|Shawn|
Narra Omnisciente.
"Esos chicos sí que tienen energía." Admitió Lucy mientras miraba un manojo de globos que sostenía con su mano. "Me gusta." Susurró a modo de secreto a su amiga inglesa.
"No habéis visto a mis hermanos luego de comer dulces." Indicó Dinah arrugando su nariz. "Novatas." Murmuró.
Lucy había acompañado a Camila al recorrido del día, la colombiana odiaba los domingos. "Largos y aburridos." Justificaba, así que a las 08 horas aparcó su auto frente al edificio de la morena con intenciones de llevarle a su trabajo, para sorpresa de la castaña logró unirse a su amiga y al resto de sus colegas como voluntaria.
Por su parte, Dinah se les unió horas más tarde tras no tener ningún plan para el día decidió llamar a la inglesa quien la invitó a compartir el domingo con ella, Lucy y el resto de sus colegas, considerando que su otra opción era ir con Ally a misa, la oferta de Camila le resultó fantástica.
Camila sonrió y asintió mientras se sentaba en la cafetería del hospital, ella había sido testigo de cuan hiperactivo podían llegar a ser los hermanos de la polinesia, eso sumado a la poca paciencia de la rubia alta.
La morena notó como alguien le tendía una botella de agua, sus ojos marrones recorrieron la mano que le tendía aquel envasé topándose finalmente con Shawn.
"Hola." Canturreó Lucy en dirección del chico blanco con mejillas rosadas.
"¡Hey!" Saludó el castaño depositando un beso en la mejilla de la colombiana para luego hacer lo mismo en la de Camila. "¿Qué tal estáis?" Consultó sentándose junto a la morena que no dudo en hacer espacio para él.
Shawn Mendes, era un joven estudiante de medicina el cuál había iniciado sus prácticas en aquel hospital donde conoció a Camila y a Lucy luego de que esta última se quedara dormida en una de las camillas de la sala de emergencia, tocándole al joven canadiense despertarle de su siesta.
Desde ese momento, Lucy se dedicó a iniciar una conversación con el castaño logrando descubrir un amigo en él. Camila aquel día estuvo buscando a su amiga con gran preocupación por todos los rincones del hospital, encontrándola en la sala de espera con el canadiense chismorreando animadamente. Al llegar a ella, la colombiana sonrió y tarareó un «Hola.» presentando a ambos chicos los cuales simpatizaron con fluidez.
"¡Gracias!" Pronunció Camila luego de saciar su sed. "Tomando un respiro ¿Y tú?" Comentó la morena para luego ver como el chico le mostraba una taza de café.
Para que mentirles, aquel café no era lo suficientemente fuerte como para vigorizar al canadiense que llevaba veinticuatro horas sin dormir y a un le aguardaban unos minutos más de prácticas, luego debía correr a su auto y emprender camino hasta la universidad para un largo día de clases.
"¡Oh!" Murmuró la inglesa entendiendo el mensaje, notando lo cansado que se veía su más reciente amigo, Dinah se aclaró la garganta para llamar la atención de la morena.
"Shawn ella es Dinah... Dinah él es Shawn." Los presentó y ambos se regalaron una cordial sonrisa y estrecharon sus manos.
"Un gusto Dinah, soy Shawn." Dijo en dirección de la rubia quién asintió.
"Lo sé... conocerme es un gusto para todos. Dinah Jane." Devolvió haciendo reír a sus amigas y al joven castaño.
"Hola." Farfulló Lucy tan suave que apenas y se logró escuchar. Inclinó su cuerpo en dirección del único chico en la mesa y lo miró con los ojos entrecerrados. "¿Sabes qué el café colombiano es el mejor del mundo?" Cuchicheó a modo de secreto.
