045.

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Eran eso de las 11 pm. Estaban todos en la fiesta de Kim, la hermana de Hunter dormía en mi cuarto ya que se encontraba exhausta del día que había tenido. Hunter y yo estábamos comiendo algo dulce ya que ambos nos encontrábamos hambrientos.

Estábamos sentados en el sofá, estaban casi todas las luces apagadas excepto la de la sala, la televisión estaba encendida con la película "love, Rosie", por la cual tuve que casi llorar para que Hunter acceda a verla.

—Tienes chocolate en la comisura de los labios— dijo Hunter y soltó una risita.

Pase mi mano por ahí para quitarla pero él negó con la cabeza, indicando que aún seguía allí. Volví a hacerlo pero aquella maldita mancha parecía no salir.

—Ven, déjame— Hunter se acercó unos pocos centímetros para más precisión y limpió con su pulgar el chocolate.

Nuestras miradas se cruzaron por unos segundos y el sonrió, mostrando sus perfectos dientes. Estaba tan cerca que podía sentir nuestras respiraciones mezclándose.

—¿Sabes que? en realidad no tenías ninguna mancha— rió Hunter— sólo quería tocar tu labios.

No pude evitar sonreír pero a la vez rodé los ojos.

—Y también quería besarlos, pero no encontré una excusa para hacerlo— se acercó a mi— así que te seré sincero... muero por besarte.

Se quedó en silencio por unos segundos, luego miró mis labios y se acercó más a ellos, dispuesto a romper con los pocos centímetros que quedaban entre su rostro y el mío.

—Cof, Cof— dijo una voz que provenía de las escaleras, imitando el sonido de una tos.

Me separé al instante de Hunter, roja de la vergüenza y giré mi cabeza hacia Lydia que estaba con una sonrisa de oreja a oreja patada en el primer escalón.

—¡Lydia! ¿Qué haces aquí?— dijo Hunter entre dientes y con una sonrisa fingida, como si estuviese molesto porque había interrumpido nuestro casi beso.

—Solo vine por un vaso de agua— abrió la nevera y sacó una jarra— ya los dejo besuquearse en paz.

Mi cara de torno el doble de roja de lo que estaba antes y la cubrí con mis manos. Lydia se sirvió el agua y tras dejar la jarra nuevamente en la nevera, subió las escaleras para ir nuevamente a dormir.

Pude sentir la mirada de Hunter sobre mi pero no volteé a verlo. No sabía que hacer, era verdaderamente incómodo. No voy a decir que no me muero por besarlo porque mentiría, puedo odiarlo pero eso no quita que sea un dios griego, pero no quiero ser otra de sus conquistas. Estoy segura de que si llego a besarlo, mañana me volverá a tratar mal, ¿Y para que quiero yo que el se piense que es un triunfador por haberme besado y tirado como a las otras zorras a las que se folla?

—¿En qué estábamos?— se volvió a acercar, y no pude evitar mirarlo.

Nuestras respiraciones nuevamente se mezclaban y nuestros labios estaban a pocos centímetros de unirse en un beso. Una parte de mi quería que me corra y no lo bese, pero otra parte de mi se moría por saborear esos labios.

Y como si el destino no quisiera que nos besemos, el sonido de mi celular nos interrumpió una vez más. Me había entrado una llamada.

Hunter bufó.

—No atiendas— susurró— mejor bésame.

—Puede ser importante— dije algo nerviosa y me levanté del sofá para tomar mi celular que estaba en la mesa.

Era Logan, ¿que hacía Logan llamándome a casi media noche?

—¿Quien es?— preguntó Hunter.

—Logan.

El castaño puso los ojos en blanco.

—No me agrada ese idiota.

Ignoré su comentario y atendí la llamada.

—Hola

—Hola, princesa— no pude evitar sonreír ante su comentario, y Hunter lo noto por lo que rodó los ojos— ¿Estabas durmiendo?

—No, solo veía unas películas— El castaño me miró y alzó una ceja.

—Te olvidaste del detalle en el que casi me besas— dijo Hunter, aunque por suerte llegué a tapar el micrófono para que Logan no lo oyera.

Lo fulminé con la mirada y le hice un gesto para que hiciera silencio.

No tenía nada que ocultar, Logan no era mi novio, pero no quería que se enterara porque se generaría un gran odio mutuo - más del que ya hay- entre Logan y Hunter.

—Se que es tarde, pero ¿qué tal si te acompaño a verlas?— propuso y aunque me moría de ganas de que viniera, no podía.

Quiero decir, estaba Hunter conmigo, no podía invitar a Logan y estar los tres juntos, ni mucho menos echar a Hunter, esta casa es más suya que mía.

Mire a Hunter, quien había logrado escuchar lo que Logan me había dicho y negaba rotundamente con la cabeza.

—Ni te atrevas a traerlo— dijo el castaño.

—¿Estas con alguien?— preguntó mi vecino, que claramente había oído.

—¡Hola, soy Hunter!— gritó para que le quedase bien claro que el estaba conmigo.

—No te preocupes, Hunter ya se iba para su cuarto— dije haciéndole señas para que se vaya— Tú ven tranquilo.

Me miró con los ojos abiertos como platos y a continuación me fulminó con la mirada.

—De acuerdo, hermosa, en 5 minutos estoy allá.

Corté la llamada y Hunter enseguida comenzó a hablar.

—¿¡Por qué lo invitaste!?

—Porque esta casa también es mía.

—¿Cómo te sentirías tú si yo hubiese invitado a una de mis "amiguitas"?

—No me importaría, haz lo que quieras.

—Bien, llamaré a Carolina, que mucho mejor que tú para acompañarme— sacó su celular y marco números— y para follar seguro que también.

—Haz lo que quieras, pero no me molestes— espeté enojada.

¿Cómo es posible que no pueda estar dos minutos seguidos con Hunter sin que nos peleemos? Yo creo que llegará un día que nos terminaremos matando.

Viviendo con playboysWhere stories live. Discover now