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♡ Treinta Y Cuatro ♡

Lissa

El timbre de la casa sonó y a paso lento fui a abrir. No estaba de ánimos para nada, incluso aún estaba en bata, no quería levantarme de la cama pero Alex tenía otros planes para mi. Me sentía tan mal por la discusión con Luke, dolía saber que el no confiaba en mi.

— ¡Ya voy! —Avisé luego de oír el timbre por tercera vez. Al abrir ví a Danna con una sonrisa.

— ¿Adivina quien consiguió a un dinosaurio para la fiesta? —Habló entrando a la casa con entusiasmo. Ella volteo a verme luego de dejar sus cosas y frunció el ceño. —¿Qué sucede? ¿Por qué no estas arreglada? Creí que iríamos a ver nuevos lugares para la fiesta.

—Lo siento, yo... Lo olvidé. —Suspiré y fui a la sala a sentarme. —No tuve buena noche.

—¿Qué sucedió? —Observó las escaleras. — ¿Y papá? ¿Ya se fue a trabajar?

—Luke...—Suspiré frustrada —Él no pasó la noche aquí. —Ella me observo confundida. —Ayer discutimos, le dije de Jasse pero él nos vio en la entrada y cree que voy a dejarlo. Piensa que Alex es una excusa para vernos y cree que tarde o temprano lo voy a engañar.

—Oh dios...

—Estoy muy dolida, Danna. Me dolió oír que no confía en mi. —Mis ojos se llenaron de lágrimas. —¿Por qué le sería infiel al hombre que me hace feliz? ¿Por qué no puede confiar en mí? —mis lágrimas no tardaban en salir.

—Princesa, no llores. —Ella me abrazó con fuerza. —Tranquila, no le hagas caso. Tu eres una chica increíble, Liss, y él lo sabe, solo se dejó llevar por sus tontos celos. Debes entender que para el es difícil confiar luego de lo que sucedió con mi madre. Sé que no lo justifica pero... Al menos tenlo en cuenta.

—Claro que lo tengo en mente. —Me alejé levemente y sobé mi nariz. —Pero jamás le he dado motivos para desconfiar, siempre le he sido sincera. Si alguien aquí me ha engañado, ha sido él, y aún así se lo he perdonado.

—Lo sé. —ambas suspiramos. —Dale tiempo, seguro volverá a pedirte perdón. Él no es malo, Lis, solo tiene miedo y, aunque no lo justifica, pienso que esto puede ser positivo para ustedes. Déjale en claro las cosas, presentale a Jasse, tal vez así vea la realidad.

—No lo sé, a veces creo que todo lo que hemos cruzado son advertencias, el destino nos está hablando. —Mi mirada estaba perdida en aquella idea que rondaba mi mente.

— ¿Y que le dice?

—Que tal vez no estamos hechos para estar juntos. —La observé con dolor en mis palabras. Si debía ser sincera conmigo misma, lo sería con todos.

A pesar de todo, siempre me perseguía aquella idea de que no debíamos estar juntos, no estábamos hechos para amarnos, simplemente no éramos compatibles. No quería aceptarlo, siempre intentaba ser positiva, creer en nuestra relación, pero aún así, por más feliz que me sintiese, el miedo siempre persiste.

Danna quiso hablar, pero el timbre la interrumpió. Me levanté susurrando disculpas a Danna y abrí la puerta. Mis ojos brillaron al verlo allí, arrodillado en la entrada de mi casa, con un gran ramo de rosas.

—Perdóname... Por favor. —Susurró con un hilo de voz. —Fui un idiota, Liss. Encerio te amo y no quiero perderte por mi estúpido miedo. —Sus ojos, llenos de lagrimas que amenazaban con salir. —No he dejado de pensar en lo idiota que he sido, no hay nada que justifique lo que te he dicho. Solo te pido que me des una oportunidad, princesa. Por favor... —No dije nada, no tenía palabras, solo sabía que de un momento a otro las lágrimas estaban empapando mis mejillas.