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♡ Quince ♡

Lissa

Estaba recostada con mi cabeza sobre el pecho de Luke y nuestras piernas entrelazadas, el acariciaba una y otra vez mi espalda con tanta delicadeza.

No me había limitado y me había entregado nuevamente a sus brazos, y es que deje que el deseo me llevara. ¿Quién puede culparme? Si la única que podía hacerlo seguramente se estaba revolcando con alguien más a espaldas de su marido.

Observe el rostro de Luke, tenía su cabeza apoyada sobre su brazo y parecía mirar un punto fijo de mi habitación, aunque sabía que estaba perdido en sus pensamientos.

Mordí mi labio al examinar cada facción de su rostro, aquel hombre era simplemente perfecto, único en todos sus sentidos.

El pareció notar mi mirada y me observo con una cálida sonrisa. Llevo su mano a mi mejilla y la acaricio con su pulgar haciendo que cerrará mis ojos por la calidez que me transmitía.

—Eres tan hermosa, no puedo dejar de decirte lo increíble que eres Lissa. —mordí mi labio ante sus palabras.

—El increíble aquí eres tú. —Hablé observando sus hermosos ojos. —No sé cómo logras volverme loca. —El río y me aferro a su cuerpo acomodándome sobre él.

Acerque mis labios a los suyo y lo bese, se sentía tan incorrecto, tan prohibido, tan bien.

Y es que si, estaba besando al padre de mi mejor amiga luego de haber estado con él por tercera vez. Y si, sabía que Jenna lo estaba engañando de igual manera pero eso no me daba el derecho a seguir entregándome a él.

Pero eso parecía importarme muy poco en aquel momento, porque lo único que quería era deleitarme con aquel Adonis que tenía sobre mí cama.

Sus manos acariciaron mi cuerpo y un suspiro salió de mis labios al sentir sus dedos recorrer mi espina dorsal. Acomodé mi rostro en el hueco de su cuello y aspire su aroma, el olor de su colonia me volvía loca.

— ¿Qué harás ahora? —Hablé pensando en Danna.

—No lo sé, no sé cómo enfrentare a Danna, no sé ni siquiera como la veré a los ojos luego de todo. Sólo quiero que mis hijos no salgan heridos por nuestra culpa.

—Es increíble que pienses en ello. —el me observo. —Nadie puede negar que eres un padre increíble. —Acaricie su mejilla y él sonrió.

—Mmm... ¿Y cómo amante? ¿Tu cómo me juzgarías? —reí ante aquella sonrisa pícara que tenía en sus labios.

—El mejor. —Él mordió su labio y volvió a besarme. Un llanto resonó en mis oídos y me separe de él.

— ¿Qué fue eso? —el llanto volvió a resonar con mayor fuerza y maldije a mis adentros.

—Demonios. —rápidamente me levante de su cuerpo y comencé a tomar mi ropa para vestirme con rapidez.

— ¿Lissa? —me coloque la bata y lo miré.

—Si vamos a ser amantes es mejor que sepas esto. —el me miró intrigado.

***

—Shhh... Tranquilo, aquí estoy. —Mecí al pequeño entre mis brazos aferrándolo a mi pecho, los ojos de Luke no se despegaban de mí. El bebé se calmó y lo miré a los ojos. — ¿Tienes hambre Alex? ¿Quieres que mami te alimente? —hice a un lado mi bata y levante mi sostén para darle de amamantar a mi hijo. Luke me observaba tan confundido.

Camine hacia el sofá y me senté, el me observo y se sentó a mi lado, su mirada estaba perdida en aquella habitación de bebe.

—No puedo creerlo... ¿Cómo paso? —suspire y mire a Alex quien succionaba mi pecho alimentándose mientras sus ojitos se cerraban.

—Hace 2 años atrás conocí a un chico de mi edad, Jasse. Lo conocí en un bar donde daban conciertos y el tocó con su banda. Nos conocimos y al poco tiempo nos volvimos pareja, fui muy feliz con él. —Suspire —Una noche luego de una fiesta, estábamos muy tomados y bueno... Sucedió. Cuando supe que estaba embarazada yo no sabía qué hacer, solo tenía 15 años, aún era una niña. Cuando se lo dije a Jasse el simplemente me dijo que no se haría cargo del bebe, que era mi culpa, que debía abortar si quería seguir saliendo con él. Me negué, mi vientre ya se podía notar y ya llevaba más de 2 meses, no mataría a mi bebe. Él se fue con su banda y yo me mude con mi madre aquí. Luego de tener a Alex retome mis estudios. Ella fue la única que me entendió, la única que no me juzgo por mis decisiones, por eso y mucho más considero a Danna como una hermana. —Lo miré a los ojos. —Ella estuvo conmigo cuando todo el mundo me dio la espalda.

—Por eso Danna siempre venía a tu casa. —yo asentí. —Ahora todo tiene sentido. —mordí mi labio y observe a mi bebé. —Es un bebé muy lindo, se parece a ti. —Yo sonreí y acaricie la pequeña mejilla de mi hijo. — Desearía tanto haberlo sabido en su momento, te hubiese ayudado en todo lo que necesitabas.

—Ya no importa. No quería que Jenna y tú pensaran que soy una mala influencia para Danna, necesitaba a mi mejor amiga y por ello me escondí. —Él sonrió de lado.

—Jamás podría tomarte como mala influencia, Danna te quiere demasiado, la haces muy feliz. Nunca lo entendí, pero ahora que te conozco lo entiendo perfectamente, eres única Lissa. —su mano fue a mi mentón y me hizo mirarlo. Mordí mi labio al ver sus hermosos ojos, Luke en verdad me tenía perdida con su belleza.

Su rostro se acercó al mío y nuestras respiraciones comenzaron a mezclarse. Deseaba tanto besarlo.

—Luke...

—Me vuelves loco pequeña, muy loco. —atrapó mis labios y me deje guiar por la suavidad y la calidez que me transmitía.

Oímos el ruido de mi madre entrando a la casa y nos separamos, mis mejillas estaban rosadas.

— ¡Lissa! —mi madre se asomó por la puerta y se sorprendió al verlo.

—Hola mamá.

—Oh, hola. —Luke se levantó y se acercó a saludar a mi madre. —Soy la madre de Lissa.

—Luke Hemmings, el padre de Danna Hemmings.

—Oh, es un placer conocer al padre de Danna, su hija es adorable. —Luke sonrió.

—Gracias, su hija también es un encanto. —mordí mi labio por lo bajo ante sus palabras. —Bien, yo ya debo irme. Adiós Lissa, gracias por tu ayuda.

—Adiós Señor Hemmings. —el saludo a mi madre y salió de la casa.

Suspire observando el rostro de Alex completamente dormido y lo llevé hasta su cuna. Acomodé mi ropa y mi madre me miró.

—Es un hombre muy lindo y amable. —Comentó.

—Lo es.

—Bien, prepárate para la escuela. —asentí y suspire.

El día recién empezaba...