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♡ Nueve ♡

Luke

Estaba conduciendo de regreso a mi casa, había dejado a mis empleados trabajando para poder salir antes y pasar todo el día con mi familia. Había alquilado un yate privado para poder estar con ellos, en especial con Jenna.

Nuestra relación seguía igual de fría, cuando había llegado a la casa aquella noche ella estaba durmiendo y yo simplemente dormí en el sofá. Por la mañana parecía como si nada hubiese pasado y me sonreía.

Había intentado evitar pensar en Lissa y en lo sucedido. Necesitaba distraerme y sabía que mi familia era la mejor opción, sabía que pasar tiempos con ellos me haría revivir y recobrar el sentido común. Algo que Lissa me había arrebatado con sus encantos, y es que ella simplemente me volvía loco.

Estacione el auto en la entrada del garaje y baje con mis cosas en una mano y con la llave en la otra. Abrí la puerta y sonreí.

— ¡Familia! ¡Ya llegué! —La primera en ver fue a Jenna, ella me miró sorprendida, me acerque a ella y la abrace para aplastar nuestros labios en un corto beso.

— ¿Qué haces aquí tan temprano amor? —abrazó mi cuello.

—Decidí que pasaremos el día todos juntos. —Sonreí —Tengo una sorpresa para ti y los niños, un hermoso yate nos espera para poder pasar tiempo en familia.

—Oh Luke. —Ella sonrió encantada. —suena genial cielo pero... Tenemos visitas. —la mire extrañada. —Lissa está aquí. —Mi pecho golpeó con fuerza al oír su nombre.

Ambos caminamos a la sala donde se encontraba Danna junto a Lissa, ambas me miraron sorprendidas al notar mi presencia.

— ¿Papá? ¿Qué haces aquí? ¿Se incendió la empresa? —Jenna río ante las palabras de nuestra hija y yo sonreí.

—Hola hija, estoy aquí por tengo algo planeado para toda la familia. Un yate nos espera para pasar la tarde juntos.

—No me lo creo... —Danna tenía sus ojos abiertos de par en par. —No es una broma ¿Verdad? —Yo negué y ella sonrió. — ¡Oh dios! —se paró del sofá y me abrazó. — ¡Eres el mejor!—Yo sonreí. —Enseguida iré por mi bikini.

Lissa por su parte se levantó algo sonrojada y sonrió.

—Bueno yo... Ya debo irme. —Habló tomando su mochila.

— ¡No! ¡No Lissa! —Danna me miró y sonrió ampliamente. — ¿Papá puede ir Lissa? —yo la observe y luego mire a Lissa, parecía nerviosa. —Por favor, es casi parte de la familia.

—Por supuesto. —Hablé con una sonrisa, Lissa me miró impresionada mientras que Danna estaba muy feliz. —Eres parte de la familia Lissa y siempre serás bienvenida.

—Yo... Yo no... No sé... —La joven comenzó a tartamudear pero Danna rápidamente la abrazo.

—Vamos Lis... Acepta. —Danna comenzó a rogarle a Lissa y ella suspiró rendida.

—De acuerdo, si no les molesto. —Habló con una sonrisa tímida.

—Jamás podrías molestar Lissa. —Habló Jenna —Está decidido. Todos iremos. —Todos sonrieron muy feliz.

Mi mirada estaba conectada a Lissa quien miraba el suelo nerviosa y jugaba con el borde de su falda. No podía evitar pensar en lo hermosa que era y en lo bien que lucían sus piernas.

Mordí mi labio ante mis pensamientos y me retuve internamente, era inevitable no pensar en aquella noche.

Luego de prepararnos en la casa fuimos en busca de Jack y de allí conduje hasta el muelle donde nuestro yate nos esperaba, todos estaban encantados y muy emocionados.

Jenna fue la primera en subir, estaba muy feliz por poder pasar tiempo juntos, aunque lo primero que hizo fue acomodarse en la reposera y comenzar a leer una revista. Lissa por su parte se había relajado al subir al barco, se encontraba junto a Jack y Danna hablando y riéndose mientras observaban el paisaje apoyados en el borde.

No podía evitar sentir náuseas al ver como mi hijo abrazaba a Lissa de su cintura, sabía que eran amigos pero conocía perfectamente su mirada, es la mirada de Hemmings hambriento por una mujer.

Intenté concentrarme en mi familia y no pensar en ello, debía estar tranquilo y relajado, después de todo aquel paseo era para ello, distraerme y no pensar en Lissa.

—Hey Lis, ¿Qué tal si nos damos un chapuzón en la pileta? —Habló Danna mirando a Lissa.

—No tengo bikini. —Le hablo encogiéndose de hombros.

—Por eso siempre traigo dos. —le guiño el ojo y Lissa río. —Anda, vamos a cambiarnos. —ambas entraron al yate y las perdí de vista.

Mire a Jenna quien estaba muy entretenida con su revista, toque su pierna y ella alzó su mirada.

— ¿Les gusta la sorpresa? —acaricié su piel con delicadeza ya que llevaba un vestido de flores y ella sonrió.

—Es increíble amor, tan solo mira a los niños. —Apunto a Jack quien se encontraba dentro de la piscina. —Jamás vi a Danna y Jack tan felices. Creo que te juzgue mal, en verdad parece que estás cambiando. —Sonreí ante ello.

Y es que era la verdad, jamás hubiese dejado mi empleo para hacer algo así, no sabía que estaba anteponiendo mi trabajo hasta el día que hable con Lissa en el bar. Y es que ella me hacía sentir joven, su manera de ser me hacía pensar que los años estaban pasando y que debía disfrutarlos.

El tiempo corre y no se queda a esperar a nadie.

—Alguien me hizo entender que debo disfrutar de la vida. —Ella río.

— Pues gracias a esa persona todos podemos descansar del Luke amargado. —comentó volviendo su vista a la revista.

Yo suspire y vi a Danna salir de adentro para caminar a la piscina. Mire a Jenna quien no parecía tener intenciones de hacer más que revisar aquel catálogo y me levanté.

—Iré a cambiarme, quiero nadar un poco. —Ella asintió y yo entre al yate.

Camine hasta al baño con mi traje de baño en la mano y abrí la puerta. Mis ojos se iluminaron al ver a Lissa con su bikini, ella rápidamente se sobresaltó y trago saliva asustada.

—Señor Hemmings...

—Lo siento yo... Yo creí que... Estaba vacío.

—No, yo... Yo ya salgo. —tomo su ropa y quiso salir pero rápidamente coloque mi brazo sobre el marco impidiéndole el paso.

Ella levantó su vista asustada. Aquella corriente volvió a invadirme y con ella el deseo de placer. No lo dude y nos encerré en aquel baño acorralando su cuerpo contra la pared.

Un jadeo salió de sus labios al verme tan cerca suyo, aquellos ojos tan puros me observaban.

Sabía que al igual que yo lo deseaba...