Capitulo 34

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Por sentía esto enojo, era un sentimiento que no me gustaba. Que no  quería escuchará pero la misma vez si mi curiosidad de saber quién es esa mujer y cuánto significado para él.

—A veces tenemos la felicidad justo en frente de nosotros, pero somos tan ciegos que no lo vemos — sonríe con tristeza — ella me hacía feliz, como dicen por ahí — me mira, dolor era lo único que logra ver en sus ojos, un dolor desgarrador — no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes — tragó saliva — tuve la suerte de poder recuperarla y ser feliz el tiempo que duró nuestra relación — dejo de verme, su voz estaba llena de dolor y me dolía eso — ella fue única, como tú — eleve mis cejas.

—¿Como yo? — le cuestione sin entender a que están refiriendo.

—Sus gustos eran también, diferentes — junto mis cejas aún más, con una sonrisa divertida me regresa a ver — ¿Por que siempre logró atraer a mujeres tan únicas?.

—No entiendo de que demonios estás hablando Max — le digo algo molesta, no se qué se refería.

—A ti te gusta el intercambio de parejas, y a ella bueno le gusta BDSM — no pude evitar mi cara de asombro.

—Eso explica que no se un caballero del todo — le digo con una sonrisa, por eso daba algunas cosas. Sabía que no era un caballero del todo — y ¿Por que terminaron? — su sonrisa se borra, mierda no debí a ver preguntado — si se puede saber — susurro.

—Ella murió — no supe que decir, me quedé callada. Él solo sé que ahí sentado viendo el amanecer en silencio y lleno de dolor, sabía que sufría su cuerpo tenso lo delataba talvez Tena ganas de llorar peo no lo hacía por mi.

Sabía que está sufriendo y quería que ya no lo hiciera pero no sabía qué hacer, ni que  palabras decir para consolarlo. Un dolor comprimía mi pecho mientras lo veía, mis ojos empezaron a picar y no entendía la razón de esta sentimiento que se apoderan de mí.

Las ganas de llorar no desapareció aún los minutos pasaban, esta sentimiento no se esfumaba.

— Es hora de irnos — fue lo único que dijo antes de ponerse de pie y caminar hacia la casa.

Me puse de pie y lo seguí, no tarde en porner a su lado mientras bajamos la montaña que hace una hora habíamos subido para ver el amanecer, no dijimos nada solo escucharlo el sonido del viento entre los árboles y algunos pájaros.

De la nada la mano de Max se entrelaza con la mía, sorprendida veo nuestras manos enlazadas lo regreso a ver pero el solo me sonríe y de la nada nos detenemos y en tan solo una segundos me apega a su cuerpo, sus manos van a mi cuello y su labios cubren los míos.

—Te — me vuelve a besara — quiero — abro mis ojos y mi cuerpo se tensa.

—¿Qué? ¿Qué has dicho? — le cuestionó a escasos centímetros de su rostro, mi voz era un susurro.

—Te quiero — susurra, di un paso atrás — te quiero — dijo en voz más alta y clara — llevar a la cascada hoy — sentí un alivio y una punzada horrible en mi pecho — ¿Te gustaría ir? — su voz sonaba tan extraña.

—Si — sonríe o eso intentaba agarra mi mano y continuamos caminando nuevamente en silencio.

(....)

—¡Hermano¡ — grita su hermana Tania emocionada al vernos llegar, lo abraza haciéndome a un a un lado solo le faltó tirarme al suelo.

Vaya que no le caigo bien, pero a mí ella tampoco es una niña inmadura.

—Tania cuidado  — la reprende Max, pero ella la ignora.

—A que no adivinas, quien está aquí — le dice emocionada​ a su hermano.

Decido dejarlos solos y camino hacia la casa, abrí la puerta y al entrar no podía creer quien estaba aquí.

¿Que hacía está mujer aquí?.

—Mia, nos volvemos a ver — me dice con una sonrisa mientras se acerca a mi.

—Elena — fue lo único que logré decir mientras intentaba controlar las ganas de correrla de aquí, peo está no era mi casa.

Esta mujer no me caía bien para nada, solo quería que desapareciera de mi vida y la de Max.

—Elena ¿Qué haces aquí? — la voz de Max era dura, estaba molesto mi sonrisa se agrando más al ver la sonrisa de Elena desvanecerse por completo.

—No he venido por tí — dice arrogante — Tania me a invitado — sonríe mientras Tania se acerca y le da un abrazo.

—Si yo invité, hacía que no le hables así — le dice molesta a su hermano — Y tú — me dice molesta — no quiero que la moleste.

—Tania no le hables así — le dice molestó su hermano.

—No te preocupes Tania — le digo con una sonrisa — para mí está mujer no existe — estaba a puntos contestarme pero Elena agarro su manos para que dijera nada.

—Deben estar cansados y con hambre — dice Elena — el camino hacia la roca para ver el amanecer es muy casando, si lo sabré yo que ido con Max tantas veces — sentía como mi sangre empezó a arder de furia, no solo por las estúpidas palabras de Elena si no también por ese maldito idiota me llevo al mismo lugar donde la llevó a esta maldita tantas veces.

—Si es muy agotador — le digo con una sonrisa — pero valió la pena ya que no solo logré ver un hermoso amanecer, también me hicieron topar las estrellas — le digo con una sonrisa pícara.

Su rostro cambia por completo, la rabia la consumía y solo sonreía.

—Nos vamos a bañar estamos algo sucios — tomo la mano de Max y lo llevo así nuestra habitación.

¡Maldita zorra!

—No puedo creer que me hayas llevado al mismo lugar donde tantas veces fuiste con ellas — le dijo furiosa cuando entramos a la habitación.

—Mia las cosas no son así — me dice con una sonrisa.

—¿¡Todavía te atreves a sonreírme!? — le gritó furiosa.

—¿Esque te ves muy hermosa celosa? — dice con una enorme sonrisa.

—¡Yo no estoy celosa! — le gritó —¿¡Celosa yo de esa tipa!? ¡Ha! Vaya que no me conoces para nada — sin más entro al baño y cierro la puerta con seguro.

—Mia, abre la puerta — me dice mientras golpe la puerta.

—¡Vete con tú maldita Elena! — gritó furiosa.

—¿Cómo querías? No olvides que eres tú quien que me está mandando — abro mis ojos y abro la puerta enseguida ahí está ese idiota de pie con una sonrisa de estúpido.

—Por alguna extraña razón me gusta verte así, celosa — dice divertido.

—¡Que no estoy celosa! — le gritó pero en un segundo se acerca a mí.

Sus labios se unen a los míos y sus manos van a mi cintura, me agarra me impulso un poco y envuelvo mis piernas sobre su cintura.

—No me gusta que digas mentiras — dice — así que hora te haré ver las estrellas que has dicho que te enseñado esta mañana.

Sonrió, como era posible hace unos segundos estaba furiosa con él y ahora solo quiero que me bese y me enseñe las estrellas.

¿Me estoy volviendo bipolar a caso?

Hola!.

Lo prometido es deuda prometieron que volvería y aquí estoy trataré de actualizar más seguido está y mis otras historias.

Gracias a todas la personas que se toman el tiempo de leer cada vez más personas votan y eso me hace muy feliz.

Grácias, Gracias los quiero mucho, mucho 😘😘😘😘😘



Seducción-(+18) @BlueRoseAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora