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|Sofí|

   
    
Narra Omnisciente

Al día siguiente...

Ninguna de las dos había ido a clases aquel día, habían estado hasta tarde en espera de que Christopher fuera dado de alta, pero aquello no pasó, el Dr. Faith fijó que el menor de los Jauregui pasaría unos días en el hospital hasta que toda su medicación fuese ajustada nuevamente.

"¿Quieres pasar?" Inquirió Lauren de pie frente a la morena que se encontraba sentada en las bancas de la sala de espera con un café caliente entre sus manos.

La menor sacudió su cabeza en negación, la pelinegra asintió viendo la tristeza en aquellos orbes marrones.

"Puedes ir tu... yo llamaré a las chicas para ponerlas al tanto ¿Vale?" Sugirió esperando la aprobación por parte de la mayor, la ojiverde asintió sin titubeos y Camila agradeció internamente que Lauren hiciera participe a sus amigas con respecto a lo que sucedía.

La ojiverde beso la sien de la menor quien ya se encontraba de pie con su móvil en la mano, le dio un rápido abrazo antes de girarse sobre sus talones para comenzar a andar.

Con las manos temblorosas a causa de los nervios, se detuvo frente a la habitación N° 8 de aquel pasillo, detalló la madera de la puerta por unos segundos, cogió un aliento y con sus nudillos golpeó un par de veces hasta que escuchó un «adelante» desde adentro.

"Hola." Susurró Lauren una vez dentro mirando a la pareja delante de ella.

"Lauren, que bueno tenerte aquí." Saludó la mujer de pie junto a la camilla reteniendo la mano de su hijo que se hallaba a duras penas con sus ojos entreabiertos.

"Me agrada veros de nuevo." Indicó la pelinegra tras unos segundos de pensar en que responder. "¿Cómo está él?" Se atrevió a preguntar acercando sus pasos a la camilla.

Lauren elevó las comisuras de sus labios en una pequeña sonrisa. Se arrimó a él y acarició los fríos mofletes del menor con sus nudillos.

"Está algo adormilado." Mencionó el señor Mintegui llegando a las espaldas de su esposa para posar sus manos sobre los hombros de está. "¿Te parece si vamos a por un café?" Invitó el hombre a su mujer.

Sin esperar una respuesta entrelazó su mano con la de su amada y la llevó fuera de la habitación, de lo contrario la mujer se hubiese negado a separarse de su hijo.

"¿Qué pasa Tom?" Averiguó Lauren repasando los pómulos del menor con la yema de sus dedos, el niño miraba la pared rotulada con un vinil de Plaza Sésamo.

Tras aquella pregunta el silencio cayó entre ambos, Tommy seguía centrado en el vinil, como si se hallase completamente solo en la habitación, hasta que respondió con una nueva pregunta;

"¿Voy a morir pronto?" Interrogó volviendo su mirada al sorpresivo rostro de la ojiverde.

"Tom..." Musitó la joven sin saber que decir exactamente, quizás a causa del nudo que se formó inesperadamente en su garganta o ante la realidad del niño frente a ella. "Estarás bien." Dijo más para sí misma que para él.

"Tengo cáncer terminal... he internet en casa..." Miró el techo sobre él. "Sé que no estoy ni estaré bien, sé lo que pasará." Refutó sin mirar a la hermana de su amigo.

Lauren tragó con dificultad y se obligó a sí misma a no llorar, retiró un mechón de su cabello que caía sobre su frente e irrumpía su campo de visión.

"¿T-tienes miedo?" Le preguntó logrando tener los ojos del grandulón nuevamente sobre ella.

"No lo sé." Susurró con su voz débil y algo ronca. "Al principio me inquietaba cuanto iba dolerme, pero ahora solo creo que me preocupa lo triste que están mamá y papá." Confesó frunciendo sus labios.

Alegría (Camren)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ