♡ Veintiséis ♡

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Maratón 2/2
Luke

Habían pasado semanas desde que Jenna anunciará que tendríamos otro bebé, su barriga ya se notaba y era bastante grande. Según ella sólo estaba de 3 meses y medio, el tiempo coincidía con aquella noche donde nos habíamos reconciliado, pero su vientre era mucho más grande de lo que debería, lo que en cierta forma me hacía dudar.

Llegué de la oficina antes de lo habitual ya que quería pasar tiempo con mis hijos. Entre a la casa y vi a Danna con su celular en la mano caminando nerviosa de un lado al otro.

— ¡No! ¡Por favor Liss, contesta!

—Hola hija. —Ella suspiró frustrada. —¿Qué sucede princesa? —La abrace y ella suspiró.

—Hola papá, lo siento, no te vi llegar. —Su mirada estaba llena de tristeza.

— ¿Sucedió algo? —volví a insistir.

—Es Lissa, hace semanas que no asiste a clases, intenté comunicarme con ella, pero no contesta mis llamadas. He ido a su casa, pero siempre parece que no hay nadie. He intentado contactarme con su madre, pero tampoco contesta. Estoy tan preocupada papá, la última vez que la vi ella estaba con muchas náuseas y vómitos. Dijo que iría a ver un doctor, pero luego no he sabido más de ella, en verdad estoy muy asustada.

— Danna, tranquilo cielo ¿La escuela sabe algo? —Ella negó frustrada.

—No, los profesores me preguntan si tengo alguna noticia sobre ella, pero no sé nada. Tengo miedo papá ¿Qué tal si está enferma? No quiero ni pensar en que algo malo le haya podido pasar. —Sus ojos se llenaron de lágrimas y no pude evitar aferrarla a mi cuerpo, ella sollozo angustiada en mi pecho.

—Tranquila princesa, todo estará bien. —podía parecer calmado, pero solo el hecho de pensar en que Lissa podía estar mal me aterraba.

No me quedaría de brazos cruzados, buscaría a Lissa, necesitaba asegurarme de que ella estaba bien, que nada malo le había pasado.

—Enseguida regreso. —Me separe de Danna y tome las llaves del auto.

—Papa... ¡Papá espera! —Salí de la casa y subí con rapidez. — ¿A DÓNDE VAS? ¡PAPÁ!

Comencé a conducir hacia su casa, debía estar seguro de que ella no se encontraba allí. Estaba muy tenso, en verdad necesitaba saber de ella, la última vez que la había visto ella estaba llorando por culpa del maldito de Ashton. Si algo malo le había pasado a Lissa y era por culpa de Irwin no me detendría, yo mismo lo haría sufrir con mis propias manos.

Estacioné el auto en la entrada de su casa, golpeé la puerta, pero no recibí respuesta alguna.

— ¡Lissa! —volví a insistir. — ¡Lissa!

— ¡BABAAA! —me di la vuelta ante aquella inocente voz, allí estaba. Lissa tenía a Alex entre sus brazos, estaba junto a su madre quien tenía un sobre en sus manos.

Mi corazón se paralizó al ver algo más, su vientre, no podía creerlo. Su mirada estaba fija en mi tanto como la de su madre.

—Mamá, ¿Podrías llevarte a Alex? —La mujer tomó al pequeño entre sus brazos dejando aún más expuesta aquel pequeño vientre que se notaba reflejado en su vestido de flores.

— ¿Éstas segura? —Lissa asintió y la mujer camino a mi lado entrando a la casa con el pequeño.

Me acerqué a ella a paso lento, su mirada estaba puesta en el suelo, no pude evitar sentirme aliviado al saber que estaba bien.

—Así que por esto te escondes de Danna... —Ella sollozo. —Estas embarazada. —Mi corazón parecía partirse a cada segundo, si había algo que odiaba era verla llorar. —Es... ¿Es de Ashton? —Su sollozo se hizo más fuerte, pero negó levemente. Sentí que todo el peso del mundo caía sobre mí. Si el bebé no era de Ashton, eso significa que podía ser mío.

—Es... Es mío. —No dijo nada, pero su mirada me lo había dicho todo. En ese momento recordé aquel día que habíamos estado en la casa, cuando ella despertó lo habíamos hecho y había olvidado por completo la protección. —Dios... Ese bebe es mi hijo... Lissa. ¿Por qué no me lo habías dicho?

— ¿Y de qué sirve que lo sepas Luke? Nada cambiará. Tu estas con Jenna, tienes una familia y además tu mujer está embarazada. Yo solo soy la amante idiota que no supo cuidarse y se quedó embarazada.

—No digas eso Lissa. —tomé sus manos y la hice mirarme a los ojos. —He cometido tantos errores, pero nunca me podría arrepentir de haber estado contigo y menos ahora que sé qué esperas un hijo mío.

— ¿Y qué harás? No puedes cambiar lo sucedido.

—Sé que no puedo cambiar todo lo que sucedió, pero si puedo cambiar nuestro futuro. —la tomé de su mentón y junté nuestras frentes, su perfume invadió mis fosas nasales, luego de tanto tiempo sentí mi corazón latir como nunca. —Estoy loco por ti Lissa, he caído rendido en el amor y sé que fui un idiota por pensar que volviendo con Jenna lograría sacarte de mi cabeza.

—No... Tu y yo no podemos estar juntos. ¡Tú tienes una familia, Luke!

— ¡Lo sé! Pero siempre les he dicho a mis hijos que hicieran caso a su corazón, y sería un idiota si no siguiera mi propio consejo. —Sus ojos brillaban entre lágrimas, su mirada suplicante por oírme. Ya no daría marcha atrás, haría lo correcto y seguiría a mi corazón. —Mis hijos siempre me tendrán, pero no seguiré alimentando una mentira, hace tiempo que mi matrimonio se perdió y no haré que el bebé viva una mentira. El día que te vi acabar con Ashton supe que debía hacer, tenía en claro que quería estar contigo y que haría lo correcto. Cuando fui a la casa Jenna me dio la noticia y sentí... Sentí que la vida se me caía. Mi sueño era estar contigo y lo creí perdido, pero ya no me detendré. Tú esperas un hijo que es mío y yo me haré cargo de él.

—No puedes... No puedes hacer esto...

—Puedo y lo haré. Le pediré el divorcio a Jenna. —Sus ojos me miraron buscando un rastro de mentira en ellos, pero no lo hallaría, estaba decidido a hacer lo correcto.

Nunca le faltaría a ninguno de mis hijos, pero ya no seguiría aumentando más el engaño de mi matrimonio, era momento de actuar como un adulto.

—No.... No Luke, esto no está bien... —ella negaba una y otra vez. —Estás loco... —Acerque mi rostro al suyo, quedando tan cerca de sus labios.

—Loco por ti Lissa. —la corregí. —Me tienes loco por ti...

—Lissa... —ambos nos separamos viendo a Danna observarnos. —Es... Estas embarazada... de mi papá. —su voz estaba rota y sus ojos estaban llenos de lágrimas.

—Danna... Danna déjame explicarte... —Lissa se quiso acercar, pero Danna salió corriendo. — ¡DANNA! ¡ESPERA! —ella salió tras Danna y yo la seguí.

— ¡DANNA! ¡HIJA, ESPERA! —ella comenzó a cruzar la calle cuando vi el camión. — ¡CUIDADO!

— ¡DANNA!

—¡AHHHHHHH!    













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