|Audición|
Narra Omnisciente
"Ella debe estar en su audición ahora mismo." Murmuró Lauren mientras seguía los movimientos del terapeuta que daba una charla grupal a la cual, la ojiverde no le prestaba la más mínima atención.
"No pareces muy emocionada." Devolvió Khalif apenas tuvo oportunidad de responder.
"Y no lo estoy." Aceptó la mayor ganándose una mirada extraña del moreno. "No quiero que Camila se vaya."
"Eso suena..."
"¿Egoísta? Lo sé." Reconoció en medio de un suspiro. "Fue la razón por la que agradecí infinitamente que no viniera el domingo." Hizo una pausa cuando el terapeuta pasó cerca de ellos. "No puedo verla a la cara con todo este egoísmo dentro de mí."
Lauren deslizó sus manos por su cabello negro, sintiéndose la peor persona del mundo por no ser capaz de estar feliz por el logro de Camila, pensó que con los días aquello cambiaría pero la realidad era que el sentimiento seguía allí, intacto.
Khalif observó cuan ofuscada lucía la chica de ojos verdes, se inclinó al frente y apoyó la mano sobre el hombro de Lauren. "No eres egoísta blanquita, solo estás asustada." Lauren lo miró por el rabillo del ojo. "En el fondo estas feliz por ella, pero el miedo a perderla eclipsa la felicidad." Apretujó su hombro y la sacudió un poco antes de erguirse nuevamente en su asiento y fingir que prestaba atención al terapeuta.
Lauren se sumergió en sus pensamientos mientras repasaba las palabras de su compañero; ciertamente no estaba enojada, había una especie de alegría por lo que había en el futuro de Camila pero no podía darle un nombre a lo que estaba sintiendo.
Khalif lo había llamado miedo y quizás el chico con rastas tenía razón.
"¿Jauregui?" Nombró el terapeuta, sus ojos color miel fijos en Lauren que lo miró desorientada luego de salir de sus meditaciones. "Estamos esperando por su respuesta." Mencionó con una ceja curvada.
Lauren escuchó a varios compañeros murmurar entre ellos y sus mejillas se sonrojaron. "No escuche su pregunta." Justificó tratando inútilmente de salir airosa de una vergüenza.
"Bien." El rubio dijo consciente del viaje mental en el que había estado la chica de ojos verdes. "La pregunta es..." Se apoyó en su propia mesa. "¿Cuáles son sus planes luego de recibir el alta de este centro de rehabilitación?" Consultó.
Lauren elevó un poco sus cejas ante la cuestión, tomada por sorpresa. ¿Qué quería hacer? Siempre tuvo la idea de estar al frente de la empresa familiar, pero esa idea ya no la seducía... quería algo propio, de eso estaba segura pero decir de que se trataba exactamente... no podía porque no lo sabía.
Por primera vez odio ser el centro de atención en ese momento, nueve pares de ojos la observaban curiosos a lo que tenía para decir, sin embargo su boca se abrió un par de veces sin emitir sonido alguno.
"No sé preocupe." El rubio aquietó con una sonrisa afable. "Encontrará su camino poco a poco." Le aseguró comprendiendo el poco tiempo que la menor llevaba allí como para despejar su mente de los problemas que las adicciones traían consigo, ella apenas estaba dándose cuenta.
Mientras tanto, Camila mordía su labio inferior y se abrazaba a sí misma mientras esperaba tras bastidores del auditorio principal del Royal College of Music, podía escuchar la melodía del piano a la distancia mientras esperaba su turno de pasar al escenario.
"¡Mierda!" Chilló con nerviosismo.
Ella era la siguiente.
Tomó su móvil y torpemente tecleó un número antes de marcar llamar; activó el altavoz y con impaciencia escuchó el tortuoso sonido del tono de espera.
