lluvia— ups. No limpiaré eso.

Rodé los ojos.

—De acuerdo, adiós— dijo Hunter yéndose mientras chateaba por WhatsApp.

—No hagan tonterías. Luke si quieres tener hijos procura no cometer tonterías con Cat— dijo mi hermano señalando peligrosamente a mi compañero de cocina.