♡ Ocho ♡

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Luke

Lo había hecho, me había acostado con Lissa, y lo más fuerte de todo aquello es que no sentía culpa alguna, y me odiaba por ello. Quería a Jenna, pero Lissa causaba algo tan extraño en mí, ella tenía ese algo prohibido que me volvía loco.

Estábamos recostados en los asientos traseros de la camioneta, ella estaba dormida sobre mi pecho, se veía tan tierna con sus labios entreabiertos y sus ojos cerrados. Había sido tan increíble, su piel era una perdición, con tan solo tocarla sabía que estaba perdido.

Acaricie su espalda con delicadeza y ella suspiró acomodándose sobre mi pecho y aferrándose más a mi cuerpo, su pelvis roso mi miembro y no pude evitar gemir. Ella comenzó a abrir sus ojos y me miró, una sonrisa se formó en sus labios. Era tan hermosa.

— ¿Qué hora es? —Habló aún algo dormida.

—No lo sé, creo que son más de las 2 de la madrugada. —Mordió su labio y suspiró.

—Mi madre me matará por llegar tarde.

—Puedes decirle que fuiste a la fiesta con Danna luego del trabajo. —Hablé acariciando su cabello. Ella se acomodó quedando apoyada sobre sus codos observándome.

—No puedo creer lo que hicimos señor Hemmings, su esposa es tan buena conmigo y Danna... ¿Cómo podré mirarla a los ojos luego de haber estado con su padre? —Su semblante era de tristeza, no podía no sentirme culpable, yo la había besado en un comienzo, yo nos había guiado a terminar de aquella manera, y su alguien tenía la culpa, era yo.

—Lissa... —tome su mentón y la hice mirarme a los ojos. —Todo estará bien ¿Sí? Mira, yo amo a Jenna y sé que siempre lo haré, pero últimamente siento que somos más amigos que amantes y pienso que esto fue algo que me lo confirmó.

—No puedo negar que me gustó. —Habló con una sonrisa de lado. Yo sonreí por completo y la acerque a mis labios para besarla con delicadeza.

—No debes preocuparte por nada. ¿Si? —ella asintió y escondió su rostro en mi cuello.

—Debo regresar a casa, pero no quiero irme. —Acariciaba mi pecho con sus dedos haciendo pequeños círculos. —Quiero quedarme así. No he me sentido de esta manera en toda mi vida.

—Eres increíble. —tome su rostro entre mis manos y comencé a dejar pequeños besos en su piel. —Fuiste muy traviesa al acariciar mi pierna. —Ella río y la miré, su sonrisa era tan bonita.

—Tú te dejaste. No puedes culparme por ello. —ambos reímos y nos abrazamos.

—Andando, te llevo a tu casa. —ella se levantó y bese su hombro mientras me re componía.

Una vez que estábamos vestidos volvimos a nuestros lugares y comencé a conducir hasta su casa, detuve el auto en su puerta y la miré.

—La pasé increíble, no me he divertido así en años. —Ella sonrió y yo solo me dedique a tomar su mano y besarla.

—Yo también la pasé muy bien. —nos observamos a los ojos por unos minutos. —Que descanses Luke. —se acercó a mí rostro y dejó un pequeño beso cerca de la comisura de mis labios para luego bajar del auto.

La observe hasta que abrió la puerta de su casa, se dio la vuelta y me sonrió sacudiendo su mano. Le devolví el saludo y la perdí de vista al verla entrar a su casa. Suspire y mire el camino.

¿Qué demonios estoy haciendo?

Lissa

—La fiesta estuvo increíble Lis, que lastima que no fuiste, te hubieses divertido como nunca. —Danna me estaba hablando de la fiesta, yo solo reí y le sonreí.

— ¡Hey! Yo también me divertí. —le reclamé.

—Si ¿Cómo? ¿Sirviendo bebidas? —Reí ante su comentario, si tan solo lo supiese.

No había podido dejar de pensar en lo sucedido con Luke, había sido tan intenso y tan suave a la vez, me había hecho ver el cielo de una manera tan placentera. Claramente Luke Hemmings me había hecho confirmar más mi teoría sobre los hombres mayores, cuantos más grandes, más experiencia.

No podía negarlo, lo había pasado increíble, sus labios me habían marcado de una manera tan profunda, aún sentía su tacto sobre mi piel y de solo pensarlo aquella excitación regresaba a mí.

Pero tampoco podía negar que me sentía mal por Jenna, es decir, habían discutido y su marido la había engañado con la mejor amiga de su hija.

Sabía que estaba mal, pero solo había sido una vez y no volvería a ocurrir, no debía preocuparme, a Luke no lo veía tan seguido, las cosas no cambiarían solo por una noche. ¿Verdad?

—Ser camarera no es tan malo, a veces ponen música. —me defendí, ella río y me abrazo por los hombros.

—De acuerdo, te creo. ¿Te apetece ver ni a casa? Mama estará con sus amigas del club de yoga y mi hermano tiene fútbol. Papá nunca está, ya sabes.

—Mmm... De acuerdo. —acepté, no me molestaba ir, Luke trabajaba y sabía que ni regresaría hasta la noche.

No es que no quisiera verlo, pero sabía que todo sería incómodo. En cuanto a Jenna, sabía que debía verla y sabía que sentiría culpa, pero no lo volvería a hacer, tan solo había sido algo ocasional. Debía seguir adelante, no podía detener mi vida por un pequeño desliz.

—Eres la mejor. —me abrazo y yo le correspondí, Danna era una gran amiga, en aquel último año nos habíamos vuelto tan unidas, era la única que sabía sobre mi vida y me comprendía. Ella era muy importante para mí y no quería herirla.

Lo sucedido con Luke no podía afectar mi relación con ella, no podía dejar que aquella noche cambiará mi vida, tan solo debía seguir como si nada hubiese pasado... 

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