|Bo|
Narra omnisciente
"¡Camila cariño!" Saludó Clara con un cálido abrazo. "Me alegra verte por aquí."
Camila sonrió y respondió con la misma calidez aquel abrazo.
"Chris está en el jardín." Le informó a lo que Camila asintió. "Le diré a Martha que os lleve algo de comer." Aviso antes de perderse en busca de la mujer.
La morena hecho un rápido vistazo a la casa «colosal y frívola.» pensó, aquel silencio que la envolvía era digno de un santuario religioso en un viernes por la noche. Demasiada ostentosa y exorbitantemente grande para hospedar solo a cinco personas.
Camila llegó hasta el jardín y buscó al pequeño Christopher con la mirada; sonrió agradablemente al reconocer el pequeño beanie rojo, sentado sobre una manta turquesa estaba el niño con un libro en sus manos, la sonrisa no le cabía en el rostro a la inglesa al saber que se trataba de su viejo libro de Magia con Monedas.
"Hola chiquitín." Le saludó a sus espaldas inclinando su cuerpo hacia el frente para verle desde arriba.
Christopher levanto su rostro como si fuese a mirar el cielo, pero en vez de nubes se encontró con la sonrisa y los ojos marrones de Camila.
"¡Mila!" Chilló con entusiasmo dejando el libro sobre sus piernas.
La inglesa se sentó a su lado y depositó un beso en su frente luego tiró de su beanie hacia abajo cubriendo la mitad de sus ojos, el pequeño lo ajustó rápidamente.
"¿Qué haces pequeño Bo?" Curioseó haciendo referencia al autor del libro.
(N/A: el autor del libro que lee Christopher se llama JLB. Bobo, por eso el mote.)
Chris entorno sus ojos y con un pequeño movimiento golpeó su hombro contra el brazo de Camila, pero rápidamente se enderezó y miró sus manos. La inglesa cruzó sus piernas sentándose como un indio observando con atención al menor.
"Aquí." Señaló una de las ilustraciones del libro. "No logro hacer esto." Indicó con una mueca.
Camila vio la página que le mostraba el niño he hizo un mohín de comprensión.
"Ese empalme es muy dificultoso al inicio." Dijo por experiencia propia. "¿Qué moneda estás usando?" Preguntó girando su cuerpo para quedar frente a él.
El niño abrió su palma derecha dejando al descubierto una moneda de un dólar. Camila negó con discrepancia.
"Es muy grande para tus pequeñas manos." Especificó tomando una de las manos de Chris y la colocó sobre la de ella.
Camila le arrebató el dólar y se enderezó en su lugar mientras sostenía la moneda entre su dedo índice y pulgar, con un rápido movimiento la llevó a la palma de su mano.
"Mira esto." Pidió al pequeño quien ya se encontraba más que absorto.
Cerrando la palma de su mano la aproximó al bolsillo del abrigo de Chris y con velocidad llevó nuevamente la moneda a su posición inicial, esta vez tenía una nueva pieza entre sus dedos pulgar e índice.
"Está es la indicada para ti." Señaló dejando la moneda de cinco peniques sobre su manito.
Chris la observaba boquiabierto mientras chequeaba el bolsillo de su abrigo, pues estaba muy seguro de que la morena no la había sacado de allí.
"¿Cómo has hecho eso?" No aguantó las ganas de preguntar mientras detallaba la pequeña moneda inglesa.
Camila tomó una actitud de enigma, cogió el libro y señaló el nombre del autor.
