|Domingo|
Narra Omnisciente
“Yo estaba pensando...” Lucia pateó una pequeña piedra del suelo y siguió su recorrido con la mirada hasta que se detuvo unos metros más adelante. “¿Qué si estaría bien que yo te acompañe a Londres para tu audición?” Consultó jugueteando con las puntas de su cabello con nerviosismo.
Camila interrumpió sus pasos en medio del parque y miró sorprendida a la colombiana que paró un par de metros más allá con sus ojos interesados ante la respuesta de la inglesa.
“¿Quieres ir?” Aclaró Camila viendo como su amiga asentía al instante.
“Tu estarás afuera esperando por mí al final de mi audición... yo estaré afuera esperando por ti al final de tú audición ¿Recuerdas?” Citó estirando su meñique en mención de aquella promesa. “Nada cambia aunque no vayas a Juilliard y te marches a Londres.” Susurró con tristeza mirando su dedo enlazado con el de Camila.
La morena resistió sus ganas de llorar y sin aviso alguno estiró su cuerpo y se colocó de puntitas para rodear el cuello de la colombiana con sus brazos en un caluroso abrazo, Camila sintió como la chica alta se tensó ante el inesperado contacto, más sin embargo aquella rigidez desapareció casi al instante.
Lucia sabía que a partir de ahora tenían los momentos contados.
Camila presionó sus labios contra la mejilla de la castaña dejando un exagerado beso sonador que la hizo reír.
“¿Sabes qué eres mi mejor amiga?” Recordó entretejiendo su brazo con el de Lucia y tirando de ella por el parque.
Lucy asintió sintiéndose un poco acongojada. Camila la arrastró consigo a un puesto de palomitas de maíz pidiendo un par de bolsas para ambas y luego de ello siguieron caminando por los alrededores disfrutando de los maravillosos colores que la primavera trajo consigo.
“Estaba pensando en hablar con papá.” Mencionó Lucia mientras lanzaba una palomita de maíz a la boca de la morena que estaba de parada a unos cinco pasos de distancia de la colombiana. “¡Ow!” Exclamó cuando no logró acertar.
“¿De qué quieres hablar con tu padre?”Escudriñó la inglesa mientras aprovechaba su turno de lanzar la palomita de maíz dando cerca del ojo izquierdo de la chica alta. “¡Pff!” Bufó ante su terrible fallo.
“Bueno él tiene un jet privado que podemos usar para el viaje.” Explicó, Camila se enderezó ante sus palabras. “¡Hey, eso es trampa!” Lloriqueó cuando la morena se movió y la palomita de maíz que le lanzó golpeó en su mandíbula.
“Lu, no creo que sea necesario usar un jet privado.” Indicó observando a su amiga con simpatía.
“Y yo no creo que sea necesario coger un vuelo comercial cuando papá tiene un jet privado.” Debatió canturreando la última palabra con diversión. “¡¡¡YEEEIIIIIIII!!!” Gritó Lucia enalteciendo los brazos en señal de victoria cuando finalmente logró meter la palomita de maíz en la boca de la chica más pequeña, quien también celebró el acierto de la colombiana.
Lucia 2 Camila 0.
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“¡Suerte!” Exclamó con una pequeña sonrisa alentadora la colombiana cuando dejó a su amiga frente a la clínica de rehabilitación donde vería a Lauren. “Voy a esperarte aquí.” Indicó apretando un poco su mano como apoyo.
Camila asintió, no quería dejar a la castaña esperándola por media hora... pero no sabía lo que le esperaba allá dentro por lo que aceptó el silencioso apoyo de la colombiana que sacó su móvil y empezó a jugar en él para matar el tiempo.
