Capitulo 28

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La venda de mis ojos cayó al suelo lo primero que ví fue Max de rodillas penetrando a Fabiola que estaba en cuatro pero recostada ya que Max sujetaba sus manos a su espalda.

Su rostro giro hacia mí sus ojos esmeraldas dilatados no dejaban de verme, mientras el continúa follandola duro.

Sus brazos bien marcados su cuerpo caliente, sus ojos, su boca entre abierta dejando salir pequeños jadeos de placer.

Lamo mis labios mientras desearía estar ahí junto a él, Tony libera mis piernas una por una.

Se coloca un condón y sin más me penetra, gimo y disfruto como me llena como su miembro entra y sale de mí.

En vuelvo mis piernas en su cintura mientras el besa y agarra mis pechos con fuerza, disfruto de cada penetración, gimo y jadeo sin quitar mis ojos de Max, él tampoco deja de verme, al contrario empieza a moverse más rápido Fabiola grita de placer.

—¡Ah! — grita cuando Max suelta sus manos agarra con fuerza sus caderas y la penetra sin piedad.

Tony continúa follandome cada vez sus movimientos son más rápidos, más deliciosos.

Mi cuerpo está en llamas por él, siento como cada parte de mi cuerpo se despierta, se estremece a cada penetración, mis gemidos se hacen más fuertes.

Sus manos se posan en mis nalgas las agarra con fuerza y me pega más a su cuerpo haciendo que disfrutar más.

Heche la cabeza hacia a tras mientras gemía como una loca solo disfrutaba del placer que sentía que invadía mi cuerpo.

Ver a Max con Fabiola, el sentir como Tony me follaba me excitaba tanto que solo lo disfruté me deje llevar, deja de ver a Max, Fabiola  y a Tony, solo me concentre en sentir a Tony y disfrutar los gemidos que invadía la habitación, la música, el aroma a sexo que entraba por mis fosas nasales.

El calor que aumentaba cada vez más en mi cuerpo, hasta que sentí como todo mi cuerpo llegó a límite y me corri junto a Tony.

Después de unos segundos Tony se separó de mí, me dio un pequeño beso en la mejilla.

—Fue un placer jugar contigo — abrí mis ojos y sonríe.

—El placer fue mío — él sonrió y fue hacia donde su novia que lo espera con una sonrisa en el rostro.

La cargo en brazos y se la llevó al baño, sonreí al verlos se veían tan tiernos.

—¿Y esa sonrisa? — me cuestiono Max mientras se acercaba a mi. Sonrío a un más.

—Por ti — él sonríe — me sueltas me duelen los brazos — me quejo como un niña mientras hago caritas.

—No  — se apega a mí y yo envuelvo mis piernas en su cintura — así no podrás dejarme — sin más me besa de manera tierna, suave, delicado como si no quisiera hacerme daño.

Fue muy lento pero me encantó que me besara así, dios no importaba como me besara me encantaba que me bese.

—No me voy a ningún lado — sonríe — esta noche soy tuya, solo tuya — apega su frente a la mía mientras que con su mano acaricia mi mejilla con ternura.

—¿Y las otras noches, de quién eres Mía? — su pregunta me tomo por sorpresa no supe que decir, di entendía a que diablos se refería.

—De nadie soy solo mía y solo por esta noche seré tuya — sonríe y lo beso.

Sus labios se sentían tan bien, ¿Como era posible esto? Había besado a tantos pero solo el podía hacerme sentir esto era algo raro, jamás lo había sentido pero gustaba sentirlo.

Sin dejar de besarme suelta mis manos una a una, una vez libre envuelvo mis brazos en su cuello.

Me lleva a la cama entre sus brazos, me recuesta en ella sin dejar de besarme.

—Hazme gritar como una loca — le pido mientras acaricio su cabello con mi mano — hazme gritar tu nombre una y otra vez hasta que ya no pueda más — sonríe ante mi petición.

—Sus deseos son órdenes — dice entes de volverme a besar ya no con ternura, con pasión, con deseo.

Hizo le que le dije me follo como él sabe hacerlo, me hizo gritar su nombre una y otra vez. Sus amigos salieron se despidieron y se fueron pero nosotros no.

Para todos la fiesta estaba a fuera, para nosotros solo en esa habitación.

Follamos toda la noche, de todas las formas me hizo suya una y otra vez, haciendo que gritara su nombre a cada instante.

Esa noche fue única me follaba, me hacía reír y me volvía a follar.

Cuando salimos de la habitación no teníamos ni idea de la hora, fuimos a mi habitación nos dimos un baño y bueno, si hubo un poco de sexo en la regadera.

Me puso la pijama se colocó una toalla en su cintura ya que no tenía ropa en mi habitación.

—Bueno señorita es hora de descansar — me dió un beso en la nariz, reí por eso.

—Duerme conmigo — le pedí — duermo mucho mejor a tu lado — le cogí de la mano y lo llevo a  la cama — vamos duerme conmigo — sonríe.

—Por supuesto que sí — nos acostamos.

Coloco mi cabeza en su hombro lo abrazo y cruzó mi pierna por encima de las suyas, estaba tan agotada que mis ojos se cerraron en un segundo.

Había sido una noche espectacular, la mejor noche de mi vida y eso que había tenido  grandes noches esta fue la mejor sin duda.

El sueño se poderoso de mi, más al sentir los dedos de Max en mi cabello se sentía tan bien.

Él me hacía sentía tan bien.





Seducción-(+18) @BlueRoseAwardsWhere stories live. Discover now