♡ Seis ♡

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Luke

— Ya es la 5 vez que intento pasar tiempo contigo Jenna, y siempre tienes planes. — me queje con la ceño fruncido, mi esposa suspiro y dejo su labial a un lado de su escritorio.

— Lo siento Luke, pero ya tenía planeado salir con mis amigas, no puedo fallarle, hace meses planeamos esta salida. Si tan solo tú no pasaras tanto tiempo dentro de ese maldito trabajo tal vez si tendríamos tiempo para estar juntos. — coloco las manos en su cadera y me miro con enfado.

— Sabes que me esfuerzo toda la maldita semana para poder estar más tiempo con mi familia. Si no fuese por ese maldito trabajo nadie podría darse los lujos que nos damos. Deberías estar agradecida, gracias a mi trabajo Danna y Jack tienen todo lo que quieren cuando lo quieren.

— Yo también trabajo Luke, sabes que yo también aporto a esta casa.

— Lo sé perfectamente, pero no dejo que tu dinero influya en compras innecesario, siempre dejo que gastes tu dinero en ti mientras yo mantengo todos los gastos más fuertes de aquí. Deberías pensar que también estoy cansado de tener que trabajar hasta tarde para que todos podamos tener la vida que llevamos.

— No es mi problema si te encierras en esa maldita oficina para complacer los caprichos de los niños. Yo saldré con mis amigas y si quieres pasar más tiempo conmigo pues sal de esa oficina algún día y llévame a cenar como lo has hecho con Danna. — Habló molesta, estaba celosa.

— No puedo creer que sientas celos de eso. Sabes que con Danna jamás he podido pasar tiempo a solas, por dios Jenna, es nuestra hija. ¡Ni siquiera sé cuáles son sus gustos!

— El día que salgas de esa oficina los sabrás. — se encogió de hombros. — Ya me tengo que ir, no me esperes despierto porque llegare cansada. — Apreté lo labios y ella se retiró de la habitación sin siquiera saludarme.

Suspire en frustración y pase mi mano por mi cabello, necesitaba calmarme. Había salido temprano del trabajo para pasar tiempo con mi mujer y ella ya tenía planes con sus amigas.

No me molestaba que Jenna se divirtiera y saliera, pero siempre que intentaba pasar tiempo con ella sus amigas lo impedían. Estaba aburrido, Danna y Jack se encontraban en una fiesta y la casa nuevamente estaba sola.

Tome las llaves del auto y salí de la casa rumbo al bar, necesitaba beber algo para cambiar el mal humor que Jenna me había dejado. No me gustaba discutir con ella, sabía que debía despegarme más de la oficina, pero cuando lo hacía a ella parecía no importarle y simplemente se iba.

Estacione el auto y baje para caminar hacia la entrada, nuevamente era un mundo de gente dentro de ese lugar. ¿Y es que como no iba a serlo? Era viernes, el día más esperado por todos, la gente sale a divertirse más aquel día, pues se acerca el fin de semana para descansar.

Me acomodé en uno de los asientos de la barra y suspire.

— Buenas noches... — levante la vista y me topé con los ojos brillantes de Lissa. — Señor Hemmings — ella sonrió. — Que sorpresa verlo otra vez.

— Hola Lissa — le sonreí levemente.

— ¿Qué va a querer ordenar hoy señor? — me interrogó

— Una cerveza linda. — Lissa sonrió ante mi apodo y fue en busca de la cerveza, cuando regreso comenzó a destaparla.

— ¿Se encuentra bien señor? Lo veo triste. — Habló apoyándose contra la barra, yo suspire y tomé un trago de cerveza.

— Solo... Discutí con Jenna. — Hablé con una mueca.

— Oh... Lo... Lo lamento señor. Si quiere hablar yo... Yo puedo oírlo. — Habló con tranquilidad. — no me molesta escuchar a los demás.

— Eres muy tierna. — Le sonreí, miré la cerveza entre mis manos y suspiré. — Son sólo temas de trabajo, nada malo. — Ella me miró con una mueca de tristeza.

— Y sus hijos... ¿Los han oído? — yo negué y ella suspiro en alivio.

— Jamás podría discutir frente a ellos, no merece ver a sus padres pelear, jamás podría hacerlo. — Hablé tranquilo.

— Al menos usted piensa en ellos. — Suspiró, yo la mire, tenía un semblante de tristeza en su bello rostro. — Mi padre solía discutir con mi madre frente a mí cuando era pequeña. Muchas veces llegaba mi estresado del trabajo y se desquitaba con ella, algunas veces mi madre terminaba golpeada. Incluso después de la pelea seguía molesto y... Se peleaba conmigo, mi madre siempre me decía que lo perdonada, que era por causa de su estrés. El me insultaba, me hacía sentir que yo era un error para él. — pude ver como una pequeña lagrima corría por su mejilla.

Acerque mi mano a su mejilla y la acaricie, ella me miró a los ojos y me sonrió débil.

— Oh linda, lo lamento tanto. — Ella sobo su nariz. — Lo siento por decirlo pero tu padre fue un completo imbécil. Una niña como tú no merece sufrir de esa manera, su cansancio no era justificación para sus acciones.

— No se disculpe señor Hemmings, no tiene por qué pedir perdón por algo que es cierto. — Habló tranquila. Acaricie su mejilla y suspire.

— Y tú... ¿Por qué no has ido a la fiesta con Danna? — intente cambiar de tema.

— Tenía trabajo. — hizo una mueca. — Además, prefiero otros ámbitos para bailar y divertirme, soy más de discotecas, no me gusta destruir casas. — ambos reímos.

— Sabes... — La mire con una sonrisa. — sería bueno distraernos un rato. — ella me miró interesada. — Si sales temprano tal vez podamos ir a alguna discoteca. Conozco una que sé que te puede gustar mucho. — Ella sonrió y apoyo sus codos contra la barra dándome una hermosa vista de su escote.

— Casualmente acaba de terminar mi horario extra. — Habló con picardía.

— Pues casualmente te invito a distraerte conmigo. — Ella sonrió.

— Trato hecho señor Hemmings. — Se levantó de su lugar y sonrió. — Iré a cambiarme y nos vamos ¿Le parece? — Yo sentí muy feliz y ella se fue.

Si Jenna tendría diversión, yo también...

Pure & Beauty © |lrh|Where stories live. Discover now