♡ Cuarenta ♡

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Lissa

—Míralos Luke, sus ojos, son hermosos.

—Mis pequeños. —Un joven Luke Hemmings sonreía detrás de una cámara mientras filmaba a su esposa en su habitación de hospital luego de tener a sus dos niños.

—Ya he pensado nombre para él. —La joven Jenna observó al hombre detrás de la cámara. —Jack.

—Es perfecto. Yo también he pensado un nombre para ella. —La mujer lo observó intrigada. —Danna.

—Jack y Danna. —La cámara apuntó a los pequeños bebés que apenas llevaban horas de vida.—Él príncipe y la princesa.

Fotos de la vida de Danna comenzaron a pasar frente a los ojos de todos los presentes.

— ¡Papi! —una pequeña Danna de 5 años corría hacia su padre quien se encontraba sentado en el césped.

—Mi niña. —Ambos se abrazaron y cayeron al suelo entre risas. —Princesa... —Luke reía sin parar por los besos de su hija en su mejilla mientras que Jenna los observaba.

—Mami... —la cámara apunto a un pequeño Jack abrazado a la pierna de su madre.

—Ve mi cielo, ataca a papá. —Él pequeño río y corrió a unirse a la diversión. Las fotografías volvían a pasar.

— ¡FELIZ CUMPLEAÑOS NIÑOS! —un payaso aterrador camino hacia los niños y todos comenzaron a gritar y correr asustados.

— ¡LUKE! —Su esposa lo regaño. —Los asustas tonto. —el hombre se quito la máscara y se encogió de hombros sin saber que habían hecho mal.

— ¡PAPI! —Danna corrió hacia el payaso y lo abrazo con fuerza. —Eres tonto. —el hombre sonrió al ver que su hija era una niña muy valiente y la aferró a su cuerpo.

—Y tu la niña más hermosa que he visto. —Ambos se observaban con tanto amor que solo un padre y una hija pueden tener.

Las fotos del último baile se hacían presentes en la gran pantalla hasta acabar con el hermoso rostro de Danna Hemmings.

Todos los presentes aplaudieron con fuerza, Jenna lloraba desconsolada en los brazos de su ex marido, quien intentaba mantenerse fuerte por la pérdida de su hija.

—Ahora, oiremos unas palabras de su padre. Luke Hemmings. —Luke separó con cuidado a Jenna y camino hacia el altar a un lado del cajón de su amada niña.

—Estoy roto. Jamás en mi vida creí tener que hacer esto... Nunca creí tener que enterrar a mi propia hija. —su voz comenzaba a quebrarse. —Danna fue la mejor hija que cualquier padre pudiese tener. Ella me enseñó lo que es vivir, olvidarse de todo lo que te estreza y soltarte a ser feliz. Me enseñó lo que es el amor, por que cuando vez a un hijo por primera vez, en verdad sabes lo que es el amor. Mi hija siempre será el mayor de todos mis amores y me duele no poder decírselo nunca más... —Él observó al cielo. —Hija mía, lamento no haber sido el ejemplo de hombre que merecías, lamento haberte fallado, pero juro por nuestro amor, que siempre perdurará, que cumpliré tu deseo, lo juro.

Mi corazón estaba hecho pedazos, cada segundo presente allí, dañaba cada parte de mi alma. No podía entender porque debíamos estar viviendo aquel momento. No encontraba lógica a que la vida nos la arrebatara.

Luke solloza a contra el podio, destruido, al igual que todos los que estábamos presentes. Jack fue por su padre y lo ayudó a caminar hacia los asientos. El cura que conducía la misa se colocó en su lugar y nos observó.

—La joven y dulce Danna Hemmings fue amada por sus padres y familiares cercanos, pero no sólo logra cautivar sus corazones, también lo hizo con la gente que la rodeaba. Oigamos las palabras de su amistad más pura y sincera, Lissa Thompson.

Jasse y mi madre me observaron, ambos me acariciaron las manos para poder darme aliento. Suspiré con fuerza intentando obtener todo el oxígeno posible y caminé hacia el altar.

—Desearía no tener que estar haciendo esto, no ahora. La vida parece no ser justa cuando nos arrebata a alguien tan cercano y tan amado. Pero... Esto me hace pensar que somos egoístas con el cielo, porque Danna era demasiado para nosotros. Mi corazón se parte en mil pedazos al pensar que nunca pude ser la amiga perfecta que ella merecía. Danna fue única y sé que nadie en este mundo la reemplazará, ella me enseñó a ser fuerte, a soñar, a enfrentar mis miedos y a luchar por lo que deseo. Ella comprendió mis errores, los acepto y siempre me protegió de todo, incluso de mi misma. Su alegría era contagiosa, algo que siempre admire de ella, pero lo más importante que Danna tenía era amor. Amor para entender, para dar, para perdonar, amor puro, sincero, de esos que uno cree que solo existen en los cuentos. Danna tenía ese amor y duele saber... Que ya no está para darlo... —Mi voz se quebró, todos me observaban con tristeza, Luke me observó con lagrimas en sus ojos y se acercó para consolarme, pero no lo hizo.

Salí corriendo de aquel lugar, me sentía ahogar, necesitaba aire, ese aire que compartía con ella y que nunca más existiría. Caí de rodillas en la entrada de la capilla, llorando con fuerza, sintiendo mi garganta quemar.

No quería hacerlo, no quería aceptar que jamás volvería a verla.

—Lissa... —sentí su cuerpo abrazarme con fuerza y oír su sollozo en mi hombro. Me aferre a sus brazos que me rodeaban y lloré a su par.

—No puedo hacerlo... No puedo seguir aquí. —Solloce con fuerza. —el me ayudó a levantar y me hizo observarlo a los ojos.

—Puedes hacerlo... Puedes seguir... —Sus ojos azules suplicaban que lo hiciera, que aguantara, pero estaba destruida, el mundo se había derrumbado y yo estaba cayendo.

—Lo siento... —Solloze antes de irme de aquel lugar corriendo en llanto.

Luke

Habían pasado varios días luego del velatorio de Danna. Estaba destruido, perdido, pero mi promesa era lo único que me mantenía en pie. Mi promesa de amar como ella lo hacía...

Caminé hacia la casa de Lissa, necesitaba saber de ella, necesitaba que supiera que estaba a su lado sin importar lo sucedido, necesitaba de ella para seguir.

En la entrada, un cartel de venta llamó mi atención. Frunci el ceño ante aquello y golpeé la puerta, no oía sonido alguno proveniente del interior de la casa.

—¿¡Lissa!? —comencé a llamarla sin respuesta alguna. Observé mi celular y suspiré. Oí a su vecina cortar el césped y me acerqué para preguntar que estaba sucediendo.

—Disculpe... —la mujer me observó con calma.— ¿Sabe si está la joven que vive al lado?

—Oh lo siento, acaban de marcharse. —Frunci el ceño ante sus palabras.

— ¿Marcharse? ¿A dónde?—Mi corazón palpitaba con fuerza ante aquellas palabras.

—No lo sé, solo sé que partieron en el camión de mudanzas hace un rato.

—Gracias... —agradecí por su información.

—Espera. ¿Tú eres Luke? —La mujer me detuvo y asentí. —La jovencita me dio esto para ti. —La mujer me entregó un sobre. —Me pidió que te lo diera si venias.

—Gracias otra vez... —agradecí mientras abría el sobre.

Querido Luke...

Lamento que debas saberlo de esta manera, pero no encuentro otra forma de hacerlo, mi corazón está demasiado dañado tanto como mi fortaleza.

Estoy cayendo en un pozo sin salida y no puedo permitírmelo, es por eso que decido alejarme. Este lugar siempre tendrá mi corazón al igual que tú y Danna, pero no puedo seguir aquí. Sé muy feliz Luke, es lo que ella hubiese deseado para ti.

Gracias por ser una de las cosas más hermosas que he tenido este último tiempo. Jamás te olvidaré, porque siempre tendrás mi corazón.

Con mi eterno amor
Lissa.”













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