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|Cena y Pijamada|
 

 
   
  
Narra Lauren

“¿Qué crees que trame Camila?” Normani consultó mientras se miraba en el espejo de cuerpo completo y se probaba superficialmente mi ropa. “¡Esta me encanta!” Clamó señalando una blusa blanca que nunca usé y jamás usaré.

¿Una blusa blanca con flores anaranjadas? No gracias. La había comprado el año pasado para darle el gusto a mí madre, había insistido y alabado la asquerosa blusa durante unos cuarenta y cinco minutos. Lo que sea con tal de que parase.

1300$ más para Louis Vuitton.

“Es tuya si la deseas.” Cedí tumbándome en la cama mientras escuchaba los chillidos de Normani que no se cohibió de arrancar su blusa color terracota para vestir la que acababa de darle.

Suspiró ante su reflejo y moldeó su cabello con ambas manos de distintas formas, ladeaba la cabeza examinando su apariencia, giró sobre sus talones y me observó.

“¡Mí cabello necesita un cambio de look!” Chilló teatralmente volviendo al espejo y a su melena. Rodé los ojos y cubrí mí rostro con una de mis almohadas. “¿Corte o tinte?” Cuestionó y resoplé.

“Creí que habías decidido no cortarlo más y omitir el decolorado.” Cité contra la almohada, tiempo atrás había pintorreado unas mechas de color azul, había tardado mucho más en la peluquería que manteniendo su «nuevo look».

“Tienes razón, solo lo cortaré está vez.” Decidió encogiéndose de hombros. “Volviendo al tema.” Hizo una pausa. “¿Qué trama Camila?” Volvió a cuestionar.

Me deshice de la almohada y levanté ligeramente mi torso tras haber apoyado ambos codos en la cama. “No lo sé... pero ha insistido un montón con lo de la pijamada.” Indiqué.

“¿Crees que esté embarazada?” Mani me miró con prudencia a través del espejo y  puse los ojos en blanco. “Olvídalo.” Pidió al ver mí expresión.

Suspiré y volví a apoyar por completo mi cuerpo sobre la cama, mordí mis labios mientras ojeaba el techo de mí habitación. Necesitaba escabullirme antes de la pijamada pero Normani no parecía querer irse tan pronto. Restregué mi rostro con ambas manos.

“¿Dónde está Iglesias?”

“Acompañando a Lu a sus clases de danza.” Cogió un vestido negro del guardarropa y con el perchero puesto lo posó contra sí misma para ojearse. “Por nada en el mundo Verónica dejaría sola a Lucia... en mallas y tutú.” Explicó cerrando finalmente mí guardarropa y sentándose al borde de la cama.

“Es una completa idiota.” Le di una sonrisa torcida y Mani asintió antes de dar un largo suspiro.

“¿Qué pasa Lo?” Puso su mano en mí rodilla y la zarandeó ligeramente.

Apreté mis labios en una línea recta y la miré fijamente durante unos segundos antes de sentarme junto a ella.

“Estoy bien ¿Por qué lo dices?” Apoyé mi cabeza en su hombro.

“Luces inquieta.” Apoyó su cabeza contra la mía.

“Solo estoy... algo impaciente por saber que ocurre con Camz.” Mentí a medias, no es que haya algo malo en que Camila quiera hacer una pijamada. Ella había sido lo suficientemente pertinaz como para levantar las sospechas de todas, eso y si incluimos las constantes miradas de complicidad con Lucia... ciertamente me inquietaba.

Sentí a Mani asentir contra mi cabeza.

“¿Y qué hay de la preocupación en tus ojos?” Consultó usando un tono de «No más excusas, te he pillado». “Lo, no por nada soy tú mejor amiga.” Alzó su cabeza y me dio un pequeño empujón de costado.

Alegría (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora