♡ Treinta ♡

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Lissa

Me removí en la cama al sentir mi cuerpo muy caliente, cuando abrí los ojos pude observar el rostro de Luke, sus ojos estaban cerrados y sus labios entreabiertos, dejando salir leves suspiros. Parecía dormir profundamente.

Sonreí con ternura y me acomodé entre sus brazos pegando mi espalda a su pecho, su mano fue directo a mi vientre, el cual comenzó a acariciar con delicadeza solamente con su pulgar. Gire mi cabeza para observarlo y aún estaba con sus ojos cerrados. No pude evitar sentirme enternecida por su gesto.

Sus manos descendieron lentamente y comenzaron a acariciar mis muslos con delicadeza. Seguí el recorrido de sus manos con mi vista y observé como cada vez más se acercaba a mi centro, el cual comenzó a tocar sobre la tela de mi ropa interior.

—Mmm... —mordí mi labio y llevé mi mano hacia su brazo desnudo. Lo acaricié con suavidad y cerré mis ojos dejándome llevar.

Sentí su respiración, caliente y pesada, en mi cuello y no pude evitar estremecerme, comenzó a dejar pequeños besos por mi piel y siguió tocando mi centro con suavidad. Un gemido bajo salió de mis labios al sentir como mi excitación comenzaba a aumentar.

—Daddy... —sentí su sonrisa contra mi piel y subió sus labios hasta mi oído.

—Creo que alguien necesita de Daddy. —acerqué aún más mi cuerpo al suyo y pude sentir su erección matutina contra mi trasero. —Daddy necesita de su princesa... —lentamente comenzó a frotarse contra mí. —Siente como me tienes, amor...

—Mmm... Oh... Daddy...—Sus besos en mi cuello y sus manos acariciándome con suavidad me estaban hundiendo al placer cada vez más.

Lleve mi mano hacia atrás atrapando su cabello y tironeando levemente de él. Él se separó y se acomodó entre mis piernas de rodillas. Me observo con una sonrisa llena de deseo y comenzó a recorrer mis piernas con besos húmedos y pesados.

—Tan hermosa... —cada vez se encontraba más cerca de mi centro que lo pedía a gritos. No podía entender que poder tenía el para excitarme de aquella manera. —Tan pura... —Sus labios subieron hasta mi vientre mientras iba desabotonando mi camisa de dormir y dejando mis pechos expuestos.

—Daddy... —supliqué al ver como sus besos pasaban tan cerca de mis pezones. —Por favor... —me observo con malicia y se acercó a mí rostro.

—Y toda mía... —susurró antes de aplastar nuestros labios en un beso tan intenso.

Mi boca no tardó en darle acceso a su lengua, estaba desesperada por sentirlo, por tocarlo, porque me hiciera el amor. Mis manos fueron a su espalda con rapidez y comencé a acariciar sus músculos, era tan hermoso y perfecto, me sentía tan bendecida por poder estar con él.

Gemí al sentir como mordía mi labio inferior y él sonrió complacido al observarme. Comenzó a besar mi cuello y mis pechos mientras su mano se adentraba en mis bragas y me tocaba con fuerza.

—Oh dios... —llevé mis manos a ambos lados de la cama y comencé a apretar las sábanas cuando sus dedos comenzaron a embestirme. —Daddy...

—Tan caliente y estrecha... —Sus labios jugueteaban con mis pechos a su gusto y eso me descontrolaba aún más.

—Mmm... —mordí mi labio intentando no deshacerme en gemidos.

— ¿Quieres a Daddy, princesa? —asentí con euforia mientras me retorcía bajo sus brazos, empujando mi cuerpo hacia abajo para sentir más. —Pídelo amor, pídele a Daddy lo que quieres. —abrí mis ojos observándolo en suplica.

—Por favor Daddy... Follame... —Su sonrisa se agrandó aún más y separó sus dedos de mi interior.

Se deshizo de su bóxer tanto como mis bragas y se recostó a mi lado.

—Móntame. —ordenó. Sin queja alguna me subí sobre él y comencé a frotarme contra su miembro para lubricarlo. Cuando ya estaba listo, él se alineó en mi entrada y me embistió. —Mmm... —gimió en voz baja.

Comencé a moverme en círculos y luego de adelante hacia atrás, no podía contenerme, el placer que estaba sintiendo me estaba consumiendo.

—Oh dios... —Mordí mi labio y comencé a aumentar mis movimientos dando pequeños saltos cuando su mano golpeaba mi trasero.

— ¿Te gusta, Princesa? —asentí con los ojos cerrados mientras me seguía moviendo y cada vez aumentaba más mis fuerzas.

Nuestros cuerpos no tardaron en comenzar a moverse con fuerza y desespero. Sentía como el placer se acumulaba cada vez más en mi vientre y me consumía cada vez más.
Aquella era una mañana tan caliente como el día mismo.

—¡Daddy!

~*~

Estábamos en el auto luego de haber ido a la playa casi todo el día, la tarde estaba cayendo y hacía de la ciudad un paisaje único. Luke paro el auto a un lado y me sonrió.

—Bien, iré por la comida. —Habló mientras desabrochaba su cinturón y tomaba su billetera.

— ¿Podrías traerme fresas? —lo observe mientras acariciaba mi vientre. —Creo que una pequeña quiere fresas. —El río y tomó mi mano para besarla.

—Por supuesto que sí, todo lo que mis princesas deseen. —le sonreí con ternura y lo tomé de las mejillas para darle un cálido beso.

—Te amo. —Le susurré sobre sus labios. Él sonrió y volvió a dejar un pequeño beso en mis labios antes de separarse y bajar del auto.

—Enseguida regreso con tus fresas, amor. —Yo reí ante su felicidad y lo observé caminar hacia la tienda.

No podía dejar de pensar en lo afortunada que era, Luke era simplemente increíble y luego de todo lo vivido no podía dejar de decir que había encontrado al hombre perfecto.
Observé mi vientre y sonreí.

—Tienes un papi muy lindo, amor. Serás la niña más consentida del mundo. —Pasé mi mano con delicadeza dejando pequeñas caricias y me sobresalte al oír varias bocinas.

Levanté mi vista y observé una camioneta dirigirse a toda velocidad hacia mí. El pánico entró en mi cuerpo ante aquella imagen, por instinto, me abracé a mí vientre y en cuestión de segundos, lo sentí.

Todo parecía pasar en cámara lenta, mi cuerpo parecía flotar, lo únicoque pude pensar en aquel momento fue en que era mi fin.   




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