♡ Diecisiete ♡

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Lissa

Luke estacionó el auto y ambos bajamos, nos había llevado a la feria que estaría durante unos días en la ciudad. El lugar era un mundo de diversión, juegos, comidas y tiendas para comprar recuerdos.

Yo le sonreí muy feliz y él tomó mi mano para entrelazarla, ambos entramos al lugar y comenzamos a caminar por las tiendas.

—Mira. —indique la tienda que vendía gorros, me acerque a observarlos y el río.

— ¿Te gusta alguno? —Preguntó tomándome de la cintura.

—No, es decir, si pero...

—Dime cual te gusta, no te límites. —Habló con una sonrisa tranquila en sus labios.

—No quiero que gastes dinero en mí. —lo mire preocupada.

—Tú no te debes preocupar por eso. —acomodo mi cabello detrás de mí oreja. —Tendrás todo lo que quieras y no quiero quejas. ¿De acuerdo? —mordí mi labio y observe un pequeño gorro que me había gustado para Alex.

—Me gusta ese gorrito, para Alex. —Él lo observo y sonrió.

—Le quedará increíble. —Sacó su billetera y le pidió a la vendedora que lo pusiera en una bolsa. — ¿Y para ti? ¿Ves alguno que te guste? —mordí mi labio y comencé a observar.

—No soy mucho de gorros, prefiero los lentes. —Hablé sincera.

—Entonces solo llevaremos el gorro. —Habló pagándole a la mujer y alejándonos hacia una tienda donde vendían lentes.

—No tienes que hacer esto. No estoy contigo por cosas así. —Lo mire apenada, y es que en verdad me hacía sentir extraña por que pagará cosas para mí.

—Lo sé, pero yo quiero que tengas todo lo que desees, y aunque supliques por qué no lo compre lo haré de todos modos. —mordí mis labios ante sus palabras y lo tome de las mejillas parándome de puntitas para besarlo.

—Eres increíble. —le sonreí observando sus hermosos ojos. El acaricio mi mejilla y sonrió, adoraba ver aquella sonrisa plena y sincera.

—Tú eres increíble. —dejo un beso sobre mi cabello y tomo mi mano. —Oh, estos me gustan. —Habló tomando un par de lentes. — ¿Qué tal me quedan? —yo reí levemente al verlo con unos lentes redondos de color blanco.

—Pareces Willy Wonka. —Hablé entre risas, el río y los dejo nuevamente en su lugar. Yo por mi parte tomo unos lentes rojos con forma de corazón. — ¿Qué tal estos? —modele los lentes y lo vi morder su labio.

—Luces muy sexi con ellos. —me guiño el ojo, mis mejillas tomaron color rápidamente y mordí mi labio. —Te quedan perfectos.

—Entonces los llevaré. Pero yo los pagaré. —Hablé tomando mi mochila, el saco su billetera con rapidez y los pago. — ¡Luke! —él sonrió feliz por su cometido y me coloco los lentes.

—Vamos princesa. —me tomo de la cintura y dejo pequeños besos por todo mi rostro.

Estuvimos un gran rato recorriendo las tiendas, luego fuimos a los juegos a divertirnos. Estábamos en los autos chocones cuando un niño choco a Luke y yo reí sin parar porque lo tenía arrinconado y no dejaba de chocarlo.

Cuando el juego terminó no podía dejar de reír, Luke estaba molesto por el niño.

—Maldito niño, eso no es justo. —Habló molesto, yo reí y apoye mi cabeza en su brazo.

—Ya, solo fue un juego, gruñón. —Él me observo y sonrió.

Fuimos por comida, Luke pidió una hamburguesa mientras yo me deleitaba con algodón de azúcar. El me observo mientras introducía un trozo y chupaba mis dedos limpiando los restos.

Mordió su labio y lanzó el papel de la hamburguesa a su lado luego de haberla terminado. Se acercó a mí y me tomó de la cintura haciéndome gemir de la impresión.

—Eres muy mala pequeña. —acaricio mi cintura y tome un trozo del algodón para llevarlo a su boca, él lo atrapó con rapidez y se deleitó con mis dedos.

—Luke... —mordí mi labio al ver su sonrisa llena de picardía y sus ojos que se volvían oscuros por la lujuria.

Acercó sus labios a los míos y comenzó a besarme con desespero, no dude un segundo en corresponderle y abrace su cuello para atraerlo más a mí.

Su lengua acaricio mis labios y no pude evitar jadear abriendo mi boca y dejando paso a una guerra de lenguas intensa. Sus manos me tenían aferrada a su cuerpo sin dejar un solo espacio entre ambos.

Bajo sus besos por mi mentón hasta enterrarse en mi cuello y comenzar a dejar besos mojados y pesados.

—Nos pueden ver... —Hablé algo agitada. Observe los baños y mordí mi labio al sentir como tironeaba de mi piel. —Ven... —Lo separe y tome su mano para caminar con rapidez al baño.

Una vez dentro él ya estaba sentado en el váter, me coloque sobre él y comencé a besarlo con fuerza, el lugar era reducido pero no me importaba.

Sus manos a aria ante mis espalda y comenzaban a descender hasta mi falda. Tironeo de mi labio y gemí.

—Luke... —lleve mis manos a su cinturón y comencé a sacárselo con desespero, con su ayuda baje un poco sus pantalones dejando su miembro al aire.

El no dudo en abrir mi camisa y comenzar a besar mi torso. Mis manos se movían de arriba hacia abajo sobre su miembro.

—Maldición... Lissa...

—Te necesito... —susurre en su oído.

—Dime lo que quieres hermosa. —Su vos estaba ronca y llena de deseo.

—Follame Daddy... Follame por favor... —su sonrisa se hizo amplia al oír mis súplicas. Levanto mi falda un poco y corrió la tela de mis bragas, saco un preservativo y se lo colocó, comencé a sentarme sobre el hasta sentirlo llenarme por completo. —Oh dios...

Comencé a moverme en círculos mientras besaba su cuello y me aferraba a su espalda.

—Dios Lissa...—un gemido ronco sonó contra mi cabello, comencé a mover mis caderas cada vez aumentando la intensidad, dejándome caer sobre él y sintiendo el placer invadirme cada vez más. —Así princesa... Dios... Eres increíble. —me tomé de sus hombros y comencé a moverme con fuerza sobre formando círculos y luego dejándome caer.

Sonreí al ver su rostro tirando hacia atrás con sus labios entreabiertos, gimiendo por mis movimientos, se veía jodidamente caliente.

— ¿Te gusta Daddy? —comencé a besar su cuello con fuerza.

—Me encanta hermosa... No pares... —me tomo del trasero y me sostuvo en el aire para mover sus caderas y comenzar a embestirme con fuerza.

— ¡Oh dios! ¡DADDY! —tire mi cabeza hacia atrás deleitándome del placer.

Poco a poco nuestros cuerpos se movían con salvajismo, no tarde mucho en caer rendida por un clímax arrasador. Luke se siguió moviendo mientras mi cuerpo se contraria hasta que aferro su cuerpo al mío. Sabía que había llegado.

Apoye mi cabeza en su hombro y me escondí en su cuello. Él me observo con una sonrisa y me beso.

¿Cómo había llegado a aquel punto?
Había tenido sexo con el padre de mi mejor amiga dentro de un baño público y me había encantado.

Sin duda alguna Luke me estaba haciendo perder la cordura.

Pure & Beauty © |lrh|Where stories live. Discover now